4.- "SAMUEL Y LOS MANIMANGANIÁNOS DEL DEDO MEÑIQUE PARADO" novela

Les presentamos un buen adelanto de la novela:

"SAMUEL Y LAS MANIMANGANIÁNOS 
DEL DEDO MEÑIQUE PARADO"

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Texto en exclusiva para los visitantes de este blog.








           
      SAMUEL Y LOS
MANIMANGANIÁNOS
      DEL
      DEDO MEÑIQUE
      PARADO
 
         
          
                   POR   GEKO




               



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Ediciones Cuchu en su formato
Cuadernos Literarios presenta:
 Samuel y los
Manimanganiános
del dedo meñique parado
por Geko.

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Todo hecho presentado en estos escritos
es solo ficción, creados por sus autores,
por lo que nada tienen que ver con la realidad.


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CAPÍTULO UNO:
 “EL DIA EN QUE SAMUEL  FUE RAPTADO POR LOS MALVADOS INVASORES DEL DEDO MEÑIQUE PARADO”.


      Samuel nunca se imaginó que se hallaría en “donde nadie ha ido antes” como reza el eslogan de la serie de ciencia ficción “Viaje a  las estrellas” de 1966.
                       Aunque, en este caso,   sea un simple caso de abducción.
                       Pero  aquello de que “donde nadie ha ido antes”, es una realidad, de hecho, es de lo más común, aunque nadie sepa. No se han desclasificado los informes  de las agencias que hablan al respecto, donde han descubierto cuanto secreto existe. Así es, pero todo esto ya se sabrá algún día...  así como se han sabido cosas más simples.
                                
                
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                   El caso es que, todo esto comenzó  cuando Samuel estaba conversando muy animado con el guardia de un pequeño estacionamiento,  en la entrada del recinto, y en donde a veces dejaba estacionada su bicicleta. Instancia en que aprovechaba también, de venderle unos libros, ya que andaba necesitado de algo de dinero.
             - ¡Bueno aquí tienes Samuel, por estos dos libros que me vendiste, son puras monedas sí, .... cuéntalas….
            - ¡No, no, no, así no más!...
            - Discúlpame, es que no tengo billetes…
            - ¡No, no, está bien, es plata igual y estando vigente...
           -  Pesa como medio kilo esa bolsa con monedas.
           - No importa, me la echo en el bolsillo de la chaqueta y queda a resguardo y casi no se nota.
            - ¡Espérame un poquito, que  viene un cliente…!
                      El guardia tuvo que hacer una pausa en la conversación con Samuel, para atender   un  cliente que venía  a pagar, para



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                                           Juan Aguilucho





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salir con su auto del estacionamiento y justo en ese instante,  por la vereda,  por el  lado suyo, va un amigo, un colega en esto de las letras:        
          -¡Hola, Juan Aguilucho!
                       El hombre se dio vuelta y al verlo se acercó, se sonrió y le dijo:
          -¡Samuel, oh.. te andaba buscando, ven, toma... ten aquí una invitación para el lanzamiento de mi nuevo libro!
                Samuel recibió la invitación sonriendo, pero no muy convencido.
          -¡Otro más!-pensó para sí.
           -¡Mira, si estará el alcalde Raúl Raja, honorables concejales y cuánto de honorables más, así que ya lo sabes: estás invitado…sí, y además, un académico hará la presentación de mi magnífico y estupendo libro; cuando te presentes te regalaré un ejemplar firmado por mí mismo! ¿qué te parece?
           Sin darle tiempo a contestar Juan Aguilucho siguió su camino, dejándole una invitación donde se podía leer  la fecha el lugar y la hora de aquella ceremonia a la cual había sido invitado.    
        



                  

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              En un primer momento a Samuel le llamó la atención la fecha del lanzamiento. ¿Un día domingo  a las ocho de la noche?¿aquí?¿quién irá a una presentación en ese día, de descanso y más encima que el día siguiente es día lunes…. lunes de trabajo? Pero más allá de esa reflexión, no lo pensó más y cuando llego aquel día, de aburrido que estaba, sin más panorama, decidió ir.
                     Se puso su chaqueta, había que ir algo elegante ¿no?  Cogió su bolso con unos libros, con su cámara digital y otras cosas. Luego se montó en su bicicleta    y partió.
                      Las luces de la avenida Balmaceda lo alumbraron mientras la recorría. Poca gente. Casi nada de vehículos. Era un domingo ya pasada la atardecida.
                      Como los frenos de su bicicleta no funcionaban muy bien, se ayudó con los pies para frenar. Y ahí estaba: el frente del edificio de cultura, pero… “¡Está todo apagado! ¡No hay nadie! ¡Este desgraciado me gastó una broma!”- pensó.
                 
                           
                         
                     





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                 Más allá percibió algo.
         -¡¡Allí hay luz, en esa sala hay luz!!... parece que no era na’ broma…
                       El recinto era una antigua estación de tren que se ocupaba mientras tanto se decidía el sitio definitivo. Había salas que estaban dispuestas hacia la calle por lo que  no había necesidad de entrar por una entrada principal.
           -¡¡Allí debe ser!!
                        Se acercó y se dio cuenta que estaba su amigo Juan Aguilucho y en frente tenía a dos personas de traje, sentados en la primera fila de asientos y el resto hacia atrás, no había nadie. Todo el resto de la habitación, con las filas de asientos vacías.
          -¡Chí’, no vino casi nadie!-pensó cuando les vio a ellos tres  en medio de la inmensidad de la sala -¡Estará por llegar el resto supongo!- cuando pensaba eso, escuchó la voz de su amigo Juan que lo vio en el umbral de la entrada.
           -¡¡Samuel, pasa, pasa!!  
                      Iba a entrar, pero pensó en su bicicleta.
            -¡¡Entra no má’, deja la bicicleta allá en el fondo!!
                      
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           - ¿¿Se puede??
            -¡¡Sí, déjala allá no más, no te hagái’ problema!!
                       Al ver resuelto su dilema partió de inmediato a dejarla al fondo, y luego regresó donde su amigo.
            -¡¡Hola Juan, parece que me adelanté, llegué muy temprano!!
            -¡¡Sí, sí, pasa, toma asiento…te presento a dos amigos!!

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                Muy sociable como era Samuel, se apresuró a darle la mano al que estaba más cerca.
            -¡¡Mucho gusto, mi nombre es Samuel Aspe Aracena !!            
            -¡Te presento a uno de mis amigos, el señor     Strombolt  Pik-Trecientos…
                        Al tipo, que parecía un alemán, rubio y pálido como generalmente son estos individuos,  le molestó en extremo  lo  que dijo Juan y le miró muy feo, muy notoriamente,  mientras le daba la mano a Samuel.
              - ¡¡Hay, perdón, perdón, perdón… es que me confundí, hay no sé en qué estaba pensando, no,no,no!, ¡cómo puede ser!…, rectifico: te presento al señor Helmunt… y al  señor Sven…si, eso es.
              - ¡Mucho gusto!- le decía estrechándole la mano a éste último.
                          Le llamó la atención que ambos extranjeros tuvieran una especie de deformidad en sus dedos meñiques, como si los tuvieran tiesos, pero eso era algo al pasar, no podría comentar nada de eso, sería una estupidez y una falta de tino.
                          Los tipos no decían nada. Solo le sonreían, con una sonrisa forzosa, como si tuvieran una máscara de palta en la cara o algo así.    
                            



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           - ¿Cómo te habrás dado cuenta, los señores son alemanes, están de paso por aquí,  son editores y se interesan por todo lo que se publique por aquí, en América del Sur!...
           - Ah, que interesante.
           -¡Pero, tomen asiento, por favor, tomen asiento!..
                    Samuel se iba a sentar en la segunda fila, pero Juan lo contuvo.
           -¡No,no,no Samuel, aquí no más, si ya al parecer no va a venir nadie más!.
           - ¿Nadie?.
           - Bueno…seguramente va a llegar alguien más, pero no toda la gente invitada,  por la hora, creo yo ¿no?, así que...siéntate aquí, mejor.
                          Samuel se sentó en la primera fila, frente al estrado, donde Juan iba a dar el discurso y no supo cómo, que los dos alemanes se sentaron, uno a cada costado, así, rodeándolo, cercándolo. Samuel se sintió algo incómodos, pero no hizo mucho caso de ese sentir.
                         Juan, entonces, se puso detrás del estrado de los discursos, con un micrófono que estaba apagado, con cara de estar preocupado, que la demás gente invitada  no llegaba, y miraba su reloj.

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               -Mmmh, ya son las nueve de la noche…bueno, no importa, comenzaremos de igual forma.
                     Y miraba a Samuel sin que se diera cuenta,  pues este estaba haciéndose el simpático, ocultando su incomodidad de que estos dos alemanes estuvieran muy cerca de él.
              - Bueno, la verdad amigos, el alcalde me dijo que existía la posibilidad de que a última hora no pudiera asistir a este lanzamiento, por problemas de agenda, porque salió algo de emergencia.... o algo por el estilo, pero me dijo que iba a llegar tarde y las otras personas también me dijeron lo mismo, así que…vamos a comenzar no más, pues, ¿qué les parece?, total… ya tengo a los invitados más importantes…je,je,je…
                      Samuel sonrió junto con los dos “alemanes”, pero estos, más que sonrisa, parecía que hacían una mueca  que pretendía ser agradable; el caso es que se  relajó un poco el asunto.
               - Así pues, estamos aquí para este lanzamiento de mi nuevo libro “El andén perifrástico y espeso”, y tenemos aquí a dos editores alemanes que han venido a este magno evento, a los cuales les agradezco su presencia…
                               

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               Mientras Juan Aguilucho hablaba los dos “alemanes” se daban vuelta ambos mirando a Samuel, cruzadas las piernas de manera que daban hacia él, Samuel sonreía nerviosamente y miraba de reojo, muy fugazmente a los dos, de un lado al otro, pero mantenía la vista finalmente en Juan.
            - En este libro reúno cuentos de mi inspiración, de mi vasta experiencia en la vida y la visión de un escritor consagrado y en los hechos comunes de nuestra vida, pero que se transforman en algo especial cuando son retratados en un libro…un libro como la de mi autoría…
            -¡Qué chucha, qué pasa con estos “alemanes”!¡parece que son algo “maricones”  que me están mirando los dos al mismo tiempo! ¡y tan cerca  que se ponen! ¡qué, que querrán agarrarme a hocicázos  o qué!!- decía Samuel para sí, ya algo molesto.
                         Estaba pensando en eso cuando uno de ellos extrajo de su bolsillo una especie de diamante, con forma de reloj de arena de cristal o algo así, que giraba mientras lo mantenía en la mano y emitía una luz que le llegaba a la cara y parecía que lo hipnotizaba.

