Les presentamos un buen adelanto de la novela:
"SAMUEL Y LAS MANIMANGANIÁNOS
DEL DEDO MEÑIQUE PARADO"
Material protegido por el derecho de autor reconocido mundialmente y con todos los tratados vigentes. Todos los derechos reservados.
Texto en exclusiva para los visitantes de este blog.
"SAMUEL Y LAS MANIMANGANIÁNOS
DEL DEDO MEÑIQUE PARADO"
Material protegido por el derecho de autor reconocido mundialmente y con todos los tratados vigentes. Todos los derechos reservados.
Texto en exclusiva para los visitantes de este blog.
SAMUEL Y LOS
MANIMANGANIÁNOS
DEL
DEDO MEÑIQUE
PARADO
POR GEKO
6
Ediciones
Cuchu en su formato
Cuadernos
Literarios presenta:
“Samuel y los
Manimanganiános
del dedo meñique parado”
por Geko.
©
2011, copyright by
Geko.
derechos reservados.
inscripción n’ 212.465
© 2016, Ediciones Cuchu
derechos reservados.
contacto: editor.cuchu@gmail.com
web: www.edicionescuchu.blogspot.com
representante legal:
Sr. Germán Cuello f.
diseño cubierta: Javiera Arenas
Editado por Ediciones Cuchu
Todos los derechos reservados.
PROHIBIDA TODA REPRODUCCIÓN.
Todo hecho presentado en estos escritos
es solo ficción, creados por sus autores,
por lo que nada tienen que ver con la realidad.
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CAPÍTULO UNO:
“EL DIA
EN QUE SAMUEL FUE RAPTADO POR LOS
MALVADOS INVASORES DEL DEDO MEÑIQUE PARADO”.
Samuel nunca se imaginó que se hallaría en “donde nadie ha ido antes”
como reza el eslogan de la serie de ciencia ficción “Viaje a las estrellas” de 1966.
Aunque, en este
caso, sea un simple caso de abducción.
Pero aquello de que “donde nadie ha ido antes”, es
una realidad, de hecho, es de lo más común, aunque nadie sepa. No se han
desclasificado los informes de las
agencias que hablan al respecto, donde han descubierto cuanto secreto existe.
Así es, pero todo esto ya se sabrá algún día...
así como se han sabido cosas más simples.
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El caso es que, todo esto
comenzó cuando Samuel estaba conversando
muy animado con el guardia de un pequeño estacionamiento, en la entrada del recinto, y en donde a veces
dejaba estacionada su bicicleta. Instancia en que aprovechaba también, de
venderle unos libros, ya que andaba necesitado de algo de dinero.
- ¡Bueno aquí tienes Samuel, por estos dos libros que me vendiste, son
puras monedas sí, .... cuéntalas….
- ¡No, no, no, así no más!...
- Discúlpame, es que no tengo billetes…
- ¡No, no, está bien, es plata igual y estando vigente...
- Pesa como medio kilo esa bolsa
con monedas.
- No importa, me la echo en el bolsillo de la chaqueta y queda a
resguardo y casi no se nota.
- ¡Espérame un poquito, que viene
un cliente…!
El guardia tuvo que hacer
una pausa en la conversación con Samuel, para atender un
cliente que venía a pagar, para
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Juan Aguilucho
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salir con su auto del estacionamiento y justo en
ese instante, por la vereda, por el
lado suyo, va un amigo, un colega en esto de las letras:
-¡Hola, Juan Aguilucho!
El hombre se dio vuelta
y al verlo se acercó, se sonrió y le dijo:
-¡Samuel, oh.. te andaba buscando, ven, toma... ten aquí una invitación
para el lanzamiento de mi nuevo libro!
Samuel recibió la invitación sonriendo,
pero no muy convencido.
-¡Otro más!-pensó para sí.
-¡Mira, si estará el alcalde Raúl Raja, honorables concejales y cuánto
de honorables más, así que ya lo sabes: estás invitado…sí, y además, un
académico hará la presentación de mi magnífico y estupendo libro; cuando te
presentes te regalaré un ejemplar firmado por mí mismo! ¿qué te parece?
Sin darle tiempo a contestar Juan Aguilucho siguió su camino, dejándole
una invitación donde se podía leer la
fecha el lugar y la hora de aquella ceremonia a la cual había sido
invitado.
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En un primer momento a Samuel le llamó la atención la fecha del
lanzamiento. ¿Un día domingo a las ocho
de la noche?¿aquí?¿quién irá a una presentación en ese día, de descanso y más
encima que el día siguiente es día lunes…. lunes de trabajo? Pero más allá de
esa reflexión, no lo pensó más y cuando llego aquel día, de aburrido que
estaba, sin más panorama, decidió ir.
Se puso su chaqueta, había
que ir algo elegante ¿no? Cogió su bolso
con unos libros, con su cámara digital y otras cosas. Luego se montó en su
bicicleta y partió.
Las luces de la avenida
Balmaceda lo alumbraron mientras la recorría. Poca gente. Casi nada de
vehículos. Era un domingo ya pasada la atardecida.
Como los frenos de su
bicicleta no funcionaban muy bien, se ayudó con los pies para frenar. Y ahí
estaba: el frente del edificio de cultura, pero… “¡Está todo apagado! ¡No hay
nadie! ¡Este desgraciado me gastó una broma!”- pensó.
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Más allá percibió algo.
-¡¡Allí hay luz, en esa sala hay luz!!... parece que no era na’ broma…
El recinto era una
antigua estación de tren que se ocupaba mientras tanto se decidía el sitio
definitivo. Había salas que estaban dispuestas hacia la calle por lo que no había necesidad de entrar por una entrada
principal.
-¡¡Allí debe ser!!
Se acercó y se dio
cuenta que estaba su amigo Juan Aguilucho y en frente tenía a dos personas de
traje, sentados en la primera fila de asientos y el resto hacia atrás, no había
nadie. Todo el resto de la habitación, con las filas de asientos vacías.
-¡Chí’, no vino casi nadie!-pensó cuando les vio a ellos tres en medio de la inmensidad de la sala -¡Estará
por llegar el resto supongo!- cuando pensaba eso, escuchó la voz de su amigo
Juan que lo vio en el umbral de la entrada.
-¡¡Samuel, pasa, pasa!!
Iba a entrar, pero pensó
en su bicicleta.
-¡¡Entra no má’, deja la bicicleta allá en el fondo!!
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- ¿¿Se puede??
-¡¡Sí, déjala allá no más, no te hagái’ problema!!
Al ver resuelto su
dilema partió de inmediato a dejarla al fondo, y luego regresó donde su amigo.
-¡¡Hola Juan, parece que me adelanté, llegué muy temprano!!
-¡¡Sí, sí, pasa, toma asiento…te presento a dos amigos!!

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Muy sociable como era Samuel, se apresuró a darle la mano al que estaba
más cerca.
-¡¡Mucho gusto, mi nombre es Samuel Aspe Aracena !!
-¡Te presento a uno de mis amigos, el señor Strombolt
Pik-Trecientos…
Al tipo, que parecía un
alemán, rubio y pálido como generalmente son estos individuos, le molestó en extremo lo que
dijo Juan y le miró muy feo, muy notoriamente,
mientras le daba la mano a Samuel.
- ¡¡Hay, perdón, perdón, perdón… es que me confundí, hay no sé en qué
estaba pensando, no,no,no!, ¡cómo puede ser!…, rectifico: te presento al señor
Helmunt… y al señor Sven…si, eso es.
- ¡Mucho gusto!- le decía estrechándole la mano a éste último.
Le llamó la atención
que ambos extranjeros tuvieran una especie de deformidad en sus dedos meñiques,
como si los tuvieran tiesos, pero eso era algo al pasar, no podría comentar
nada de eso, sería una estupidez y una falta de tino.
Los tipos no decían
nada. Solo le sonreían, con una sonrisa forzosa, como si tuvieran una máscara
de palta en la cara o algo así.
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- ¿Cómo te habrás dado cuenta, los señores son alemanes, están de paso
por aquí, son editores y se interesan
por todo lo que se publique por aquí, en América del Sur!...
- Ah, que interesante.
-¡Pero, tomen asiento, por favor, tomen asiento!..
Samuel se iba a sentar en
la segunda fila, pero Juan lo contuvo.
-¡No,no,no Samuel, aquí no más, si ya al parecer no va a venir nadie
más!.
- ¿Nadie?.
- Bueno…seguramente va a llegar alguien más, pero no toda la gente
invitada, por la hora, creo yo ¿no?, así
que...siéntate aquí, mejor.
Samuel se sentó en la
primera fila, frente al estrado, donde Juan iba a dar el discurso y no supo
cómo, que los dos alemanes se sentaron, uno a cada costado, así, rodeándolo,
cercándolo. Samuel se sintió algo incómodos, pero no hizo mucho caso de ese
sentir.
Juan, entonces, se
puso detrás del estrado de los discursos, con un micrófono que estaba apagado,
con cara de estar preocupado, que la demás gente invitada no llegaba, y miraba su reloj.
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-Mmmh, ya son las nueve de la
noche…bueno, no importa, comenzaremos de igual forma.
Y miraba a Samuel sin que
se diera cuenta, pues este estaba
haciéndose el simpático, ocultando su incomodidad de que estos dos alemanes
estuvieran muy cerca de él.
- Bueno, la verdad amigos, el alcalde me dijo que existía la posibilidad
de que a última hora no pudiera asistir a este lanzamiento, por problemas de
agenda, porque salió algo de emergencia.... o algo por el estilo, pero me dijo
que iba a llegar tarde y las otras personas también me dijeron lo mismo, así
que…vamos a comenzar no más, pues, ¿qué les parece?, total… ya tengo a los
invitados más importantes…je,je,je…
Samuel sonrió junto con
los dos “alemanes”, pero estos, más que sonrisa, parecía que hacían una
mueca que pretendía ser agradable; el
caso es que se relajó un poco el asunto.
- Así pues, estamos aquí para este lanzamiento de mi nuevo libro “El
andén perifrástico y espeso”, y tenemos aquí a dos editores alemanes que han
venido a este magno evento, a los cuales les agradezco su presencia…
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Mientras Juan Aguilucho
hablaba los dos “alemanes” se daban vuelta ambos mirando a Samuel, cruzadas las
piernas de manera que daban hacia él, Samuel sonreía nerviosamente y miraba de
reojo, muy fugazmente a los dos, de un lado al otro, pero mantenía la vista
finalmente en Juan.
- En este libro reúno cuentos de mi inspiración, de mi vasta experiencia
en la vida y la visión de un escritor consagrado y en los hechos comunes de
nuestra vida, pero que se transforman en algo especial cuando son retratados en
un libro…un libro como la de mi autoría…
-¡Qué chucha, qué pasa con estos “alemanes”!¡parece que son algo
“maricones” que me están mirando los dos
al mismo tiempo! ¡y tan cerca que se
ponen! ¡qué, que querrán agarrarme a hocicázos
o qué!!- decía Samuel para sí, ya algo molesto.
Estaba pensando en eso
cuando uno de ellos extrajo de su bolsillo una especie de diamante, con forma
de reloj de arena de cristal o algo así, que giraba mientras lo mantenía en la
mano y emitía una luz que le llegaba a la cara y parecía que lo hipnotizaba.
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A esto Juan, o no se daba cuenta
de lo que estaba pasando, o se hacía el tonto y seguía con su discurso.
-…y debo decir que el jurado fue iluminado en incluirme en la nómina de
los ganadores de este fondo de cultura con lo cual ha sido posible la
publicación de este trabajo a todo lujo…como pueden ver….
El cristal giraba y
Samuel se dio cuenta de que no podía dejar de mirarlo; ese suave silbido que
emitía, que se apoderaba de su mente.
Sin saber cómo, perdió la
consciencia y no supo más.

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CAPITULO DOS:
“NO ME
“SAPEEN” LA MENTE”.
(*sapear: espiar; chilenismo)
De
igual manera de cómo quedó inconsciente, Samuel se recuperó y empezó a ver dónde se encontraba, pero no se
podía mover: estaba atado a una
camilla y unos cinturones ajustados le impedían moverse. ¿Dónde diablos
estaba? ¿Lo habían raptado o solo era una broma de su amigo Juan Aguilucho? ¿O
qué?
Donde fuere que estuviera,
el lugar era algo lujoso, parecía una sala de un avión Boeing o algo parecido y
en eso escuchó unas voces. Las reconoció: eran las voces de los “alemanes” de
la presentación del libro, los que les presentó Juan Aguilucho: Helmunt y Sven,
según dijo que se llamaban.
- Dispón el interrogatorio…hay que averiguar si este nos sirve o
no…mientras tanto yo vigilo los controles y me encargo de las tareas habituales.-
hablaba el que se llamaba Helmunt, pálido y de pelo oscuro.
-
¿Y qué pasa si no nos sirve? Este es un
artista y… -éste era el otro, Sven,
pálido igual, pero de pelo rubio.
- Bueno, nos servirá el otro,
pero hay que examinarlo igual, al cabo que los dos servirán para el “propósito
último”.
21
Samuel
los podía ver y podía ver el ventanal donde se veían las estrellas y algo
estalló en su mente…¿¿dónde había visto antes todo esto?? ¡Y esas manos! ¡Había
algo en sus manos¡ ¡Donde había visto aquello!¡Ese detalle!¡Y no solo eso, el
“cristalito” que le mostraron antes que se desmayara, ese “cristalito” que
giraba y brillaba que se lo aplicaban a
la gente cuando querían dominarla!
–“¡Y…pero, pero… no puede ser…!!¡¡oh, estos güeónes son LOS INVASORES!!
¡¡LOS INVASORES!! ¡¡los de la tele!!¡¡Los mismos de la serie de 1966 producida
por Quinn Martin, que aquí la pasaron por televisión nacional en 1977!! ¡¡No hay duda de ello, los meñiques
parados de sus manos y que era como
David Vincent, que andaba tras ellos, los podía identificar y este “ovni”,
igual, pero igualito por dentro al de la tele!!¡¡Conchas grandes, son
ellos!!¡¡Parece que estoy en el espacio o en órbita, que sé yo, pero estoy
dentro de un “ovni”!! ¡¡Y quizás qué me van a hacer!!¿¿Y que será eso del
“propósito último”??
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¿¿Me sacarán semen o me meterán algo por la raja(*
ano)??¡¡Por Dios, que chucha harán!!-pensaba con angustia Samuel- ¡¡Pero ahora
que recuerdo, estos tipos nunca los vi en la tele que les metieran cuchilla o adminículos
por el trasero a la gente...como los hacen estos otros “marcianos”, los
“cabezones enanos”, los llamados “grises”, bueno, por ese lado, es menos
malo y…!!!-
Un sonido de pasos lo sacó de sus pensamientos y vio que
era el “alemán” Sven que se le aproximaba.
- Ah, Samuel, ha despertado, tanto mejor. Bienvenido a nuestra “humilde”
morada.
Samuel no perdió tiempo y fue directo al grano.
- Ustedes son LOS INVASORES, ¿verdad?...no me lo niegue, ya me he dado
cuenta.
- Bueno, tal vez... pero, ¿de qué “Invasores” específicamente habla?
- De los INVASORES, pues, de “aquellos seres extraños del planeta que se
extingue y vienen a la Tierra a adueñarse de
ella” y en
donde David Vincent trata de
desenmascararlos en la serie de televisión de 1966 y aquí en
Chile fue exhibida en 1977, en “Televisión
Nacional” , serie
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norteamericana producida por la productora
“Quinn Martin”.
- Oh, sí, correcto.... sí, esa serie. Mire, la verdad, a David Vincent
poco lo conocemos y digo poco, porque esos INVASORES, como usted dice, no somos
nosotros, sino que ellos son unos “primos hermanos” nuestros, así que algo por
ahí, un rumor o un comentario al pasar escuchamos, pero nada más y ellos
andaban “en esa”, de invadir la Tierra porque no tenían otro lugar donde
habitar, pero tengo entendido que, a estas alturas, ya han arreglado su
problema, y nosotros somos iguales a ellos, tenemos casi las mismas
características, pero no somos ellos, ¿Entiende usted? ¡No somos ellos! Por
ejemplo: nosotros tenemos pulso y tenemos
corazón, ellos no tenían pulso, eran como unos protozoos
inteligentes, o amebas con forma humana,
que nosotros lo fuimos alguna vez,
además, en la serie de t.v. no se sabía
de qué planeta venían estos muchachos y nosotros tenemos domicilio conocido: MANIMANGÁNIA, o sea somos
“manimanganiános” o “manimanganícolas”
y bueno, nos desintegramos cuando
morimos y podemos hacer lo mismo
con nuestros equipos, tenemos el
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dedo
meñique algo torcido, pero le repito: no somos ellos! ¡no somos ellos! ¡Ellos,
son ellos y nosotros, nosotros! ¿Entiende? ¡Hay una diferencia!