                        
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                 A esto Juan, o no se daba cuenta  de lo que estaba pasando, o se hacía el tonto y seguía con su discurso.
            -…y debo decir que el jurado fue iluminado en incluirme en la nómina de los ganadores de este fondo de cultura con lo cual ha sido posible la publicación de este trabajo a todo lujo…como pueden ver….
                         El cristal giraba y Samuel se dio cuenta de que no podía dejar de mirarlo; ese suave silbido que emitía, que se apoderaba de su mente.
                      Sin saber cómo, perdió la consciencia y no supo más.
             
                                  
               
                           










                 
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CAPITULO DOS:
  “NO ME “SAPEEN” LA MENTE”.
(*sapear: espiar; chilenismo)
     De igual manera de cómo quedó inconsciente, Samuel se recuperó y  empezó a ver dónde se encontraba, pero no se podía mover: estaba atado a una      camilla y unos cinturones ajustados le impedían moverse. ¿Dónde diablos estaba? ¿Lo habían raptado o solo era una broma de su amigo Juan Aguilucho? ¿O qué?
                    Donde fuere que estuviera, el lugar era algo lujoso, parecía una sala de un avión Boeing o algo parecido y en eso escuchó unas voces. Las reconoció: eran las voces de los “alemanes” de la presentación del libro, los que les presentó Juan Aguilucho: Helmunt y Sven, según dijo que se llamaban.
          - Dispón el interrogatorio…hay que averiguar si este nos sirve o no…mientras tanto yo vigilo los controles y me encargo de las tareas habituales.- hablaba el que se llamaba Helmunt, pálido y de pelo oscuro.
         - ¿Y qué pasa si no nos sirve?  Este es un artista y…   -éste era el otro, Sven, pálido igual, pero de pelo rubio.
            - Bueno, nos servirá  el otro, pero hay que examinarlo igual, al cabo que los dos servirán para el “propósito último”.
                         


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   Samuel los podía ver y podía ver el ventanal donde se veían las estrellas y algo estalló en su mente…¿¿dónde había visto antes todo esto?? ¡Y esas manos! ¡Había algo en sus manos¡ ¡Donde había visto aquello!¡Ese detalle!¡Y no solo eso, el “cristalito” que le mostraron antes que se desmayara, ese “cristalito” que giraba y brillaba que se lo   aplicaban a la gente cuando querían dominarla!
            –“¡Y…pero, pero… no puede ser…!!¡¡oh, estos güeónes son LOS INVASORES!! ¡¡LOS INVASORES!! ¡¡los de la tele!!¡¡Los mismos de la serie de 1966 producida por Quinn Martin, que aquí la pasaron por televisión nacional  en 1977!! ¡¡No hay duda de ello, los meñiques parados de sus manos y  que era como David Vincent, que andaba tras ellos, los podía identificar y este “ovni”, igual, pero igualito por dentro al de la tele!!¡¡Conchas grandes, son ellos!!¡¡Parece que estoy en el espacio o en órbita, que sé yo, pero estoy dentro de un “ovni”!! ¡¡Y quizás qué me van a hacer!!¿¿Y que será  eso del  “propósito último”??




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¿¿Me sacarán semen o me meterán algo por la raja(* ano)??¡¡Por Dios, que chucha harán!!-pensaba con angustia Samuel- ¡¡Pero ahora que recuerdo, estos tipos nunca los vi en la tele que les metieran cuchilla o adminículos por el trasero a la gente...como los hacen estos otros “marcianos”, los “cabezones enanos”, los llamados “grises”, bueno, por ese lado, es menos malo  y…!!!-
                        Un sonido de  pasos lo sacó de sus pensamientos y vio que era el “alemán” Sven que se le aproximaba.
           - Ah, Samuel, ha despertado, tanto mejor. Bienvenido a nuestra “humilde” morada.
                 Samuel no perdió tiempo y fue directo al grano.
            - Ustedes son LOS INVASORES, ¿verdad?...no me lo niegue, ya me he dado cuenta.
             - Bueno, tal vez... pero, ¿de qué “Invasores” específicamente habla?
              - De los INVASORES, pues, de “aquellos seres extraños del planeta que se extingue y vienen a la Tierra a adueñarse de
ella” y  en donde  David Vincent   trata de
desenmascararlos   en la serie de televisión de 1966 y aquí en Chile fue exhibida en 1977,  en   “Televisión    Nacional” ,    serie



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norteamericana producida por la productora “Quinn Martin”.
               - Oh, sí, correcto.... sí, esa serie. Mire, la verdad, a David Vincent poco lo conocemos y digo poco, porque esos INVASORES, como usted dice, no somos nosotros, sino que ellos son unos “primos hermanos” nuestros, así que algo por ahí, un rumor o un comentario al pasar escuchamos, pero nada más y ellos andaban “en esa”, de invadir la Tierra porque no tenían otro lugar donde habitar, pero tengo entendido que, a estas alturas, ya han arreglado su problema, y nosotros somos iguales a ellos, tenemos casi las mismas características, pero no somos ellos, ¿Entiende usted? ¡No somos ellos! Por ejemplo: nosotros tenemos pulso y tenemos   corazón, ellos no  tenían  pulso, eran como unos protozoos inteligentes,  o amebas con forma humana, que nosotros   lo fuimos alguna vez, además, en la serie de t.v.  no se sabía de qué planeta venían estos muchachos y nosotros tenemos     domicilio conocido:                  MANIMANGÁNIA, o sea somos “manimanganiános” o   “manimanganícolas” y bueno, nos   desintegramos cuando morimos y podemos hacer  lo mismo con  nuestros  equipos, tenemos el

                         

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 dedo meñique algo torcido, pero le repito: no somos ellos! ¡no somos ellos! ¡Ellos, son ellos y nosotros, nosotros! ¿Entiende? ¡Hay una diferencia!
             -  Si, entiendo, pero igual andan secuestrando gente y actuando como sus “primos hermanos” y eso no está bien; deberían preguntar a la gente si quiere o no venir con ustedes y no llegar y raptarla. Pero dígame: ¿Para qué lo hacen ¿Cuáles son sus intenciones, que significa eso de “el último propósito”?¿ah?
             - Bueno, Samuel ¿No esperará que le diga todos nuestros secretos, verdad?
             - ¡No, si ustedes son de ese planeta que se extingue, por eso andan por acá, sean o no primos hermanos de los otros, los pillé igual, no me venga con leseras a mí!
              -Usted es un poco porfiado parece, mire, como le dije: nosotros tenemos un planeta donde  habitar y es “Manimangánia” y no nos extinguíamos como “nuestros primos hermanos”, que fueron torpes y no cuidaron su mundo y después tuvieron que ir en busca de uno o si no,  desaparecían, pero esa no fue nuestra historia, nosotros no pensamos en invadir, no necesitamos invadir;  lo que sí necesitábamos   y  necesitamos  ahora,  con cierta


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urgencia, es a algunos    “voluntarios”    para ampliar nuestros conocimientos científicos ¡Somos científicos y como científicos necesitamos objetos de estudio  y en este caso, ustedes han tenido la fortuna de ser elegidos ¡Y bueno, basta de charla!¡Y ahora le voy a hacer una inspección mental a usted!
             - Que…¿Me va a meter una aguja en el oído?
             - No, esto funciona como un interrogatorio. Yo le colocaré estos dos electrodos en la cabeza, usted se dormirá  y la máquina escudriñadora nos dirá un tema, una palabra o unas frases y usted nos las ampliará, mediante las preguntas que yo le haré; simple ¿Ve?.Y todo lo hará dormido. ¿Qué más cómodo que eso?
          - ¿Podríamos conversar sin la maquinita?
           - No.
           - ¿Por qué?
           - Es el procedimiento.
           - ¿No tengo otra alternativa?
           - No.
          -¿Nada, nada?
           - Nada.
           - ¡Puta mare’...cooperé!                                                  
         

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CAPÍTULO TRES:
“MI AMIGO EL SEÑOR “KA”.
        



            -   ¿Quién es este señor “Ká” con ka  de kilo?
            - Un amigo con el que me junto a fumarme unos pitos, aunque, a la señora no le parece, no le gusta la idea de que vaya para allá, pero  bueno...igual; es que esto de la literatura, al él le gusta también, así que...ahí nos juntamos con este señor Ká  a conversar.
           - Ah.
                        Le respondía el “alemán Sven” y ya  Samuel estaba dormido.
            - ¿ Y qué es un pito?
            - Un cigarro de canabis sativa.
            - ¿No es eso dañino?
            - Ahí está la discusión, pero pienso que  no,  de  hecho me ha arreglado la vista.
            - Ah.
                 Samuel contemplaba un ejemplar de “Musaqueteloaraña”, una revista literaria que su amigo “Ká” publicaba con  su grupito de amigos. Era el más reciente ejemplar, recién salido.


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            - Oye, hubiérai’ aprovechado el vuelo y me hubiérai’ tipiado los textos en el computador para la “Añañuca”.
             - Ah, bueno...es que anoche me acosté tarde y no tuve tiempo.
             - Oye, pero como, si acabái’ de sacar tu “Musaqueteloaraña”, como no pudiste tener un tiempito en el mismo computador, si era una página no más, lo que me faltaba para sacar mi revista  ¿Viste que no sói’ paleteáo’?
          -Es que Samuel, entiende, no tuve tiempo y además tuve un “rollo” con mi señora que andaba enojada y.... tu sabí’....
          - No, si son excusas no más las tuyas, la prueba la tengo en mis manos  ¿Viste?. Y yo que te tenía en consideración, ya que los otros amigos me han fallado, y como yo no tengo un “notebook”, no puedo hacer nada y tengo que andar mendigando que me escriban una miserable página, sí, y tengo que andar viendo caras y ver la falta de voluntad; ¿viste a mi amigo Colláo de Tierras Blancas?,  ya  no tiene  tiempo  para nada, después que me había ofrecido sacarla en colores  con su impresora laser y todo muy bonito y ¿Después qué?¡Después nada, eso fue lo que pasó! ¡no, si los amigos ahora valen callampa! ¡eso valen: callampa!
                      Su amigo “Ká”, algo molesto le contesta:


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           - ¡Pero, si tú tení’ la culpa!
           -¿Yo? ¡Ná’ que ver!¿cómo  yo voy a tener la culpa de que los otros sean cagados? ¡No! ¿yo? ¡Ná’ que ver!
           -¡Claro que si po’! ¿Acaso tu sói’ un mendigo o andái’ haciendo votos de pobreza como un franciscano o un monje budista o algo así?¡No pué’!¿No es cierto? ¡Entonces va siendo hora que te comprí’ tú mismo tu “notebook” y tú mismo hagái’ tus mismas cositas, para que así no andí’ viendo  “caritas”; los otros, como tu decí’, tienen también sus obligaciones, y bueno, no hay tiempo, y a ti no te cuesta nada juntar platita, ya que tu trabajái’, aunque sea de guardia, que no ganan mucho, pero igual. Ahora vo’ estái’ “soltero” y podí’ hacerlo!¿Y por qué no lo hací’?
            -¡Pucha que sói’ paleteado’!
            - ¡No ,si no vengái’ con esas güeás tontas
manipuladoras, ya va siendo el tiempo que
te peguí’ la cachá! ¿tengo o no razón, ah?
             -¡ Pucha que sói’....sincero!
              -¡Sí, po’ güeón, ho!¡No te falta platita pa’ comprar libros de 20 lucas, para tus “CD” de música, para cualquier güeá, menos para juntar, para comprarte tu computador y hacer tu publicación sin ninguna complicación, pero ¿Qué hace el perla? ¡La goza, eso hace, la goza!¡No, pué’!¡para de gozar!¡para de gozar!¡para el güevéo!
             -¡Es que no lo puedo evitar!¡no lo puedo evitar!

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¡cuando tengo plata en las manos siendo la necesitad de gastarla, es un placer, un momento de felicidad, es algo que tengo que hacer, me pican las manos por hacerlo y cuando lo hago siento eso, ese placer sadomasoquista de no tener nada, de sentirse desnudo, libre, y la incertidumbre de la que viene después, eso es; no lo puedo evitar!
          -¡Bueno, evítalo, evítalo o caga entonces! ¿Qué querí’? ¿La breba peladita y en la boca?¡anda a bañarte!¡no pué’, no seái’ patúo’!
          -¡Ah, pero....!.
          -¡Chí’, las querí’ todas!...
                    Después, en su trabajo, en la noche, mirando las estrellas con su uniforme de guardia, Samuel recordaba las palabras de su amigo, como ecos que responden cuando  se grita a los cerros. ¿Acaso no tenía razón? “Bueno, sí la tiene, pero de todas maneras debería comprender. Yo siempre lo publiqué en mi revista y...”
                   Algo lo saca de su reflexión,  algún detalle que no había tomado en cuenta.
             - A propósito, ¿Cuándo me ha publicado este desgraciado algún poema en su revista?  No recuerdo alguno...ah, pero... no importa.... no importa.....güeón amargado...




  
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CAPÍTULO CUATRO:
 “DE ESTAS MUJERES Y LAS OTRAS”.

      Entonces el “alemán Sven” le pregunta.
          - Mmh...qué interesante...¿Y quién es   “la actriz”?
           -Ah, esa es otra amargada.

                    “Me fusilas”

                   Me fusilas
                   cuando giras tu cabeza
                   a cualquier punto
                   solo
                   para no mirarme
              
 De S.N.  en revista de aparición espontánea: “On the road” N1, verano 2011.
            
             -¿Qué es esto?
             - Un poema.
             - ¿un qué?
              -¡Puta, marciano culiáo’, hasta cuando, qué, en tu mundo no hay nada, no hay risa, no hay llanto, no hay nada, que me hací’ preguntas güeónas, a la conchetumare, que vó, qué!!....
                 La máquina no era cien por ciento infalible así

                                                32



que tenía que apañarse con lo que había, con los recovecos insondables, con zonas etéreas, zonas blandas, zonas lechosas. Zonas y más zonas.
           “Éramos muy parecidos, decían ellos. Entonces ¿qué seríamos? ¿Un saco de amarguras? Tu mente no es igual que la mía, tú eras más consecuente, pero, ¿Quién puede decir que lo es  cuando  las circunstancias lo dictaminan o te hacen cambiar?¿Quién puede decir qué   es perfecto o qué no lo es?”.
               Un intento más en este mar de vaginas.
                 Así que mientras haya fuego buscaremos a estas esquivas vulvas volubles como ellas solas, motivo de nuestro fuego.

             “ Mis ojos
                se pusieron lejanos
                a otro mundo pertenecimos
                hoy no te encuentro
                entre tanto bullicio
                y habitantes sin rostro”

      de  S.N.  de su poemario “Hamburguesa”
                                                    
                    - He perdido el toque, ya no es como antes, antes era un cohete y nadie se me negaba.
                    -Entonces, ahora puedes morir tranquilo, ya gozaste tus novias.


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                    -Es que eso nunca se termina, pero le echo de menos a lo de antes, con mucho dinero volvería a tener el toque, ¿Amelita, quiere ir conmigo a tomar el té?...hh....no te demoraste mucho en contestar, así que... la siguiente, por favor...
                  - Ja, ja, ja.
                  - Así es no más.
                  -Así es.
                    -Bueno, te dejo, tengo que ir y ponerme mi traje he ir a ver a mi teniente.
                 -¿Teniente?
                 -Bueno....ex-teniente, porque ella ya no ejerce, está jubilada... pero tiene un cuerazo... de miedo.... para morir luchando... así que... tomaré mi bicicleta he iré como Don Quijote...al ataque.
    
               “El amor
                 La más grande
                 calentura.”  
                  

de S.N .  poemario “efectos” La  Serena 2007.
    
              





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                  Claudia Cardinale
                  nunca sabrá que alguien
                  al sur del continente
                  se pajeó por ella.”

de S.N. del poemario “Musas desocupadas”


               “Siempre quise
                 besarla
                 morderla
                 hacerle el helicóptero
                 poner la oreja
                 amasarla con las dos manos
                 hablarle
                 cantarle
                 aplastarla
                 a su hermosa
                 raja” (trasero)

de S.N. o bien H.M. de su poemario “Maldito Harry”  2010.                
          - Es usted bien calentón, señor Samuel Aspe Aracena.
         
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             - Eh... parece que sí.
                      Le contestaba esto Samuel al e.t., mientras tomaba notas en un aparatito que parecía una tarjeta o algo por el estilo, mientras en la máquina escudriñadora se veían unas luces que parpadeaban.
            - Oiga... ¿Y por qué esta obsesión por el mundo de las putas?
                  Adelantándose a lo que iba a contestar Samuel agregó:  
       - No, sí sé lo que son las putas, soy de otro mundo, pero no soy tonto.
                Dormido, así como estaba, Samuel  se demoraba en contestar.
              - Contésteme por favor, ¿cuál es la fascinación con este mundo de las putas?
             - No lo sé, no lo sé; se da y ya, no hay mayor explicación, creo yo.....
              -¿Sí?
              - Eso creo.
                    Samuel sonreía, pero no decía nada. ¿Comprendería algo este “marciano” lo que es ese “mundo putíl” en nuestro mundo? ¿o la explicación era de lo más simple, como una cuestión de sobre-vivencia, de llevar el dinero a la mesa?  ¿O tal vez ya “ellas” en su mundo marciano no existían ya que eran más civilizados y no existía la pobreza o la necesidad de satisfacer las necesidades humanas como el coito o el Afecto Express?
            
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           “A ustedes mujerzuelas
           que nos hablan bajito al oído
           en los días vacíos de los hombres
           las que florecen en los bares
           las que agarran el paquete bajo la mesa
           las que no besan en la boca
           las que te salvan cuando las nuestras se niegan
       ¡Ay  benditas mujerzuelas!.”

Del poemario “Más”(efectos) de marzo 2007,de S. N.
                                            
                    “No crean....”
        No crean
        que durante mi vida
        no salí viernes o un sábado
        con algo de dinero y harto de la vida
        esperando encontrar una puta que me guste.
        en esos locales naturalmente serenenses,
        donde descansan los trabajadores de la construcción,
        donde ,si te duermes, tus bolsillos quedan mudos
         no sientes ni sus uñas,
         pero qué le vamos a hacer
         la traición y el amor llevan el mismo envase,
         un viernes y un sábado cuando estás harto de la vida.

De “Corazones del deshecho-Heart chilensis”.H.M. ediciones Delmismo, La Serena, 2010.


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                     ¿Qué es de aquella sensación cuando estás con ella y flojeas en la cama y no querrás hacer nada y estás ahí, a cubierto, en calor de las sabanas, quizás con el panorama de quedarte ahí todo el día y levantarte cuando empiece a terminar el día ¿No es ese el que trabaja para ellas? Que hay de esa sensación de aquellas que  te hacen sentir grato, como una amiga, como una amante, como las antiguas, como aquellas que estaban en aquellas casas de la doña, en donde se bailaba, se reía, “En casa de Irene, se canta, se ríe, hay gente que va, hay gente que viene”, como decía esa canción de los 60’ , pero que ya no es como ahora, que ya casi no hay necesidad de ir a un lenocinio, que ya la novia de ocasión tiene un par de condones en la cartera y le ayuda el reggaeton, el “poncéo”,el refregéo y “hastatrás Nicolás”... y yá, es esa frialdad que aparentemente no estaba en esas, como decía mi abuela, “casas de cita”, pero bueno, esa profesión más antigua del mundo parece que no va en retroceso, sino que hay más competencia y se ha diversificado el mercado y solo basta saber de ello con ir a la página del diario local, en los clasificados, para enterarse de algún servicio, si hay una necesidad y si la novia se niega.
             “Noelia y Carola, insaciables,
              Grecos, trios, exclusivo sec-
              tor, 8772....  (26-27/11).

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              “¿Quieres acabar con esa
                fantasía?,conócenos, te ha-
                remos de todo.$ 15.000
                Fono: 9520......”

               “$35.000 Victoria ¡exclusi-
               vamente domicilios!,joven-
               cita,vendedora multitienda,
               excelente presencia. Fono:
               79720......”
              
               “Damas solas, joven muscu-
                loso y apuesto, galan, dis-
                puesto a complacerlas,  ex-
                clusividad. F: 87643......”
               
     

...como decía el poema... así es en este mundo actual...donde tu consigues ciber-hacer el amor, con el chat o el twiter.  Y... ¿Y ellas, dónde están ellas? ¿Por qué lo hacen?