- Si, entiendo, pero igual andan
secuestrando gente y actuando como sus “primos hermanos” y eso no está bien;
deberían preguntar a la gente si quiere o no venir con ustedes y no llegar y
raptarla. Pero dígame: ¿Para qué lo hacen ¿Cuáles son sus intenciones, que
significa eso de “el último propósito”?¿ah?
- Bueno, Samuel ¿No esperará que le diga todos nuestros secretos,
verdad?
- ¡No, si ustedes son de ese planeta que se extingue, por eso andan por
acá, sean o no primos hermanos de los otros, los pillé igual, no me venga con
leseras a mí!
-Usted es un poco porfiado parece, mire, como le dije: nosotros tenemos
un planeta donde habitar y es
“Manimangánia” y no nos extinguíamos como “nuestros primos hermanos”, que
fueron torpes y no cuidaron su mundo y después tuvieron que ir en busca de uno
o si no, desaparecían, pero esa no fue
nuestra historia, nosotros no pensamos en invadir, no necesitamos invadir; lo que sí necesitábamos y
necesitamos ahora, con cierta
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urgencia, es a algunos “voluntarios” para ampliar nuestros conocimientos
científicos ¡Somos científicos y como científicos necesitamos objetos de
estudio y en este caso, ustedes han
tenido la fortuna de ser elegidos ¡Y bueno, basta de charla!¡Y ahora le voy a
hacer una inspección mental a usted!
- Que…¿Me va a meter una aguja en el oído?
- No, esto funciona como un interrogatorio. Yo le colocaré estos dos
electrodos en la cabeza, usted se dormirá
y la máquina escudriñadora nos dirá un tema, una palabra o unas frases y
usted nos las ampliará, mediante las preguntas que yo le haré; simple ¿Ve?.Y
todo lo hará dormido. ¿Qué más cómodo que eso?
- ¿Podríamos conversar sin la maquinita?
- No.
- ¿Por qué?
- Es el procedimiento.
- ¿No tengo otra alternativa?
- No.
-¿Nada, nada?
- Nada.
- ¡Puta mare’...cooperé!
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27
CAPÍTULO TRES:
“MI AMIGO EL SEÑOR “KA”.
- ¿Quién es este señor “Ká” con
ka de kilo?
- Un amigo con el que me junto a fumarme unos pitos, aunque, a la señora
no le parece, no le gusta la idea de que vaya para allá, pero bueno...igual; es que esto de la literatura,
al él le gusta también, así que...ahí nos juntamos con este señor Ká a conversar.
- Ah.
Le respondía el “alemán
Sven” y ya Samuel estaba dormido.
- ¿ Y qué es un pito?
- Un cigarro de canabis sativa.
- ¿No es eso dañino?
- Ahí está la discusión, pero pienso que
no, de hecho me ha arreglado la vista.
- Ah.
Samuel contemplaba un ejemplar de “Musaqueteloaraña”, una revista
literaria que su amigo “Ká” publicaba con
su grupito de amigos. Era el más reciente ejemplar, recién salido.
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- Oye, hubiérai’ aprovechado el vuelo y me hubiérai’ tipiado los textos
en el computador para la “Añañuca”.
- Ah, bueno...es que anoche me acosté tarde y no tuve tiempo.
- Oye, pero como, si acabái’ de sacar tu “Musaqueteloaraña”, como no
pudiste tener un tiempito en el mismo computador, si era una página no más, lo
que me faltaba para sacar mi revista
¿Viste que no sói’ paleteáo’?
-Es que Samuel, entiende, no tuve tiempo y
además tuve un “rollo” con mi señora que andaba enojada y.... tu sabí’....
- No, si son excusas no más las tuyas, la prueba la tengo en mis
manos ¿Viste?. Y yo que te tenía en
consideración, ya que los otros amigos me han fallado, y como yo no tengo un
“notebook”, no puedo hacer nada y tengo que andar mendigando que me escriban
una miserable página, sí, y tengo que andar viendo caras y ver la falta de
voluntad; ¿viste a mi amigo Colláo de Tierras Blancas?, ya no
tiene tiempo para nada, después que me había ofrecido
sacarla en colores con su impresora
laser y todo muy bonito y ¿Después qué?¡Después nada, eso fue lo que pasó! ¡no,
si los amigos ahora valen callampa! ¡eso valen: callampa!
Su amigo “Ká”, algo
molesto le contesta:
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- ¡Pero, si tú tení’ la culpa!
-¿Yo? ¡Ná’ que ver!¿cómo yo voy a
tener la culpa de que los otros sean cagados? ¡No! ¿yo? ¡Ná’ que ver!
-¡Claro que si po’! ¿Acaso tu sói’ un mendigo o andái’ haciendo votos de
pobreza como un franciscano o un monje budista o algo así?¡No pué’!¿No es
cierto? ¡Entonces va siendo hora que te comprí’ tú mismo tu “notebook” y tú
mismo hagái’ tus mismas cositas, para que así no andí’ viendo “caritas”; los otros, como tu decí’, tienen
también sus obligaciones, y bueno, no hay tiempo, y a ti no te cuesta nada
juntar platita, ya que tu trabajái’, aunque sea de guardia, que no ganan mucho,
pero igual. Ahora vo’ estái’ “soltero” y podí’ hacerlo!¿Y por qué no lo hací’?
-¡Pucha que sói’ paleteado’!
- ¡No ,si no vengái’ con esas
güeás tontas
manipuladoras, ya va siendo el tiempo que
te peguí’ la cachá! ¿tengo o no razón, ah?
-¡ Pucha que sói’....sincero!
-¡Sí, po’ güeón, ho!¡No te falta platita pa’ comprar libros de 20 lucas,
para tus “CD” de música, para cualquier güeá, menos para juntar, para comprarte
tu computador y hacer tu publicación sin ninguna complicación, pero ¿Qué hace
el perla? ¡La goza, eso hace, la goza!¡No, pué’!¡para de gozar!¡para de
gozar!¡para el güevéo!
-¡Es que no lo puedo evitar!¡no lo puedo evitar!
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¡cuando tengo plata en las manos siendo la
necesitad de gastarla, es un placer, un momento de felicidad, es algo que tengo
que hacer, me pican las manos por hacerlo y cuando lo hago siento eso, ese
placer sadomasoquista de no tener nada, de sentirse desnudo, libre, y la
incertidumbre de la que viene después, eso es; no lo puedo evitar!
-¡Bueno, evítalo, evítalo o caga entonces! ¿Qué querí’? ¿La breba
peladita y en la boca?¡anda a bañarte!¡no pué’, no seái’ patúo’!
-¡Ah, pero....!.
-¡Chí’, las querí’ todas!...
Después, en su trabajo, en la
noche, mirando las estrellas con su uniforme de guardia, Samuel recordaba las
palabras de su amigo, como ecos que responden cuando se grita a los cerros. ¿Acaso no tenía razón?
“Bueno, sí la tiene, pero de todas maneras debería comprender. Yo siempre lo
publiqué en mi revista y...”
Algo lo saca de su
reflexión, algún detalle que no había
tomado en cuenta.
- A propósito, ¿Cuándo me ha publicado este desgraciado algún poema en
su revista? No recuerdo alguno...ah,
pero... no importa.... no importa.....güeón amargado...

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CAPÍTULO CUATRO:
“DE ESTAS
MUJERES Y LAS OTRAS”.
Entonces el “alemán Sven” le pregunta.
- Mmh...qué interesante...¿Y quién es
“la actriz”?
-Ah, esa es otra amargada.
“Me fusilas”
Me fusilas
cuando giras tu cabeza
a cualquier punto
solo
para no mirarme
De S.N.
en revista de aparición espontánea: “On the road” N1, verano 2011.
-¿Qué es esto?
- Un poema.
- ¿un qué?
-¡Puta, marciano culiáo’, hasta cuando, qué, en tu mundo no hay nada, no
hay risa, no hay llanto, no hay nada, que me hací’ preguntas güeónas, a la conchetumare,
que vó, qué!!....