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         “ Woman”

          A ti que te vi
          tan señorita
          de traje chaqueta
          tacos altos
          bien perfumada
          excelente secretaria
          delicada
          bien delicada
          sobretodo
          al agacharte
          a recoger lápices caídos
          cómo me iba a imaginar
          que eras tan buena para chuparlo.

Del poemario “Más” (efectos) de marzo 2007 de S.N.

        



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   “Fue un día de esos en que a uno de las ganas de hacer algo, en este caso fui a dar a  un “cahuín” de por aquí cerca, en la calle Almagro, ¿O no era ahí o no existe? Bueno, que al caso da lo mismo. Me acuerdo que bebí muchísimo. Eran dos las compañeras que me guiaban, una en cada brazo. Una era flaca, feísima, la otra una gorda gigantesca, “bien potable”,  y ahí estaba yo,  siendo conducido a un lugar  para poder concretar la prestación sexual, era el rey del mundo, un rey borracho. ¿O fue en la calle que encontré a estas damas? Al cabo que da lo mismo...”
               “ Ahí estaba yo: el rey del mundo, con “patinetas” o no, ahí iba yo, el rey de Marte. ¿Marte. Sí, o lo que fuera, ahí estaba yo, el rey de Marte”.
                “Sucedió después que una señora me despertó, que tenía que abandonar la habitación, ahí estaba solo y no estaba en mi casa, así que, debía irme, ¿Dónde estarían esas chicas?¿Tan borracho estaría? Me dejaron botado ahí. Me dejaron botado y ni siquiera tomé la prestación... así es la cosa....”




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                  “Cambio de posición”

          Pare, pare, pare huachito
          por atrás vale más caro.




                           “Burdel”

          Que hablaré con la puta que elija
          ya que no vengo borracho.


   Del poemario “CAMAN BEIBI” de H.M. o S.N de ediciones  delmismo, la Serena 2010.    

                         
               Sí,  que hay  de ellas ¿Por qué lo hacen? ¿Pregunta muy ingenua? ¿sarcástica? No, cuestiones de la vida. Cosas de esta vida. Complejidades de esta vida. Circunstancias de esta vida. Existen de aquellas que sin necesidad económica se lanzan a ello, porque les  gusta o puede que 



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ellas, que tienen una familia que alimentar y están solas, hay de ellas que están disconformes con su situación y eso les da el nivel económico que  necesitan o que están acostumbradas o que quieren, hay de ellas que no han encontrado trabajo y no han tenido alternativa, hay tantas cosas, hay tanto drama, porque al final del día, ellas no están orgullosas de estar en esa,  y quizás ya no es como antes, y quizás,  como narró y escribió Rivera Lettelier en uno de sus libros: “quizás sea una forma de santidad”, refiriéndose a una puta de los tiempos de la pampa nortina que fue abandonada en un convento y que fue criada allí, pero un cura abusó de ella y después se entregó a la vida licenciosa y en su cuarto tenía una imagen de la virgen y cuando hacía las prestaciones daba vuelta la imagen  para que no viera la fornicación, en fin, pero de todas formas, no es algo que sea para colocar un diploma en la pared. ¿Por qué tienes que ir borracho a hablar con ella?¿Es muy fuerte lo que va a decir que tu erección va a desaparecer como nada?¿Qué?¿Acaso no es así?
                   El caso es que esto es así, los humanos somos así, duales, contradictorios, incomprensibles, insondables, incuantificables, aborrecibles, queribles, insufribles, despreciables, nobles, honorables, pequeños, grandes, valientes, cobardes, traicioneros, leales, imperfectos, pero.... somos humanos ¿humanóides? Para los hombres del futuro tal vez seamos humanóides, como decía Merino, pero ahora somos… lo que somos y las penas las

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tomamos con alegrías... con alegrías, como las de aquellas casas de remolienda, de aquellos años del abuelo, en donde se cantaba y se reía.
                    Se cantaba y se reía.
                    Esos cantos de mujer, esas voces de mujer. Esas cosas que lo hacen felices a uno. Esas cosas felices.
                    Felices.

           Que vamos a hacer
           con las putas borrachas
           podríamos lanzarlas al aire
           como challa
           como muñecas de trapo
           como aves
           como pompas de jabón
           total
           después de haber pasado
           casi toda una vida
           en un cuartucho
           abriéndose y cerrándose
           como el cielo
           como las circunstancias


del poemario “MALDITO HARRY” La Serena 2010.
        



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    “La Resucitadora”

           A veces
           amanezco achacoso
           me duelen los huesos
           apenas puedo leer los poemas del Elgueta
           aunque tengo lentes cuneteados
           que al fin y el cabo
           me han cagado más la vista
           por si fuera poco
           tengo transito lento,
           pero cuando estoy contigo
 se me para el pico, y por eso
              te doy las gracias
              mi resucitadora.





Del poemario “Putas lindas y otros” de H.M. o  S.N.,La Serena 2010.
          



                   
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                    “Pendiente”

            Ella dio la última fumada
            movió eróticamente sus labios 
            luego lanzó la colilla del cigarrillo sobre la almohada
             fue ahí donde desperté
             ella siempre me está penando
             algo no dijo, no sé
             no hubo tiempo quizás.        

Del poemario “Caman Beibi” de H. M. o S.N. ,La Serena. 2010.                   



                     “CITY”

             Te sirvió irte a otra ciudad
              irte a otra ciudad a olvidarme
              en cambio yo
              quedé pegado como lapa
              en las costas de Coquimbo.

Del poemario “Caman Biebi” de H.M. o S.N. La Serena.2010.
  

               

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                   “¿A dónde se fue ella?,¿A dónde?. A Arica.
                     A   Arica se fue ella.
                    Un amor loco.
                    “ Siempre uno quiere estar con alguien. Yo quería estar con ella.
                    Cómo se puede olvidar.
                      No se olvida, eso queda en el tiempo, y el tiempo se va, se lleva algo, se lleva el calor de nuestros cuerpos, de nuestros besos, de nuestro cariño, de nuestro aire, del aire de esa mañana, de las estrellas esa noche.
                  No se olvida, pero el tiempo se va.”
             
 
    

                       “Flowers”
        
             Siempre hay un jardín
             lleno de recuerdos.


Del poemario “Caman Bebi” de H.M. S.N.  La  Serena, 2010.



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             - ¡¡Qué haces tú con ese tipo, por Dios!!¡¡Por Dios, por Dios!!¡¡Ese hombre no te conviene!!¡¡Yo no voy a permitir que te sigas metiendo con él, no señor!! ¡¡Sobre mi cadáver!!
                  La muchacha, tímida, no dijo nada; que iba a decir, su madre no concebía esa unión. No la aceptaba. Era imposible.
              - ¡¡Te me vas, te me vas!! ¡¡Tú no te me quedas aquí!! ¡¡Tú no te me quedas aquí!!     
                Había un abismo entre ellos. Un abismo, que con la juventud a cuestas, la mente no se liberaba a pensar bien, pero, ¿Qué era pensar bien? ¿Qué era pensar bien cuando había un torbellino de sensaciones, las gónadas estaban en su máximo apogeo, que no les importaba eso de “contigo pan y cebolla”, es más, que en ese tiempo era un estilo de vida, en tiempos de los hippies? Pero la cosa no es tan simple. Sí. No es tan simple. La valentía es necesaria. Para todas las cosas de la vida se necesita, pero para otras, aún más.
           “Por tu culpa por tu
           Grandísima culpa”
           Ya no creo en el amor
            desde que tomaste un “Andes Marbus”
            y no regresaste (1974)

De “Corazones de deshecho-heart chilensis” de H.M. de ediciones Delmismo 2010.

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             El tiempo ha pasado, si ya han pasado más de veinte años, más de veinte años.... y solo ayer estuve con ella, con ella en mis brazos.... solo ayer... hace veinte años; me han contado que sus dos hijas ya tienen 20 años; vive bien, como quería su madre... su marido creo que la quiere, pero ¿Es parecer mío o creo que cuando pelean sale a relucir mi nombre o es una fantasía mía? ¿Fantasía mía o que eche de menos aquellos años locos, esa locura de amor, esa locura de amor que no cabe en ese mundo seguro, en su mundo seguro de todos los días lo mismo, de aburrición, de las cuatro paredes?¿Me echará de menos?”.
             Es un mundo seguro, con recursos, la educación de los hijos, la vida familiar, la vida social, todo bien , todo sólido, todo lo sólido que pueda parecer, pero todo circunspecto, todo en línea, nada especial, pero aquí no cabe la locura, ni nada de eso. Nada de eso hay,  nada de aquel amor loco de la juventud, aquel que no le ofrecía nada, nada más que el ahora; del futuro, solo Dios diría, nada hay, nada hay de locura, esa locura que deja ese sabor especial, de libertad, del aire en la cara, de las ganas de hacer  algo y  hacerlo,  sin restricciones,  de amar; ese sabor, ese sabor especial,  pero para vivir se necesita algo más que eso. Entonces en un momento del aplastamiento de ese mundo seguro, del ahogo, del tedio de todos los


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días, la mente de aquella mujer recordará, como catarsis, sus días inseguros, de ese sabor especial, de esa locura, de ese amor que no le ofrecía nada, pero que se lo dio todo, en ese momento, en esa intensidad, en esa caricia, en ese beso...pero... ¿volver atrás?...volver atrás....
               “Después de unos años.. y no estos años que han pasado sino, pocos después, nos encontramos, nos vimos y en esa mirada volvimos a lo mismo de antes, bajo esas cenizas queda fuego, removimos esas cenizas, era inevitable. Yo ya tenía una novia y tú también tenías el tuyo, allá en Arica. Tú terminaste con el tuyo, porque todo se supo, y yo terminé con la mía porque todo se supo, de todas formas igual te marchaste... es que ya las cosas no eran lo mismo, no, no eran igual que antes... o... no sé, no lo sé; no sé qué fue lo que pasó, solo sé que tu debías irte, no querías perder tu familia y volver conmigo era perder tu familia, si, para qué nos vamos a hacer los tontos, sí, era mucho para ti;  ya  no  éramos  unos adolescentes, ya no; y ahí y terminó  todo… y ahí terminó todo ¿Terminó?, da lo mismo para el caso es que.... ya no estás aquí.”
              “Cuarto uno”
       Aquí estoy
       postulando a la resurrección
       en el cuarto más vacío de la ciudad
       taraéo temas de los Stones
    
       eso me hace feliz.
 
                                              52

          
                 “Al pasar”
        
        Esa mala costumbre
        decir
        que rica la mina
        sin haberla probado.