La máquina no era cien por ciento infalible así
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que tenía que apañarse con lo que había, con los
recovecos insondables, con zonas etéreas, zonas blandas, zonas lechosas. Zonas
y más zonas.
“Éramos muy parecidos, decían ellos.
Entonces ¿qué seríamos? ¿Un saco de amarguras? Tu mente no es igual que la mía,
tú eras más consecuente, pero, ¿Quién puede decir que lo es cuando
las circunstancias lo dictaminan o te hacen cambiar?¿Quién puede decir
qué es perfecto o qué no lo es?”.
Un intento más en este mar de vaginas.
Así que mientras haya fuego buscaremos a estas esquivas vulvas volubles
como ellas solas, motivo de nuestro fuego.
“ Mis ojos
se pusieron lejanos
a otro mundo pertenecimos
hoy no te encuentro
entre tanto bullicio
y habitantes sin rostro”
de
S.N. de su poemario “Hamburguesa”
- He perdido el toque, ya
no es como antes, antes era un cohete y nadie se me negaba.
-Entonces, ahora puedes
morir tranquilo, ya gozaste tus novias.
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-Es que eso nunca se
termina, pero le echo de menos a lo de antes, con mucho dinero volvería a tener
el toque, ¿Amelita, quiere ir conmigo a tomar el té?...hh....no te demoraste
mucho en contestar, así que... la siguiente, por favor...
- Ja, ja, ja.
- Así es no más.
-Así es.
-Bueno, te dejo, tengo que ir y
ponerme mi traje he ir a ver a mi teniente.
-¿Teniente?
-Bueno....ex-teniente, porque ella ya no ejerce, está jubilada... pero
tiene un cuerazo... de miedo.... para morir luchando... así que... tomaré mi
bicicleta he iré como Don Quijote...al ataque.
“El amor
La más grande
calentura.”
de S.N . poemario “efectos” La Serena 2007.
34
Claudia Cardinale
nunca sabrá que alguien
al sur del continente
se pajeó por ella.”
de S.N. del poemario “Musas
desocupadas”
“Siempre quise
besarla
morderla
hacerle el helicóptero
poner la oreja
amasarla con las dos manos
hablarle
cantarle
aplastarla
a su hermosa
raja” (trasero)
de S.N. o bien H.M. de su
poemario “Maldito Harry” 2010.
- Es usted bien calentón, señor Samuel Aspe Aracena.
35
- Eh... parece que sí.
Le contestaba esto Samuel
al e.t., mientras tomaba notas en un aparatito que parecía una tarjeta o algo
por el estilo, mientras en la máquina escudriñadora se veían unas luces que
parpadeaban.
- Oiga... ¿Y por qué esta obsesión por el mundo de las putas?
Adelantándose a lo que iba a contestar Samuel agregó:
-
No, sí sé lo que son las putas, soy de otro mundo, pero no soy tonto.
Dormido, así como estaba, Samuel
se demoraba en contestar.
- Contésteme por favor, ¿cuál es la fascinación con este mundo de las
putas?
- No lo sé, no lo sé; se da y ya, no hay mayor explicación, creo yo.....
-¿Sí?
- Eso creo.
Samuel sonreía, pero no decía nada.
¿Comprendería algo este “marciano” lo que es ese “mundo putíl” en nuestro
mundo? ¿o la explicación era de lo más simple, como una cuestión de
sobre-vivencia, de llevar el dinero a la mesa?
¿O tal vez ya “ellas” en su mundo marciano no existían ya que eran más
civilizados y no existía la pobreza o la necesidad de satisfacer las
necesidades humanas como el coito o el Afecto Express?
36
“A ustedes mujerzuelas
que nos hablan bajito
al oído
en los días vacíos de
los hombres
las que florecen en los
bares
las que agarran el
paquete bajo la mesa
las que no besan en la
boca
las que te salvan
cuando las nuestras se niegan
¡Ay benditas mujerzuelas!.”
Del poemario “Más”(efectos) de marzo 2007,de S.
N.
“No crean....”
No
crean
que durante mi vida
no
salí viernes o un sábado
con algo de dinero y harto de la vida
esperando encontrar una puta que me guste.
en
esos locales naturalmente serenenses,
donde descansan los trabajadores de la construcción,
donde ,si te duermes, tus bolsillos quedan mudos
no sientes ni sus uñas,
pero qué le vamos a hacer
la traición y el amor llevan el mismo envase,
un viernes y un sábado cuando estás harto de la vida.
De “Corazones del
deshecho-Heart chilensis”.H.M. ediciones Delmismo, La Serena, 2010.
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38
¿Qué es de aquella
sensación cuando estás con ella y flojeas en la cama y no querrás hacer nada y
estás ahí, a cubierto, en calor de las sabanas, quizás con el panorama de
quedarte ahí todo el día y levantarte cuando empiece a terminar el día ¿No es
ese el que trabaja para ellas? Que hay de esa sensación de aquellas que te hacen sentir grato, como una amiga, como
una amante, como las antiguas, como aquellas que estaban en aquellas casas de
la doña, en donde se bailaba, se reía, “En casa de Irene, se canta, se ríe, hay
gente que va, hay gente que viene”, como decía esa canción de los 60’ , pero
que ya no es como ahora, que ya casi no hay necesidad de ir a un lenocinio, que
ya la novia de ocasión tiene un par de condones en la cartera y le ayuda el
reggaeton, el “poncéo”,el refregéo y “hastatrás Nicolás”... y yá, es esa
frialdad que aparentemente no estaba en esas, como decía mi abuela, “casas de
cita”, pero bueno, esa profesión más antigua del mundo parece que no va en
retroceso, sino que hay más competencia y se ha diversificado el mercado y solo
basta saber de ello con ir a la página del diario local, en los clasificados,
para enterarse de algún servicio, si hay una necesidad y si la novia se niega.
“Noelia y Carola, insaciables,
Grecos, trios, exclusivo sec-
tor, 8772.... (26-27/11).
39
“¿Quieres acabar con esa
fantasía?,conócenos, te ha-
remos de todo.$ 15.000
Fono: 9520......”
“$35.000 Victoria ¡exclusi-
vamente domicilios!,joven-
cita,vendedora multitienda,
excelente presencia. Fono:
79720......”
“Damas solas, joven muscu-
loso y apuesto, galan, dis-
puesto a complacerlas, ex-
clusividad. F: 87643......”
...como decía el poema... así es en este mundo
actual...donde tu consigues ciber-hacer el amor, con el chat o el twiter. Y... ¿Y ellas, dónde están ellas? ¿Por qué lo
hacen?
40
“ Woman”
A ti que te vi
tan señorita
de traje chaqueta
tacos altos
bien perfumada
excelente secretaria
delicada
bien delicada
sobretodo
al agacharte
a recoger lápices caídos
cómo me iba a imaginar
que eras tan buena para chuparlo.
Del poemario “Más” (efectos)
de marzo 2007 de S.N.
41
“Fue un día de esos en que a uno de las
ganas de hacer algo, en este caso fui a dar a
un “cahuín” de por aquí cerca, en la calle Almagro, ¿O no era ahí o no
existe? Bueno, que al caso da lo mismo. Me acuerdo que bebí muchísimo. Eran dos
las compañeras que me guiaban, una en cada brazo. Una era flaca, feísima, la
otra una gorda gigantesca, “bien potable”,
y ahí estaba yo, siendo conducido
a un lugar para poder concretar la
prestación sexual, era el rey del mundo, un rey borracho. ¿O fue en la calle que
encontré a estas damas? Al cabo que da lo mismo...”
“ Ahí estaba yo: el rey del
mundo, con “patinetas” o no, ahí iba yo, el rey de Marte. ¿Marte. Sí, o lo que
fuera, ahí estaba yo, el rey de Marte”.
“Sucedió después que una señora
me despertó, que tenía que abandonar la habitación, ahí estaba solo y no estaba
en mi casa, así que, debía irme, ¿Dónde estarían esas chicas?¿Tan borracho
estaría? Me dejaron botado ahí. Me dejaron botado y ni siquiera tomé la
prestación... así es la cosa....”
42

43
“Cambio de posición”
Pare, pare, pare huachito
por atrás vale más caro.
“Burdel”
Que hablaré con la puta que elija
ya que no vengo borracho.
Del poemario “CAMAN BEIBI” de H.M. o S.N de
ediciones delmismo, la Serena 2010.