          “Conclusión y respuesta”

        Pero amigo
        es difícil
        que ese culo que va ahí
        no tenga a nadie.
         
poemas de S.N. 2010 “añañuca” y poemarios.

            “Fiesta”(1974)

 Me acerqué a ti con mi mejor pinta
jeans, chaleco rojo italiano, mocasines argentinos
tu lucías una polera calipso y jeans
te dije, ¿bailamos?
sonreíste
mis manos rodeaban tu cintura
tus ojos brillaban más que la noche
más que una balada de Dylan.



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       “Me”

 Me siento solo
estoy que llamo a Nancy
¿será casada?
¿tendrá algún huevón?
mejor guardo la agenda
no me tinca.

                           
                           
                “Cinco mujeres”

      Tengo cinco mujeres,
      Cinco mujeres,
      Cinco mujeres famosas,
      Cinco mujeres que no las cambio por nada.
      Por las cuales me pajéo’.


                    “Mónica”

Señorita, ¿quiere andar conmigo?
yo lo único que sé hacer es culiár.



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CAPÍTULO CINCO:
 “EL TRABAJO Y OTRAS COSAS.”







      El extratrerretre  Sven se quedó pensativo por lo último que escuchó de Samuel, algo muy íntimo, de sentimientos. ¿Experimentaba él algo parecido? ¿O su mundo había llegado a tal punto de evolución que era tan ordenado que no había cabida para cosas como esas y  eran curiosidades del pasado?¿O nunca existieron y ellos eran como las hormigas, muy organizadas, obedeciendo a un solo mandato, a un solo espíritu de grupo, como un  perfecto  comunismo  y no como los de los hombres y las                                           


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mujeres: fallido y ellos, solo de su “hormiguero”, de solo preocuparse de la reina y nada más?¿O sabía perfectamente de estas cosas y experimentaba  nostalgia?  En todo caso, su rostro mostraba que estas cosas eran algo especial, algo del alma humana... y tal vez del alma “Manimanganiána”.
               Y ahí estaba Samuel, durmiendo como si nada. La máquina seguía escudriñando  ¿Qué es lo que se veía ? De repente aparecían imágenes de las que Sven debía interpretar y si algo le llamaba la atención o parecía relevante para ellos, él debía interrogarle, así, por lo menos, este sistema que usaban funcionaba. Seres de otros mundos quizás tendrían otro tipo de máquinas, más eficientes o menos eficientes. 
                En la pantalla Sven vio cómo iba Samuel empujando una carretilla con unos bloques, así, flaco como se veía, parecía esforzarse, haciéndole empeño en su trabajo, pero sus colegas, muy inteligentes ellos, que competían y ostentaban ante los demás de sus fuerzas, de quien lo hacía más rápido, como si fueran a recibir una medalla y en el mundo actual, a ver si le reconocerían  su  esfuerzo,  a  ver  si  eso se vería reflejado en un bono o algo, pero nada; a la hora de los “quibos” una “patá’” en la “raja” y afuera contigo, pero ellos no, muy seguros como si el mundo fuera de ellos y no de sus patrones.

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                 Se escucharon unas risotadas y un estruendo. Era la carretilla que se le ladeó y los bloques cayeron en una pequeña zanja, por sobre el tablón de madera en que estaba pasando; el excesivo peso fue mucho para él. Entre el polvo levantado se vio que  este cayó encima de la carretilla y quedó tendido allí. Las risotadas se hicieron más intensas. Luego el capataz de turno se acercó  y al ver que se recuperaba  le dijo:
             - ¿Cómo está, gancho?
                  Samuel, haciéndose el valiente y ocultando el dolor le decía “que no era nada”.
              - Bueno, descanse, vaya al rancho y descanse, si se siente bien vuelva a trabajar, pero si quiere puede retirarse y vuelve mañana.
               - ¡Sí, sí, capataz... gracias...!
                    El capataz sabía que la caída había sido de cuidado y sabía que ante un accidente de trabajo, así como este, que cayó de casi un metro y medio de alto, debía  derivarlo  al  hospital  del trabajador, como dictan las normas de seguridad, pero también sabía que este era un percance y un indicativo de que las condiciones de seguridad en aquella faena estaban fallando, y aunque sus jefes sabrían aquello, no verían con buenos ojos la “excesiva” preocupación del capataz por los trabajadores a su cargo, ya se sabía que la empresa a cargo escatimaba en todo, incluso en seguridad, para que al final esto redundara en la rentabilidad, o bien los supervisores se estarían “moviendo”, ahorrando por su cuenta,     por

                                              58
cualquier caso, la cosa estaba así. La seguridad del trabajador era la última preocupación, más en tiempos de dictadura, que el trabajador no valía más que un estropajo. Igual como ahora, la diferencia está, que ahora se sabe y con eso está la posibilidad de que eso se corrija, pero,  este tipo de cosas no aparecía en la televisión, ni en los diarios, no se sabía nada de nada.
                    “En todas partes se cuecen habas” dice el refrán popular, muy sabio por lo demás, como es toda la sabiduría popular, que sale de muchos cerebros, que, como dice otro dicho popular: “dos cerebros piensan más que uno”, entonces el pueblo,  con  más  de  dos cerebros, tendrán materia prima demás para formular esas tesis de la vida.
                       Pasaba algo similar en aquella fabrica, la deshidratadora, cerca de la población “las compañías” en donde, transportando unos troncos para los hornos quedaba con “la espalda en la mano”. Y también en una empresa de microbuses monopólica, en que trabajaba de “sapo”, ahí, según vio, todos eran unos bacanes, boxeadores y campeones.
                    Y pensar que mi madre quería que fuera médico o alguien con notoriedad”, reflexionaría Samuel, con una sonrisa en los labios, tal vez con un sesgo de perversidad, al ver que su madre se esforzó por meterle una mentalidad de un joven “de bien” que estudiaría, que sería ordenado, que se esforzaría, que se titularía,  que tendría dinero y se casaría con una buena mujer. Y ella

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sería la mujer más feliz del mundo, con un hijo bien puesto, bien posicionado, en donde las penurias de la pobreza, cuando su marido la abandonó, precisamente cuando sus hijos eran más pequeños, serían olvidadas, serían cosas del pasado, pero no. La cosa no fue así. Y esa crianza que le dio, con las mejores ropas que pudo conseguir, siempre bien peinadito al colegio, esa excesiva preocupación de que no se dañara, le quitaron la “fortaleza” física que se necesita para trabajos duros, cosa que después le reprocharía a su madre y de la cual sería escarnio de los otros niños del barrio, pero el médico que quiso su madre, se fue transformando en otra cosa, su rebeldía lo transformó en otra cosa, no quiso estudiar, no quiso ir al colegio todo el tiempo, no quiso ir a la universidad, solo quiso vivir y se transformó en un poeta. ¡Horror, un bohemio, un artista!....como dice una canción de Pancho Puelma .

         “Siempre me preguntaban
           si yo era poeta
           anteriormente dudaba,
           hoy estoy convencido
           por el brillo de mis alas.”
 
Del poemario “Maldito Harry” 2010.


                Pero no todo es malo ¿Qué es lo malo?


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Podríamos decir mucho al respecto y relativizar el asunto, podríamos filosofar sobre el asunto más que Maquiavelo y Russeau juntos... sobre nuestras vidas, la vida de este poeta, que.. ¿Sería mala?¿Para quién?¿Para él?¿Para los que leen sus poemas?¿Por qué nuestras vidas tienen que estar llenas de tragedias?¿Acaso somos el gran teatro de alguien?¿Quiénes son los teatreros?¿Participamos en este circo en forma voluntaria o estamos aquí engañados?¿O disfrutamos de este goce  masoquista de vernos envueltos en situaciones riesgosas, peligrosas?¿O nuestra mente está tan acostumbrada a todo esto que da lo mismo?¿Nos da lo mismo cuando ya estamos hasta el cuello y ya no queremos seguir en este cuento, en este teatro?¿somos unos pobres niños jugando a este juego de la vida en donde todavía no tenemos elección y obedecemos ciegamente dictámenes “divinos” que nos han impuesto?
             - ¿Tiene un disco de “los Ángeles Negros”, joven?
             - Sí, aquí tengo un “single”.
             - ¿Que temas tiene?
             - Por el lado uno tiene “como quisiera decirte” y el lado dos tiene “el rey y yo”.
             - Me lo llevo, ¿podría envolvérmelo para regalo?.
             - Cómo no, caballero.
                 “Gané plata en esa pega, se vendía harto en la tienda de discos en ese tiempo, discos “long play” y “singles”, más  chicos,  de  dos  temas   generalmente,

                                               61

uno por lado, discos de vinilo, sí, se vendía harto y claro, me daba mis gustos, era joven, esbelto, con esas camisas a cuadros y los pantalones “pata de elefante”, mataba, allí conocí a varias chicas; buena época”.
                  Ser colectivero no es fácil, no, aunque algunas personas, de esas que les gusta opinar sin informarse ni pensar, digan que, estar sentado en el vehículo y recorrer la ciudad no es nada, de hecho es un riesgo, un riesgo de quedar estéril con los dos grados que se alteran la temperatura de los testículos del hombre, del cual debe operar con una deferencia de dos grados con respecto al cuerpo y cuando eso no se da, la cantidad de esperma se merma y la testosterona baja y al bajar se empieza a producir la hormona contraria, es decir la progesterona, la hormona de la mujer, es por eso que llama la atención que, en algunos taxis-colectivos y en la locomoción mayor también, en los mini buses o también llamadas “micros”, los choferes, que se precian muy machitos, vayan escuchando canciones de Miriam Hernández como “el hombre que yo amo” o  canciones cargadas de alto romanticismo, propias del gusto de las mujeres.    Miriam Hernández   no  tiene nada de malo, todo lo contrario, muy rica ella, pero bueno, hay gustos que son propios de cada género ¿no?
                 Aquella vez Samuel conoció aquel mundo motorizado, en donde sale  a relucir la cualidad  más  humana: la animal. Y tal vez el animal, en su mundo salvaje, en el ámbito silvestre, sea más confiable que el

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humano.  Se dio cuenta que hay que hacer mucho al respecto, que hay que educar, que hay mucho que aprender, sí, que mucha gente cambia cuando se coloca atrás de un volante, atrás de una carcasa de acero y mientras más grande mejor, para echarle las “choriás”, las valentonas al resto para decir “aquí vengo yo”, en vez de tomar esto de la conducción como una responsabilidad y un privilegio, de respetar a los demás, para que los demás lo respeten a uno; gente que cuando se baja del vehículo es la nada misma sin esa carcasa de acero... o plástico y por eso que trata de resaltar cuando conduce, he ahí un examen sicológico que se debería hacer para obtener licencia pues hay mucha gente de aquella que avasalla a los demás ¿y que son en realidad?  Eso: un asesino tras el volante. Primero deberían dar un examen de  “El manual de Carreño”, un paquete de lecciones de ética y luego, tal
vez, digo, tal vez, la licencia; quizás por ahí debería ir esto de conceder la licencia de conducir, pero bueno, la cosa no es así todavía, por eso, mientras tanto, hay que andar con cuidado.
               Aquella fue una experiencia límite. Sí, iba Samuel en su taxi-colectivo por un camino de tierra después de hacer un viaje especial. El camino de tierra tenía dos pistas y luego un barranco, así que se debía andar con precaución porque  si no, se terminaría cerro abajo.
              Apareció un “colega” suyo por atrás con excesiva prisa, toca la bocina y lo rebasa, echándole las “choriás”(bravatas) y levantándole el dedo anular.

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Samuel, muy tranquilo lo dejó pasar. Luego, muy adelante encontró el vehículo detenido y el pasó a un lado y siguió su camino sin observar mayormente donde estaba el tipo, porque tal vez estaba orinando. Al rato el tipo apareció de nuevo, tocando la bocina y gritando groserías. Se acercó por atrás y lo adelantó con gran escándalo. Samuel otra vez no se hizo problema  ¿Qué le pasaría  al tipo ¿Estaría drogado?
           Como era camino de tierra y ahora estaban en un sitio sin barrancos, de igual forma no se podía imprimir más velocidad al vehículo a riesgo de volcarlo, pero el tipo al pasarlo aceleró más para levantar polvo, al parecer lo hacía a propósito. El auto del sujeto se perdió en el polvo y piedras.
                         No tardaría luego de ver el vehículo detenido a un costado del camino; Samuel ahora vio al sujeto que estaba sentado en el asiento, ahí, inmóvil, pero no se detuvo y siguió su camino, no tardaría de nuevo al escuchar el ruido del motor del tipo que se le acercaba para pasarlo. Efectivamente, lo pasó, pero Samuel, imperturbable, a pesar de los gestos provocantes  del tipo. Pasaron unos minutos, pero el tipo no desapareció más adelante, sino que permanecía cerca, a cierta velocidad. Luego empezó a bajarla. La bajó aún más y empezó a acercarse a Samuel que llevaba una velocidad moderada, pero ahora el tipo la bajó aún más y ahí quedó Samuel, atrás.   Entonces   se dispuso a  adelantar al tipo,     pero


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sorpresivamente el sujeto empezó a darle más velocidad a su vehículo, de manera que no  lo dejaba adelantar. Éste le dio más a su taxi  para zafarse ya que, podía venir alguien de frente y colisionar a ambos, pero el sujeto, que lo miraba con burla, aumentaba su velocidad  de manera que no lo dejaba adelantar y ocurrió que se produjo una especie de competencia. A Samuel se le desencajó la cara y frunció el ceño, aumentó su velocidad y aproximó su vehículo al otro, peligrosamente, que casi se tocaron en un momento. El tipo le vio los ojos y se le borró la burla de la cara. Giró levemente el manubrio  y le dio un leve topón al otro. Un poco más fuerte y lo saca del camino; el tipo bajó la velocidad y  se quedó  atrás; Samuel tenía una cara de enajenado que daba miedo.
           “Tú no sabes lo que puedo hacer, tú no sabes lo que puedo hacer”.
             Cualquiera tiene un día de furia. Así fue como en otra ocasión, cuando iba con su familia, su señora y sus dos hijos, en su colectivo propiedad de su mujer, atrás, en una fila de un cortejo fúnebre y de repente un tipo de atrás empieza a tocar la bocina, como imperándolo para que avance, ¿Qué querrá el desgraciado, que pase por encima del funeral?  Se dijo algo molesto. El tipo siguió haciendo sonar la bocina insistentemente,  quizás con su impaciencia se daba cuenta que Samuel estaba al final del cortejo fúnebre, aunque él no tenía nada que ver, iba avanzando por la pista que ocupaba la procesión; el tipo trató de adelantar, pero se encontró que habían vehículos

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más adelante que no lo dejarían pasar, pues la calle estaba copada. Y al ir hacia delante se topaba de costado con Samuel y las sacadas de madre iban y venían. El ruido de los motores,  el tráfico y el calor hacían lo suyo. El tipo seguía con insistencia descarada tocando la bocina. Pasó un momento que Samuel, en una de esas, le “tiró un beso”, el tipo ahí quedó descolocado, y luego reaccionó con furia, el tipo se creía muy macho, a lo “village people”, así que esa era una ofensa muy grave, entonces salió del vehículo portando en sus manos un martillo. Avanzaba hacia él con intenciones de atacarlo. En eso Samuel se envalentonó, se indignó. Harto ya del tipo, iba ir así no más, sin armas, a enfrentarlo, pero se acordó que debajo del asiento del chofer había un cuchillo por si acaso, por eso de los asaltos, entonces lo cogió y salió con el. Su señora y sus hijos shockeados observaban la escena. Samuel avanzó hacia él, enajenado, “borrado” y le lanzó    unos   cortes    que   le   hizo    unas abolladuras al vehículo, el sujeto retrocedió, no tenía intenciones de matar a nadie, sino mostrar su “bravura” con un martillo, pero vio al sujeto flaco que venía por él para llevarlo a los infiernos, pero más que eso, con la culpabilidad del momento que lo hacía volver a sus casillas y darse cuenta de que había actuado muy equivocadamente, prueba de ello es que después el tipo no lo buscó para que le pagara los daños en el techo de su taxi colectivo, que era lo que habría correspondía, pero a la luz de los hechos...

     

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           “Tengo que saberlo todo”

             Yo soy el guardián
             de todos estos imbéciles.
             Tengo que saberlo todo.
             Sus locuras
             desviaciones
             gustos
             y malas intenciones.
             Yo soy el guardián
             de todos estos imbéciles
             y de mí mismo.             
           
  del libro “Perdido en un mundo perdido” de Ediciones San Pedrito 2009, La Serena. De S.N.       
     
                 “Sí, yo era el guardián, pero acá en las soledades, solo debo ser el guardián de los cerros y la luna. Luna que me acompaña leyendo a Bolaño.”
               “Trabajar de guardia tampoco es fácil...en realidad ningún trabajo es fácil...se aprende y si se tienen ciertas facilidades naturales, mejor, de lo contrario costará más, pero, bueno, la lucha se da y es lo importante”.
                    Ese día Samuel fue a pagarse y con frustración constató que le habían descontado cerca de $ 40.000, de los 180.000 que ganaba, ¿por qué? Se preguntaba y se dio cuenta que fue por el uso de la tarjeta

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que le proporcionaron para pagarle y esa, solo esa, debía usar, la que le dio la empresa, y no una que usara a su elección, claro, como la empresa hace convenio con ciertos bancos, obliga a sus trabajadores a usar de ese sistema, sin beneficiarse el trabajador con  ese convenio que hizo con ese banco, no claro que no. Y Samuel se le informó en el banco que ese cobro fue la acumulación de consulta de saldo  ¡Pero no me dijeron nada! ¡Hijos de su santa madre!- pensó. Pero claro, ese era un pelo de la sopa.   ¿Dónde  quedó  eso de que los guardias solo debían trabajar ocho horas, que fue un dictamen de gobierno que se hizo hace años atrás?  Se lo pasaron por cierta parte disfrazándolo de horas extras. ¿Y vacaciones? “No aquí no damos vacaciones, a usted se le despide y se le paga la indemnización y bueno, tira su libreta a la cesantía y ahí usted verá. Y claro, todo sin contrato...el Estado lo hace, ¿y por qué nosotros no?” 
                  Cierto día conversaba con su jefe,  a raíz de un traslado “trucho” que le había hecho. Y según su jefe lo habían “amarrado” unos colegas porque había hecho algo anormal, o sea lo había delatado de algo que hizo ¿De qué? Lo habían “mariconeado” porque no era verdad y lo cambiaban de instalación. A lo que Samuel le dijo a su jefe que por qué lo traían a él para remplazar y a los otros no, a lo que le contestó: ¡Pero está trabajando! ¿no?.... a lo que Samuel le replicó que “los otros también estaban trabajando”, a lo que su jefe fue más directo  y le dijo  que “aceptara calladito”. Y en realidad todo esto fue una


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treta de su jefe, pues Samuel era responsable y no se dormía en su turno de noche, pero los otros sí, como estos tipos no eran tontos, le “cargaban la mata” al más responsable. ¿Lindo, no? Grandes personas. Así era la cosa. En vez de contratar a más gente y gente responsable, sino que mantenían a los “regalones” o a los parientes, no importa que fueran unos inútiles. Y claro que lo iban a hacer, si con ello se va al tacho de la basura la meta de maximizar las ganancias, el escatimar, la preciada meta de cierta rentabilidad.
                    Para que hablar de las condiciones de seguridad.
                    Aquella vez que pudo asistir a los cursos de seguridad que eran obligatorios para el personal por ley, digo, pudo,  pues, a veces no lo hacía, porque chocaba con los turnos, pero aquella vez que fue, el instructor, que a la mitad de la clase se ponía hablar de sus experiencias personales, la historia de su vida y toda una perorata, les dijo que, al saber  que donde trabajaban no habían vallas de seguridad y que eso era imprescindible, les dijo que ellos debían “exigirle a su empresa  que pusieran esas vallas”, que era importante; al ver la estupidez del tipo y lo ilógico de lo que él pedía, ya que era deber de la misma empresa de disponer aquello y no era la obligación de los trabajadores andar exigiéndoles   lo   que   la   empresa    debía disponer por CONTRATO, le dijo: ¿y por qué no va usted y les dice usted?.
         -¿Cómo?
      