Sí, que hay de ellas ¿Por qué lo hacen? ¿Pregunta muy
ingenua? ¿sarcástica? No, cuestiones de la vida. Cosas de esta vida. Complejidades
de esta vida. Circunstancias de esta vida. Existen de aquellas que sin
necesidad económica se lanzan a ello, porque les gusta o puede que
44
ellas, que tienen una familia que alimentar y
están solas, hay de ellas que están disconformes con su situación y eso les da
el nivel económico que necesitan o que
están acostumbradas o que quieren, hay de ellas que no han encontrado trabajo y
no han tenido alternativa, hay tantas cosas, hay tanto drama, porque al final
del día, ellas no están orgullosas de estar en esa, y quizás ya no es como antes, y quizás, como narró y escribió Rivera Lettelier en uno
de sus libros: “quizás sea una forma de santidad”, refiriéndose a una puta de
los tiempos de la pampa nortina que fue abandonada en un convento y que fue
criada allí, pero un cura abusó de ella y después se entregó a la vida
licenciosa y en su cuarto tenía una imagen de la virgen y cuando hacía las
prestaciones daba vuelta la imagen para
que no viera la fornicación, en fin, pero de todas formas, no es algo que sea
para colocar un diploma en la pared. ¿Por qué tienes que ir borracho a hablar
con ella?¿Es muy fuerte lo que va a decir que tu erección va a desaparecer como
nada?¿Qué?¿Acaso no es así?
El caso es que esto es así,
los humanos somos así, duales, contradictorios, incomprensibles, insondables, incuantificables,
aborrecibles, queribles, insufribles, despreciables, nobles, honorables,
pequeños, grandes, valientes, cobardes, traicioneros, leales, imperfectos,
pero.... somos humanos ¿humanóides? Para los hombres del futuro tal vez seamos
humanóides, como decía Merino, pero ahora somos… lo que somos y las penas las
45
tomamos con alegrías... con alegrías, como las
de aquellas casas de remolienda, de aquellos años del abuelo, en donde se
cantaba y se reía.
Se cantaba y se reía.
Esos cantos de mujer, esas
voces de mujer. Esas cosas que lo hacen felices a uno. Esas cosas felices.
Felices.
Que vamos a hacer
con las putas borrachas
podríamos lanzarlas al aire
como challa
como muñecas de trapo
como aves
como pompas de jabón
total
después de haber pasado
casi toda una vida
en un cuartucho
abriéndose y cerrándose
como el cielo
como las circunstancias
del poemario “MALDITO HARRY”
La Serena 2010.
46
“La Resucitadora”
A veces
amanezco achacoso
me duelen los huesos
apenas puedo leer los poemas del Elgueta
aunque tengo lentes cuneteados
que al fin y el cabo
me han cagado más la vista
por si fuera poco
tengo transito lento,
pero cuando estoy contigo
se me
para el pico, y por eso
te doy las gracias
mi resucitadora.
Del poemario “Putas lindas y
otros” de H.M. o S.N.,La Serena 2010.
47
“Pendiente”
Ella dio la última fumada
movió eróticamente sus labios
luego lanzó la colilla del cigarrillo sobre la almohada
fue ahí donde desperté
ella siempre me está penando
algo no dijo, no sé
no hubo tiempo quizás.
Del poemario “Caman Beibi” de
H. M. o S.N. ,La Serena. 2010.
“CITY”
Te sirvió irte a otra ciudad
irte a otra ciudad a olvidarme
en cambio yo
quedé pegado como lapa
en las costas de Coquimbo.
Del poemario “Caman Biebi” de
H.M. o S.N. La Serena.2010.
48
“¿A dónde se fue ella?,¿A
dónde?. A Arica.
A Arica se fue ella.
Un amor loco.
“ Siempre uno quiere estar
con alguien. Yo quería estar con ella.
Cómo se puede olvidar.
No se olvida, eso queda
en el tiempo, y el tiempo se va, se lleva algo, se lleva el calor de nuestros
cuerpos, de nuestros besos, de nuestro cariño, de nuestro aire, del aire de esa
mañana, de las estrellas esa noche.
No se olvida, pero el tiempo se va.”
“Flowers”
Siempre hay un jardín
lleno de recuerdos.
Del poemario “Caman Bebi” de
H.M. S.N. La Serena, 2010.
49
- ¡¡Qué haces tú con ese tipo, por Dios!!¡¡Por Dios, por Dios!!¡¡Ese
hombre no te conviene!!¡¡Yo no voy a permitir que te sigas metiendo con él, no
señor!! ¡¡Sobre mi cadáver!!
La muchacha, tímida, no dijo nada; que iba a decir, su madre no concebía
esa unión. No la aceptaba. Era imposible.
- ¡¡Te me vas, te me vas!! ¡¡Tú no te me quedas aquí!! ¡¡Tú no te me
quedas aquí!!
Había un abismo entre ellos. Un abismo, que con la juventud a cuestas,
la mente no se liberaba a pensar bien, pero, ¿Qué era pensar bien? ¿Qué era
pensar bien cuando había un torbellino de sensaciones, las gónadas estaban en
su máximo apogeo, que no les importaba eso de “contigo pan y cebolla”, es más,
que en ese tiempo era un estilo de vida, en tiempos de los hippies? Pero la
cosa no es tan simple. Sí. No es tan simple. La valentía es necesaria. Para
todas las cosas de la vida se necesita, pero para otras, aún más.
“Por tu culpa por tu
Grandísima culpa”
Ya no creo en el amor
desde que tomaste un “Andes Marbus”
y no regresaste (1974)
De “Corazones de
deshecho-heart chilensis” de H.M. de ediciones Delmismo 2010.
50
“El tiempo ha pasado, si ya han
pasado más de veinte años, más de veinte años.... y solo ayer estuve con ella,
con ella en mis brazos.... solo ayer... hace veinte años; me han contado que
sus dos hijas ya tienen 20 años; vive bien, como quería su madre... su marido
creo que la quiere, pero ¿Es parecer mío o creo que cuando pelean sale a
relucir mi nombre o es una fantasía mía? ¿Fantasía mía o que eche de menos
aquellos años locos, esa locura de amor, esa locura de amor que no cabe en ese
mundo seguro, en su mundo seguro de todos los días lo mismo, de aburrición, de
las cuatro paredes?¿Me echará de menos?”.
Es un mundo seguro, con recursos, la educación de los hijos, la vida
familiar, la vida social, todo bien , todo sólido, todo lo sólido que pueda
parecer, pero todo circunspecto, todo en línea, nada especial, pero aquí no
cabe la locura, ni nada de eso. Nada de eso hay, nada de aquel amor loco de la juventud, aquel
que no le ofrecía nada, nada más que el ahora; del futuro, solo Dios diría,
nada hay, nada hay de locura, esa locura que deja ese sabor especial, de
libertad, del aire en la cara, de las ganas de hacer algo y
hacerlo, sin restricciones, de amar; ese sabor, ese sabor especial, pero para vivir se necesita algo más que eso.
Entonces en un momento del aplastamiento de ese mundo seguro, del ahogo, del
tedio de todos los
51
días, la mente de aquella mujer recordará, como
catarsis, sus días inseguros, de ese sabor especial, de esa locura, de ese amor
que no le ofrecía nada, pero que se lo dio todo, en ese momento, en esa
intensidad, en esa caricia, en ese beso...pero... ¿volver atrás?...volver
atrás....
“Después de unos años.. y no
estos años que han pasado sino, pocos después, nos encontramos, nos vimos y en
esa mirada volvimos a lo mismo de antes, bajo esas cenizas queda fuego,
removimos esas cenizas, era inevitable. Yo ya tenía una novia y tú también
tenías el tuyo, allá en Arica. Tú terminaste con el tuyo, porque todo se supo,
y yo terminé con la mía porque todo se supo, de todas formas igual te
marchaste... es que ya las cosas no eran lo mismo, no, no eran igual que
antes... o... no sé, no lo sé; no sé qué fue lo que pasó, solo sé que tu debías
irte, no querías perder tu familia y volver conmigo era perder tu familia, si,
para qué nos vamos a hacer los tontos, sí, era mucho para ti; ya
no éramos unos adolescentes, ya no; y ahí y terminó todo… y ahí terminó todo ¿Terminó?, da lo
mismo para el caso es que.... ya no estás aquí.”