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             -¡Claro, pues, vaya usted y dígales! ¡Vaya usted y dígales!¡no, pero vaya usted y dígales!
                   No hubo necesitad de que dijera: ¡Pa´ que lo echen cagando! Así, el instructor cambió de tema, pues no estaba tratando con jóvenes primerizos, que no tienen clara la película, sino que con hombres algo rudos y ya muy maduros.
                   Y vamos a ver qué tipo de contrato hizo la empresa con unos sujetos que eran Canadienses, unos gringos, que generalmente son tipos muy ordenados y exigentes, que eso no era nada, el kit del asunto era de cómo de materializó ese servicio ¿Cómo? Se supone que ese servicio vale tanto, y con ese dinero, que debe cubrir lo que se va a ganar y lo que se debe implementar, todo correctamente, en condiciones óptimas, equilibradamente, como se supone. Pero Samuel, como sus colegas, estaba en paupérrimas condiciones.
          - ¡Mire, si ni tengo garita!- decía Samuel comentándole a una amiga las condiciones de su actual trabajo y sus intenciones de migrar a otro. Claro que no le comentaba que tenía que ir a guarecerse a una oficina para capear el frío de la noche, y allá en los cerros, lejos de la ciudad, la noche era cruda y todavía faltaba que llegara el invierno. Aparte de que lo que cuidaban eran explosivos y no tenían cursos para alguna contingencia y no se habían implementados condiciones de seguridad por si acaso había una explosión, por ejemplo, un hoyo en la tierra por donde guarecerse, nada. Aparte de que eran

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unas pocas “lucas” más por estar allá, nada más. O sea, malas condiciones. Pero qué se podía esperar de estos empresarios “chantas”(engañadores,paupérrimos), que generalmente eran  ex-milicos o ex-agentes del Estado, proclives a la ideología Pinochetista, y este personaje era quien decía: “Hay que darle plata a los ricos, para que generen riqueza”. Y claro, ellos acumulan riqueza explotando a sus trabajadores, aprovechándose de su vulnerabilidad y la necesidad de trabajo. Un dinero “bien  avenido”, como se puede ver. En consecuencia se ve después la riqueza en un auto de veinte millones de pesos circulando por la calle que llama la atención y no se ve, por supuesto, a ese trabajador    enfermo   de    una    neumonía rezando para que lo atiendan en un hospital público y pidiendo una licencia que no se la van a pagar nunca, porque eso de la demora, equivale a que nunca se la van a pagar, pues el Estado, en su afán de cuidar las platas, cae en la denigración del trabajador y no le cuesta nada en gastarla en licitaciones gigantescas que al final solo son triangulaciones que los parlamentarios u otros personajes con intereses creados se queden con las platas, aparte de que el sueldo de estos parlamentarios es millonario y ganan en un día lo que un trabajador normal gana en un mes y después se preguntan por qué hay poco amor a la patria y sentimientos afines, cuando ellos solo promulgan el amor a la plata y ya no hay nación más que la plata. Así es. Y con todo esto justificando aquel explotador empresario por el nivel de desarrollo que está alcanzando el país cuando se ven ese tipo de vehículo

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 circulando orgullosamente por la ciudad. Todo apariencia, como todo lo que hizo Piñera con el rescate de los 33 mineros allá en la mina San José, en Copiapó, que andaba mostrando el papelito de “estamos bien los 33...” por el mundo, como una gran hazaña  del país,  del gobierno, cuando todo esto ocurrió por causa de las políticas de acción que ellos mismos promulgan, el “libertinaje” del mercado, la casi nula o nula  fiscalización por parte del Estado ya que se contaban con solo dos fiscalizadores para toda la zona de Atacama, o sea la nada misma, así el Estado es pequeño con estas herramientas para ejercer su labor fiscalizadora y pese a aquello, ellos son de la idea de “achicarlo más”, más todavía... y por eso es  lo que pasa, ya que desde el parlamento dan menos financiamiento para esos ítemes; ítemes donde se contratarían más fiscalizadores, pero no, no lo hacen, por eso: para que no  haya más control, apelando a la “autorregulación” del empresariado, en orden a un amplio desarrollo, autorregulándose como lo hizo la minera a cargo de la mina San José que siguió adelante con la explotación de la mina sabiendo en las condiciones de seguridad precaria en que se encontraba, sabiendo de los derrumbes internos, pero ellos “démosle no más” hay que producir, y con la venia de este Estado, de derecha que rige actualmente, o sea, de Piñera, que  con su funcionario encargado del organismo minero de otorgar el permiso de explotación  fue  despedido  porque se negó a dar permiso para que esta mina funcionara ¿Por

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qué? Porque había una orden interna de gobierno que se debía dar las facilidades a estos empresarios para que no se elevaran los índices de cesantía en el país, para dar una imagen de país pujante, de que se iba directamente al desarrollo con este gobierno de derecha. ¿La “autorregulación” donde quedó? En la utopía que es, en eso. ¿Quién se fiscaliza a sí mismo?  Por favor. Entonces como queda el señor Piñera mostrando ese papelito al mundo cuando las políticas a la que es proclive fueron las responsables de lo que ocurrió ¿No deberían asumir y quedarse  callados y aceptar que por generar más plata, que es la última y la primera premisa de ellos, que por  generar más “riqueza” dejaron pasar eso, para ver si pasaba “piola”, porque si pasaba piola, en ese intertanto, se generaba plata?¿Eso es desarrollo?... y en este caso, con lo del papelito ¿No es más digno el silencio?.
                Lo bueno de esto, porque hay que buscarle lo bueno a esto,  que de lo contrario estamos perdidos, era que para Samuel, como estaba en las soledades de las afueras de la ciudad, en su turno en la noche, tenía tiempo para crear  poesía y leer a Bolaño u otros autores de los cuales era afecto, tomándose un cafecito.                 
                Y ahí estaba con su tres colegas: uno era del pueblito de “las Rojas”. Con él poco conversaba pues era algo “huaso” o mejor dicho, reservado: intercambiaban unas cuantas palabras y luego lo mandaba a su puesto para que no lo “molestara” en su trabajo. Era un sujeto solitario. El segundo era un tipo que pretendía ser culto,

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que lo interrumpía en su conversación, como haciendo indicaciones, apuntes, de que él sabía más. Poco fructífera la conversación. Más entretenida es la conversación con el tercero, un hombre de edad, maduro, ex- hombre de la fuerza aérea que fue socialista y guardia del papá de la ex-presidenta  Bachelet, a quien mataron para el golpe militar de 1973 y como él era de la misma ideología, tuvo que partir al exilio, sin hablar antes con el general Leight, que él le había dicho que la única alternativa era el exilio, que él era un experimentado piloto, además le contaba que habían convenios con los norteamericanos, que se hacían cursos de pilotaje de aviones que nunca llegarían al país y por eso los repuestos eran originales, y si los norteamericanos lo requerían  ellos  tenían que hacerse presente para cualquier contingencia, como ocurrió con el bombardeo de la moneda, pues el hecho de que la marina norteamericana estuviera anclada en Valparaíso no era casualidad y si estos  aviones fallaban se pensaba en una intervención. Él, según decía, había sido socialista, pero que ya no le interesaba el tema político, que había conocido “toda la suciedad” por dentro, así que estaba en otra parada, según él conoció toda Europa, tuvo que sobrevivir con lo que sabía:  cursos de electrónica y otras cosas, que había trabajado en Argentina en máquinas pesadas en este último tiempo y que ahora estaba acá, por el asunto de su jubilación, que estaba en proceso, pues había sido “castigado”, habían sido borrados todos sus

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antecedentes de manera que no podía cobrar su jubilación como ex- miembro de la Fuerza Aérea, así, según le contaba a Samuel, se cocinaban estas cosas. Así es. Donde los gringos se paseaban como por su casa por todo el mundo o como hicieron hace un tiempo, cuando taparon desde afuera lo que habría sido el caso del “Rosswell Chileno” cuando hace unos años atrás el 7 de octubre de 1998 cayó un ovni  en las cercanías de    Paihuano,    en el cerro  “las Mollacas”,     que  se  partió  en   dos, incluso que casi se veía el resplandor desde aquí, desde la Serena. Si estos gringos no hubieran intervenido, tendríamos un regio tour para los turistas, igual como lo tienen allá en nuevo México, en Rosswell, y con eso nuestro turismo regional se hubiera potenciado enormemente, pero no, estos norteamericanos, que se llaman a sí mismos “americanos”, llegaron, entraron al país como Pedro por su casa, que si esto pareciera, como dice una canción de “los Prisioneros” : “Sudamérica es un pueblito al sur de los Estados Unidos”,  un pueblito gringo o Miami o Kentucky  o algo por el estilo y así, con la colaboración del gobierno regional de la época, claro está, acordonaron la zona con la policía y llegaron muchas personas extrañas a la zona entre periodistas y personal de otra especie, grandes helicópteros negros aparecieron por la noche y el día y en Coquimbo, en un barco, desembarcaron grandes camiones que fueron directamente hasta Paihuano y recogieron todo y “chao”, ni rastro del que puso ser un gran caso que hubiera tirado


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para arriba el turismo en nuestra región.
                    Eso sí, que todo esto no habría valido  nada  para  nuestro  turismo, en caso de que hubiera sido oficialmente reconocido y habría sido noticia y se habría preparado todo para recibir a los turistas, si los locales, arriendo de casas y todo eso, les hubieran cobrado lo que les cobraron hace unos años, en donde espantaron a toda la clientela con precios de asalto. No valdría nada, aunque hubiera caído una nave nodriza  de 500 metros y hubiera quedado la desparramadera de extraterrestres y estos los habrían tenido que atender en el hospital de La Serena y Coquimbo y estos habrían hecho declaraciones por los noticiarios de radio y  televisión y algunos habrían contado su vida en “Gamma cuatro” y otros quizás de que mundo habrían venido quizás contratados por el dueño de la nave nodriza y , cuento aparte, la de naves que  habrían quedado en el terreno y la nave nodriza misma. Todo ese  espectáculo mismo no valdría de nada, de cobrar esos precios a los turistas y hacerse ricos de la noche a la mañana. En todo caso... tal vez los de U.S.A. se lo hubieran llevado todo.
                  “Incredulidad”
                       Dios
                       lo sabe todo
                       U.S.A.
                       también.       (1999).

De “corazones de deshecho-heart chilensis” de ediciones de Elmismo, La Serena, 2010.
                                                 
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               De todo eso y más conversaba Samuel con este señor mayor, que era su colega. De estos de grandes y pequeñas cosas, que el turno se hacía largo sin un intercambio de palabras.
                 Ahí Samuel estaba de punto fijo y no lo trasladaban como hacían en otras oportunidades. Como aquella vez que lo trasladaron a un área, un recinto donde guardaban camiones y se encontró con un conocido suyo, que era del barrio donde él vivió cuando era pequeño, el barrio “Capuchinos”. Lo miró, los años habían pasado, estaba distinto, pero era él.
             -¡Hola, güeón! ¿te acordái’ de mi?
                         El tipo lo miró, pero no alcanzaba a reconocerlo.
                    - ¡Soy yo, el Samuel!...
             - ¡Aaah, hola Samuel, cuantos años.... cuando te iba a conocer...!!.
                          Y así se estrecharon las manos muy alegremente. Pero luego, después, Samuel en la tranquilidad de su turno, en la soledad del silencio, se acordaba del pasado y pensaba en el tiempo  ido, “ahora que me acuerdo, este tipo me sacó la cresta y mi madre fue a reclamar a donde estudiaba; era malo el hombre y pensar que este era un violador estudioso y se “pescaba” a los niños de ese tiempo...es que era un barrio salvaje”, luego se acordó de otro hombre, un sujeto jubilado, con familia, con estudios también era como aquel que ahora trabajaba en camiones “...este también era de los mismos,

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si era un barrio salvaje, habían peleas, violaciones zoofilia, sí, salvaje, como también el barrio Los pingüinos...”, pero luego, su mente lo llevó al color de las casas, al sonido de sus calles de tierra, a un ambiente surrealista y allá estaba su casa. Una humilde casa donde las ventanas no tenían vidrios, solo tapas de madera que al cerrarlas todo quedaba a oscuras y su madre que cosía para otras personas, que era otra la  economía, que  ella,   sola,   con  sus dos hijos, se las arreglaba con eso, y se la pudo finalmente, hizo lo que pudo, sí, pero se la pudo. Eran otros años, otras épocas. De su
padre poco tiene memoria, solo sabe que un buen día se entusiasmó con otra mujer y dejó a su madre, a él y a su hermana. Pese a ello su madre nunca le habló mal de él. El hombre tomó una decisión y ya. Así eran las mujeres “antiguas”, otra formación, otras generaciones, estoicas, acostumbradas al sufrimiento, a la resignación, a la aceptación de los sucesos y, claro, a apechugar. No había otra opción. ¿La hay actualmente? Siempre uno tiene que apechugar. Siempre tiene que salir para adelante.
                Que para atrás no se puede.







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                      “Algo es algo”

            Vivió 50 años encerrado
            en una oficina,
            soñando con ser profesor de
            educación física,
            soñando con recorrer Europa.
            Hasta que llegó,
            un poco tarde, pero llegó.
            La única conversación que
            tuvimos toda la vida
            fue sobre Raquel Welch,
            Claudia Cardinale, nuestras preferidas
            y de una morena de Ovalle,
            que siempre yo llevaba tomada de un hombro.
            Ahora tengo para “cachiporrearme”: no todos los padres son enterrados en Europa.         

         
(*cachiporrearse= (chilenismo) Presumir.)

De “Corazones de deshecho-heart chilensis”. H.M. o S.N. ediciones delmismo 2010, La Serena

                     
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                       Se acordó de los muchachos, los hombres parados en las esquinas y no se explicaba de qué vivían y no era que se dedicaran a la delincuencia, pues no había eso de la droga, como hay hoy en día, no había construcciones. Algunos iban a trabajar a la feria, pero ahora, después de todos esos años, se hacía esa pregunta. De  algo vivían, seguro. Se acordó de su casa, por ejemplo, de sus vecinos: al lado vivía “don Reina”, que tenía una carreta y vendía pescado y en su casa vivían doce personas, como vivían, no se sabía, pero vivían ahí, amontonados; un hermano de ese señor trabajaba en una panadería y todos los demás eran niños: el “Checho” que trabaja hace muchos años en el hospital; la “Chepita”, que vende afuera de la catedral; la “Sole” que ahora es enfermera que trabaja hace muchos años en el norte; la “María” que es ex-enfermera en el hospital; la “Amelia” también funcionaria del hospital ; también se acordó de la “Celedón” una mujer enferma que murió ahí, en la casa, en la oscuridad ya que nunca la sacaban a la calle. Más allá vivía el “Teleno” que trabajaba cargando camiones y era él único de la casa que trabajaba, las señoras de ahí no trabajaban y se acordó de su tío que trabajaba en “cañas y galleguillos” vendiendo discos. Más allá, en una casa vendían vino y allá iban a parar todos los “curaditos”; cerca estaba la casa de las “tebas”; más arriba vivía una señora que sobaba, la señora “Gollita” que era como una especie de enfermera, que sobaba a los jugadores de Deportes la Serena. Más allá vivía la “Doly”;cerca vivía


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el “loco Pérez”, que era carnicero clandestino; y llegando a la esquina había una “fuente de soda”, del “maricón Henríquez”; a la vuelta vivía el flaco “Colequín”, que era el que tenía plata, pero vivía como pobre, tenía dos camiones y vendía melones y sandías, ganaba plata, pero era alcohólico y se la pasaba borracho, vivía como pobre porque no tenía muebles, solo un colchón en el piso para dormir, pero curiosamente era el único que tenía un “wurlitzer” y solo el restorán  “El Peñón”, el “Cine Centenario” y “Mi Cafetal” que estaba en la calle Balmaceda, tenían uno, pero eran locales comerciales; eso era algo estrafalario, extraordinario para el barrio, sin duda, pero lo malo era que tenía un solo disco con un tema de Mike Laure y lo tocaba y lo tocaba:
              “Tiburón, tiburón
                tiburón, tiburón,
                 tiburón a la vistaa,
                 baaañistaaa...”

                        Si las bolas no reventaron aquella vez por escuchar tanto “tiburón a la vista” de Mike Laure, no se  reventarán jamás.
                          Y así, esos eran los negocios, la feria, la panadería y otros. Por ejemplo, estaban “los pasteles giordo”, que podría ser una fuente de trabajo explicando qué hacían los hombres en las esquinas, qué hacían para vivir, porque no es como ahora, que hay mucho negocio y actividad, lo único, sí, que es una miseria lo que pagan,

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mucha exigencia con los antecedentes que solicitan y el ambiente no es muy bueno, muy tenso, estresante, ya que hay una soberbia que antes no había, o no se asomaba; que algunos llegan al negocio y porque llegan pagando tienen el derecho de humillarte diciendo “para eso estoy pagando” y alguna gente acepta eso pues el patrón a veces “presta menos ropas que a Tarzán”, dándole la razón al cliente, pero claro,  esos son  maricones, al igual que aquellos que llegan diciendo “para eso estoy pagando”.   Un buen patrón sabe, conoce   a sus   gente   y  los cuida,  porque ellos le cuidan a él, pues la gente agradecida sabe responder con  lealtad, pero a estos maricones.... que no se quejen después de su suerte porque las maldiciones le lloverán, no creerán que las gentes, al tener que aceptar el abuso, porque tienen familia, tienen que comer y todo eso, en su mente no los maldice. No señor. Preferirán algún día haber sido golpeados en masa por ellos, y no lo otro. En fin, el aprendizaje a veces cuesta caro, así es esta vida, así es la cosa, estas cosas que ocurren, que quizás no deberían y no son agradables,  pero es así.
                      Sí, aquellos eran otros tiempos. Pero,  volviendo a los vecinos de Samuel: se recordaba del señor de enfrente que trabaja de garzón, en hoteles, en “boites” y sitios por el estilo; al lado estaba “el pololo”
que tenía un taxi, un “ford” del año 1955 y en eso se las arreglaba; siguiendo estaban “los coñu” que trabajaban en construcción,  arreglando  puertas y  cosas  así,  como

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“maestros chasquillas”, como se decía en ese tiempo;  se acordó de un señor de nombre “Tutín” que tenía dos hijos, uno se fue a la “Fach”, el otro se fue a estudiar a la Universidad de Chile, que estaba en la colina, que después pasó  a  llamarse  la  UTE  y posteriormente Universidad de La Serena, el dueño de casa tenía una camioneta, eran como los ricos del barrio; se acordó del vecino Orlando cuyo hijastro se fue a estudiar para México, pero nunca más volvió, igual había una niña de nombre Patricia que se fue a estudiar y murió en Grecia en un accidente, esos eran los escasos chicos que iban a estudiar, sí, así eran las cosas, no había plata para estudiar y los niños no pasaban de “sexto de humanidades”. También se acordó de un señor de nombre “Juan seis”, que era cochero y tenía su propio coche que era tirado por caballos y  se usaba en los actos fúnebres cuando moría alguien y era llevado en coche al cementerio con toda pompa, con el cochero vestido de negro con sobrero de copa y con cara de muerto. Su nombre provenía por el número del coche: “Seis”, don Juan Seis; se imaginaba Samuel, con su mente creativa, en ver todo esto filmado como  en una película de Fellinni, escrito y luego pasado al celuloide, o en este caso, al cine digital, como es hoy en día   por lo mismo, más fácil de hacer.




              
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                          “Siempre.”

           Siempre quise ser un Rolling Stones
            no entendía lo que decían sus letras,
           Pero llevaba el ritmo con los pies.
           Era un muchacho del barrio
           de camisa floreada y pantalones  pata de elefante,
           que solo lo usaba
           después de la “pichanga”.
           No sé qué pensaría Amalia,
           la chica que me tenía de cabeza.

De “corazones de deshecho-heart chilensis” de H.M. o S.N. ediciones delmismo, La Serena 2010.


            “Capuchinos”


            Volví al barrio
             con mi hijo de la mano.
             Mudos caminábamos
             como expuestos
             En una fotografía.

De “Poesía Chilena contemporánea” de Mosquito editores 1999. Antología. Poema de S.N.



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                   Esas eran los personajes y cosas que pasaban en aquel desaparecido barrio “los capuchinos” que se situaba de la calle Anfión Muñoz hacia arriba, hacia  la cordillera.
            - ¡¡Pucha Samuel!! ¿¿para cuándo la novela, para cuando la historia de “Capuchinos”, ah??...
                   Le decía un profesor amigo suyo, cuando lo veía por la calle.   
             - ¡¡Algo haré, algo haré!!...                                                                                                                        
                    Lo que no sabía el profesor era que no solo esa, era una obra pendiente de Samuel, sino que habían otras, como por ejemplo: tenía un proyecto de escribir sobre la vida bohemia de la zona con sus grupos musicales que aparecieron y desaparecieron antes y después del golpe militar del ’73, asunto del cual sabía, pues, había sido testigo de aquello y conocido a los músicos protagonistas de aquella época o por lo menos, a gran parte de ellos.
                    
                     
         



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Hasta aqui el adelantazo de la novela de:
SAMUEL Y LOS MANIMANGANIANOS DEL DEDO MEÑIQUE PARADO


Disponible en "Ediciones Cuchu"
consultas por medio de el e-mail.

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