“Cuarto uno”
Aquí estoy
postulando a la resurrección
en
el cuarto más vacío de la ciudad
taraéo temas de los Stones
eso
me hace feliz.
52
“Al pasar”
Esa mala costumbre
decir
que rica la mina
sin haberla probado.
“Conclusión y respuesta”
Pero amigo
es
difícil
que ese culo que va ahí
no
tenga a nadie.
poemas de S.N. 2010 “añañuca”
y poemarios.
“Fiesta”(1974)
Me
acerqué a ti con mi mejor pinta
jeans, chaleco rojo italiano, mocasines
argentinos
tu lucías una polera calipso y jeans
te dije, ¿bailamos?
sonreíste
mis manos rodeaban tu cintura
tus ojos brillaban más que la noche
más que una balada de Dylan.
53
“Me”
Me siento
solo
estoy que llamo a Nancy
¿será casada?
¿tendrá algún huevón?
mejor guardo la agenda
no me tinca.
“Cinco mujeres”
Tengo cinco mujeres,
Cinco mujeres,
Cinco mujeres famosas,
Cinco mujeres que no las cambio por nada.
Por
las cuales me pajéo’.
“Mónica”
Señorita, ¿quiere andar conmigo?
yo lo único que sé hacer es culiár.
54
CAPÍTULO CINCO:
“EL
TRABAJO Y OTRAS COSAS.”
El
extratrerretre Sven se quedó pensativo
por lo último que escuchó de Samuel, algo muy íntimo, de sentimientos.
¿Experimentaba él algo parecido? ¿O su mundo había llegado a tal punto de
evolución que era tan ordenado que no había cabida para cosas como esas y eran curiosidades del pasado?¿O nunca
existieron y ellos eran como las hormigas, muy organizadas, obedeciendo a un
solo mandato, a un solo espíritu de grupo, como un perfecto
comunismo y no como los de los
hombres y las
55

56
mujeres: fallido y ellos, solo de su
“hormiguero”, de solo preocuparse de la reina y nada más?¿O sabía perfectamente
de estas cosas y experimentaba nostalgia? En todo caso, su rostro mostraba que estas
cosas eran algo especial, algo del alma humana... y tal vez del alma
“Manimanganiána”.
Y ahí estaba Samuel, durmiendo como si nada. La máquina seguía
escudriñando ¿Qué es lo que se veía ? De
repente aparecían imágenes de las que Sven debía interpretar y si algo le
llamaba la atención o parecía relevante para ellos, él debía interrogarle, así,
por lo menos, este sistema que usaban funcionaba. Seres de otros mundos quizás
tendrían otro tipo de máquinas, más eficientes o menos eficientes.
En la pantalla Sven vio cómo iba Samuel empujando una carretilla con
unos bloques, así, flaco como se veía, parecía esforzarse, haciéndole empeño en
su trabajo, pero sus colegas, muy inteligentes ellos, que competían y
ostentaban ante los demás de sus fuerzas, de quien lo hacía más rápido, como si
fueran a recibir una medalla y en el mundo actual, a ver si le
reconocerían su esfuerzo,
a ver si eso
se vería reflejado en un bono o algo, pero nada; a la hora de los “quibos” una
“patá’” en la “raja” y afuera contigo, pero ellos no, muy seguros como si el
mundo fuera de ellos y no de sus patrones.
57
Se escucharon unas risotadas y un estruendo. Era la carretilla que se le
ladeó y los bloques cayeron en una pequeña zanja, por sobre el tablón de madera
en que estaba pasando; el excesivo peso fue mucho para él. Entre el polvo
levantado se vio que este cayó encima de
la carretilla y quedó tendido allí. Las risotadas se hicieron más intensas.
Luego el capataz de turno se acercó y al
ver que se recuperaba le dijo:
- ¿Cómo está, gancho?
Samuel, haciéndose el valiente y ocultando el dolor le decía “que no era
nada”.
- Bueno, descanse, vaya al rancho y descanse, si se siente bien vuelva a
trabajar, pero si quiere puede retirarse y vuelve mañana.
- ¡Sí, sí, capataz... gracias...!
El capataz sabía que la
caída había sido de cuidado y sabía que ante un accidente de trabajo, así como
este, que cayó de casi un metro y medio de alto, debía derivarlo
al hospital del trabajador, como dictan las normas de
seguridad, pero también sabía que este era un percance y un indicativo de que
las condiciones de seguridad en aquella faena estaban fallando, y aunque sus
jefes sabrían aquello, no verían con buenos ojos la “excesiva” preocupación del
capataz por los trabajadores a su cargo, ya se sabía que la empresa a cargo
escatimaba en todo, incluso en seguridad, para que al final esto redundara en
la rentabilidad, o bien los supervisores se estarían “moviendo”, ahorrando por
su cuenta, por
58
cualquier caso, la cosa estaba así. La seguridad
del trabajador era la última preocupación, más en tiempos de dictadura, que el
trabajador no valía más que un estropajo. Igual como ahora, la diferencia está,
que ahora se sabe y con eso está la posibilidad de que eso se corrija,
pero, este tipo de cosas no aparecía en
la televisión, ni en los diarios, no se sabía nada de nada.
“En todas partes se cuecen
habas” dice el refrán popular, muy sabio por lo demás, como es toda la
sabiduría popular, que sale de muchos cerebros, que, como dice otro dicho
popular: “dos cerebros piensan más que uno”, entonces el pueblo, con más de dos
cerebros, tendrán materia prima demás para formular esas tesis de la vida.
Pasaba algo similar en
aquella fabrica, la deshidratadora, cerca de la población “las compañías” en
donde, transportando unos troncos para los hornos quedaba con “la espalda en la
mano”. Y también en una empresa de microbuses monopólica, en que trabajaba de
“sapo”, ahí, según vio, todos eran unos bacanes, boxeadores y campeones.
“Y pensar que mi madre quería que fuera médico o alguien con notoriedad”,
reflexionaría Samuel, con una sonrisa en los labios, tal vez con un sesgo de
perversidad, al ver que su madre se esforzó por meterle una mentalidad de un
joven “de bien” que estudiaría, que sería ordenado, que se esforzaría, que se
titularía, que tendría dinero y se
casaría con una buena mujer. Y ella
59
sería la mujer más feliz del mundo, con un hijo
bien puesto, bien posicionado, en donde las penurias de la pobreza, cuando su
marido la abandonó, precisamente cuando sus hijos eran más pequeños, serían
olvidadas, serían cosas del pasado, pero no. La cosa no fue así. Y esa crianza
que le dio, con las mejores ropas que pudo conseguir, siempre bien peinadito al
colegio, esa excesiva preocupación de que no se dañara, le quitaron la
“fortaleza” física que se necesita para trabajos duros, cosa que después le
reprocharía a su madre y de la cual sería escarnio de los otros niños del
barrio, pero el médico que quiso su madre, se fue transformando en otra cosa,
su rebeldía lo transformó en otra cosa, no quiso estudiar, no quiso ir al colegio
todo el tiempo, no quiso ir a la universidad, solo quiso vivir y se transformó
en un poeta. ¡Horror, un bohemio, un artista!....como dice una canción de
Pancho Puelma .
“Siempre me preguntaban
si yo era poeta
anteriormente dudaba,
hoy estoy convencido
por el brillo de mis alas.”
Del poemario “Maldito Harry”
2010.
Pero no todo es malo ¿Qué es lo malo?
60
Podríamos decir mucho al respecto y relativizar
el asunto, podríamos filosofar sobre el asunto más que Maquiavelo y Russeau
juntos... sobre nuestras vidas, la vida de este poeta, que.. ¿Sería mala?¿Para
quién?¿Para él?¿Para los que leen sus poemas?¿Por qué nuestras vidas tienen que
estar llenas de tragedias?¿Acaso somos el gran teatro de alguien?¿Quiénes son
los teatreros?¿Participamos en este circo en forma voluntaria o estamos aquí
engañados?¿O disfrutamos de este goce
masoquista de vernos envueltos en situaciones riesgosas, peligrosas?¿O
nuestra mente está tan acostumbrada a todo esto que da lo mismo?¿Nos da lo
mismo cuando ya estamos hasta el cuello y ya no queremos seguir en este cuento,
en este teatro?¿somos unos pobres niños jugando a este juego de la vida en
donde todavía no tenemos elección y obedecemos ciegamente dictámenes “divinos”
que nos han impuesto?
- ¿Tiene un disco de “los Ángeles Negros”, joven?
- Sí, aquí tengo un “single”.
- ¿Que temas tiene?
- Por el lado uno tiene “como quisiera
decirte” y el lado dos tiene “el rey y yo”.
- Me lo llevo, ¿podría envolvérmelo para regalo?.
- Cómo no, caballero.
“Gané plata en esa pega, se
vendía harto en la tienda de discos en ese tiempo, discos “long play” y
“singles”, más chicos, de
dos temas generalmente,
61
uno por
lado, discos de vinilo, sí, se vendía harto y claro, me daba mis gustos, era
joven, esbelto, con esas camisas a cuadros y los pantalones “pata de elefante”,
mataba, allí conocí a varias chicas; buena época”.
Ser colectivero no es fácil, no, aunque algunas personas, de esas que
les gusta opinar sin informarse ni pensar, digan que, estar sentado en el
vehículo y recorrer la ciudad no es nada, de hecho es un riesgo, un riesgo de
quedar estéril con los dos grados que se alteran la temperatura de los
testículos del hombre, del cual debe operar con una deferencia de dos grados
con respecto al cuerpo y cuando eso no se da, la cantidad de esperma se merma y
la testosterona baja y al bajar se empieza a producir la hormona contraria, es
decir la progesterona, la hormona de la mujer, es por eso que llama la atención
que, en algunos taxis-colectivos y en la locomoción mayor también, en los mini
buses o también llamadas “micros”, los choferes, que se precian muy machitos,
vayan escuchando canciones de Miriam Hernández como “el hombre que yo amo”
o canciones cargadas de alto
romanticismo, propias del gusto de las mujeres.
Miriam Hernández no
tiene nada de malo, todo lo contrario, muy rica ella, pero bueno, hay
gustos que son propios de cada género ¿no?
Aquella vez Samuel conoció aquel mundo motorizado, en donde sale a relucir la cualidad más
humana: la animal. Y tal vez el animal, en su mundo salvaje, en el
ámbito silvestre, sea más confiable que el
62
humano.
Se dio cuenta que hay que hacer mucho al respecto, que hay que educar,
que hay mucho que aprender, sí, que mucha gente cambia cuando se coloca atrás
de un volante, atrás de una carcasa de acero y mientras más grande mejor, para
echarle las “choriás”, las valentonas al resto para decir “aquí vengo yo”, en
vez de tomar esto de la conducción como una responsabilidad y un privilegio, de
respetar a los demás, para que los demás lo respeten a uno; gente que cuando se
baja del vehículo es la nada misma sin esa carcasa de acero... o plástico y por
eso que trata de resaltar cuando conduce, he ahí un examen sicológico que se
debería hacer para obtener licencia pues hay mucha gente de aquella que
avasalla a los demás ¿y que son en realidad?
Eso: un asesino tras el volante. Primero deberían dar un examen de “El manual de Carreño”, un paquete de
lecciones de ética y luego, tal
vez, digo, tal vez, la licencia; quizás por ahí
debería ir esto de conceder la licencia de conducir, pero bueno, la cosa no es
así todavía, por eso, mientras tanto, hay que andar con cuidado.
Aquella fue una experiencia límite. Sí, iba Samuel en su taxi-colectivo
por un camino de tierra después de hacer un viaje especial. El camino de tierra
tenía dos pistas y luego un barranco, así que se debía andar con precaución
porque si no, se terminaría cerro abajo.
Apareció un “colega” suyo por atrás con excesiva prisa, toca la bocina y
lo rebasa, echándole las “choriás”(bravatas) y levantándole el dedo anular.
63
Samuel, muy tranquilo lo dejó pasar. Luego, muy
adelante encontró el vehículo detenido y el pasó a un lado y siguió su camino
sin observar mayormente donde estaba el tipo, porque tal vez estaba orinando.
Al rato el tipo apareció de nuevo, tocando la bocina y gritando groserías. Se
acercó por atrás y lo adelantó con gran escándalo. Samuel otra vez no se hizo
problema ¿Qué le pasaría al tipo ¿Estaría drogado?
Como era camino de tierra y ahora estaban en un sitio sin barrancos, de
igual forma no se podía imprimir más velocidad al vehículo a riesgo de
volcarlo, pero el tipo al pasarlo aceleró más para levantar polvo, al parecer
lo hacía a propósito. El auto del sujeto se perdió en el polvo y piedras.
No tardaría luego de
ver el vehículo detenido a un costado del camino; Samuel ahora vio al sujeto
que estaba sentado en el asiento, ahí, inmóvil, pero no se detuvo y siguió su
camino, no tardaría de nuevo al escuchar el ruido del motor del tipo que se le
acercaba para pasarlo. Efectivamente, lo pasó, pero Samuel, imperturbable, a
pesar de los gestos provocantes del
tipo. Pasaron unos minutos, pero el tipo no desapareció más adelante, sino que
permanecía cerca, a cierta velocidad. Luego empezó a bajarla. La bajó aún más y
empezó a acercarse a Samuel que llevaba una velocidad moderada, pero ahora el
tipo la bajó aún más y ahí quedó Samuel, atrás. Entonces se dispuso a adelantar al tipo, pero
64
sorpresivamente el sujeto empezó a darle más
velocidad a su vehículo, de manera que no
lo dejaba adelantar. Éste le dio más a su taxi para zafarse ya que, podía venir alguien de
frente y colisionar a ambos, pero el sujeto, que lo miraba con burla, aumentaba
su velocidad de manera que no lo dejaba
adelantar y ocurrió que se produjo una especie de competencia. A Samuel se le
desencajó la cara y frunció el ceño, aumentó su velocidad y aproximó su vehículo
al otro, peligrosamente, que casi se tocaron en un momento. El tipo le vio los
ojos y se le borró la burla de la cara. Giró levemente el manubrio y le dio un leve topón al otro. Un poco más
fuerte y lo saca del camino; el tipo bajó la velocidad y se quedó
atrás; Samuel tenía una cara de enajenado que daba miedo.
“Tú no sabes lo que puedo hacer, tú
no sabes lo que puedo hacer”.
Cualquiera tiene un día de furia.
Así fue como en otra ocasión, cuando iba con su familia, su señora y sus dos
hijos, en su colectivo propiedad de su mujer, atrás, en una fila de un cortejo
fúnebre y de repente un tipo de atrás empieza a tocar la bocina, como
imperándolo para que avance, ¿Qué querrá el desgraciado, que pase por encima
del funeral? Se dijo algo molesto. El
tipo siguió haciendo sonar la bocina insistentemente, quizás con su impaciencia se daba cuenta que
Samuel estaba al final del cortejo fúnebre, aunque él no tenía nada que ver,
iba avanzando por la pista que ocupaba la procesión; el tipo trató de
adelantar, pero se encontró que habían vehículos
65
más
adelante que no lo dejarían pasar, pues la calle estaba copada. Y al ir hacia
delante se topaba de costado con Samuel y las sacadas de madre iban y venían.
El ruido de los motores, el tráfico y el
calor hacían lo suyo. El tipo seguía con insistencia descarada tocando la
bocina. Pasó un momento que Samuel, en una de esas, le “tiró un beso”, el tipo
ahí quedó descolocado, y luego reaccionó con furia, el tipo se creía muy macho,
a lo “village people”, así que esa era una ofensa muy grave, entonces salió del
vehículo portando en sus manos un martillo. Avanzaba hacia él con intenciones
de atacarlo. En eso Samuel se envalentonó, se indignó. Harto ya del tipo, iba
ir así no más, sin armas, a enfrentarlo, pero se acordó que debajo del asiento
del chofer había un cuchillo por si acaso, por eso de los asaltos, entonces lo
cogió y salió con el. Su señora y sus hijos shockeados observaban la escena.
Samuel avanzó hacia él, enajenado, “borrado” y le lanzó unos
cortes que le
hizo unas abolladuras al vehículo,
el sujeto retrocedió, no tenía intenciones de matar a nadie, sino mostrar su
“bravura” con un martillo, pero vio al sujeto flaco que venía por él para
llevarlo a los infiernos, pero más que eso, con la culpabilidad del momento que
lo hacía volver a sus casillas y darse cuenta de que había actuado muy
equivocadamente, prueba de ello es que después el tipo no lo buscó para que le
pagara los daños en el techo de su taxi colectivo, que era lo que habría
correspondía, pero a la luz de los hechos...
66
“Tengo
que saberlo todo”
Yo soy el guardián
de todos estos imbéciles.
Tengo que saberlo todo.
Sus locuras
desviaciones
gustos
y malas intenciones.
Yo soy el guardián
de todos estos imbéciles
y de mí mismo.
del libro “Perdido en un mundo perdido” de
Ediciones San Pedrito 2009, La Serena. De S.N.
“Sí, yo era el guardián, pero
acá en las soledades, solo debo ser el guardián de los cerros y la luna. Luna
que me acompaña leyendo a Bolaño.”
“Trabajar de guardia tampoco es
fácil...en realidad ningún trabajo es fácil...se aprende y si se tienen ciertas
facilidades naturales, mejor, de lo contrario costará más, pero, bueno, la
lucha se da y es lo importante”.
Ese día Samuel fue a
pagarse y con frustración constató que le habían descontado cerca de $ 40.000,
de los 180.000 que ganaba, ¿por qué? Se preguntaba y se dio cuenta que fue por
el uso de la tarjeta
67
que le proporcionaron para pagarle y esa, solo
esa, debía usar, la que le dio la empresa, y no una que usara a su elección,
claro, como la empresa hace convenio con ciertos bancos, obliga a sus
trabajadores a usar de ese sistema, sin beneficiarse el trabajador con ese convenio que hizo con ese banco, no claro
que no. Y Samuel se le informó en el banco que ese cobro fue la acumulación de
consulta de saldo ¡Pero no me dijeron
nada! ¡Hijos de su santa madre!- pensó. Pero claro, ese era un pelo de la
sopa. ¿Dónde quedó
eso de que los guardias solo debían trabajar ocho horas, que fue un
dictamen de gobierno que se hizo hace años atrás? Se lo pasaron por cierta parte disfrazándolo
de horas extras. ¿Y vacaciones? “No aquí no damos vacaciones, a usted se le
despide y se le paga la indemnización y bueno, tira su libreta a la cesantía y
ahí usted verá. Y claro, todo sin contrato...el Estado lo hace, ¿y por qué
nosotros no?”
Cierto día conversaba con su jefe,
a raíz de un traslado “trucho” que le había hecho. Y según su jefe lo
habían “amarrado” unos colegas porque había hecho algo anormal, o sea lo había
delatado de algo que hizo ¿De qué? Lo habían “mariconeado” porque no era verdad
y lo cambiaban de instalación. A lo que Samuel le dijo a su jefe que por qué lo
traían a él para remplazar y a los otros no, a lo que le contestó: ¡Pero está
trabajando! ¿no?.... a lo que Samuel le replicó que “los otros también estaban
trabajando”, a lo que su jefe fue más directo
y le dijo que “aceptara
calladito”. Y en realidad todo esto fue una
68
treta de su jefe, pues Samuel era responsable y
no se dormía en su turno de noche, pero los otros sí, como estos tipos no eran
tontos, le “cargaban la mata” al más responsable. ¿Lindo, no? Grandes personas.
Así era la cosa. En vez de contratar a más gente y gente responsable, sino que
mantenían a los “regalones” o a los parientes, no importa que fueran unos
inútiles. Y claro que lo iban a hacer, si con ello se va al tacho de la basura
la meta de maximizar las ganancias, el escatimar, la preciada meta de cierta
rentabilidad.
Para que hablar de las
condiciones de seguridad.
Aquella vez que pudo asistir
a los cursos de seguridad que eran obligatorios para el personal por ley, digo,
pudo, pues, a veces no lo hacía, porque
chocaba con los turnos, pero aquella vez que fue, el instructor, que a la mitad
de la clase se ponía hablar de sus experiencias personales, la historia de su
vida y toda una perorata, les dijo que, al saber que donde trabajaban no habían vallas de
seguridad y que eso era imprescindible, les dijo que ellos debían “exigirle a
su empresa que pusieran esas vallas”,
que era importante; al ver la estupidez del tipo y lo ilógico de lo que él
pedía, ya que era deber de la misma empresa de disponer aquello y no era la
obligación de los trabajadores andar exigiéndoles lo
que la empresa
debía disponer por CONTRATO, le dijo: ¿y por qué no va usted y les dice
usted?.
-¿Cómo?
69
-¡Claro, pues, vaya usted y
dígales! ¡Vaya usted y dígales!¡no, pero vaya usted y dígales!
No hubo necesitad de que dijera:
¡Pa´ que lo echen cagando! Así, el instructor cambió de tema, pues no estaba
tratando con jóvenes primerizos, que no tienen clara la película, sino que con
hombres algo rudos y ya muy maduros.
Y vamos a ver qué tipo de
contrato hizo la empresa con unos sujetos que eran Canadienses, unos gringos,
que generalmente son tipos muy ordenados y exigentes, que eso no era nada, el
kit del asunto era de cómo de materializó ese servicio ¿Cómo? Se supone que ese
servicio vale tanto, y con ese dinero, que debe cubrir lo que se va a ganar y
lo que se debe implementar, todo correctamente, en condiciones óptimas,
equilibradamente, como se supone. Pero Samuel, como sus colegas, estaba en
paupérrimas condiciones.
- ¡Mire, si ni tengo garita!- decía Samuel comentándole a una amiga las
condiciones de su actual trabajo y sus intenciones de migrar a otro. Claro que
no le comentaba que tenía que ir a guarecerse a una oficina para capear el frío
de la noche, y allá en los cerros, lejos de la ciudad, la noche era cruda y
todavía faltaba que llegara el invierno. Aparte de que lo que cuidaban eran
explosivos y no tenían cursos para alguna contingencia y no se habían
implementados condiciones de seguridad por si acaso había una explosión, por
ejemplo, un hoyo en la tierra por donde guarecerse, nada. Aparte de que eran
70
unas pocas “lucas” más por estar allá, nada más.
O sea, malas condiciones. Pero qué se podía esperar de estos empresarios
“chantas”(engañadores,paupérrimos), que generalmente eran ex-milicos o ex-agentes del Estado, proclives
a la ideología Pinochetista, y este personaje era quien decía: “Hay que darle
plata a los ricos, para que generen riqueza”. Y claro, ellos acumulan riqueza
explotando a sus trabajadores, aprovechándose de su vulnerabilidad y la
necesidad de trabajo. Un dinero “bien
avenido”, como se puede ver. En consecuencia se ve después la riqueza en
un auto de veinte millones de pesos circulando por la calle que llama la
atención y no se ve, por supuesto, a ese trabajador enfermo
de una neumonía rezando para que lo atiendan en un
hospital público y pidiendo una licencia que no se la van a pagar nunca, porque
eso de la demora, equivale a que nunca se la van a pagar, pues el Estado, en su
afán de cuidar las platas, cae en la denigración del trabajador y no le cuesta
nada en gastarla en licitaciones gigantescas que al final solo son
triangulaciones que los parlamentarios u otros personajes con intereses creados
se queden con las platas, aparte de que el sueldo de estos parlamentarios es
millonario y ganan en un día lo que un trabajador normal gana en un mes y
después se preguntan por qué hay poco amor a la patria y sentimientos afines,
cuando ellos solo promulgan el amor a la plata y ya no hay nación más que la
plata. Así es. Y con todo esto justificando aquel explotador empresario por el
nivel de desarrollo que está alcanzando el país cuando se ven ese tipo de
vehículo
71
circulando
orgullosamente por la ciudad. Todo apariencia, como todo lo que hizo Piñera con
el rescate de los 33 mineros allá en la mina San José, en Copiapó, que andaba
mostrando el papelito de “estamos bien los 33...” por el mundo, como una gran
hazaña del país, del gobierno, cuando todo esto ocurrió por
causa de las políticas de acción que ellos mismos promulgan, el “libertinaje”
del mercado, la casi nula o nula
fiscalización por parte del Estado ya que se contaban con solo dos
fiscalizadores para toda la zona de Atacama, o sea la nada misma, así el Estado
es pequeño con estas herramientas para ejercer su labor fiscalizadora y pese a
aquello, ellos son de la idea de “achicarlo más”, más todavía... y por eso
es lo que pasa, ya que desde el
parlamento dan menos financiamiento para esos ítemes; ítemes donde se
contratarían más fiscalizadores, pero no, no lo hacen, por eso: para que
no haya más control, apelando a la
“autorregulación” del empresariado, en orden a un amplio desarrollo,
autorregulándose como lo hizo la minera a cargo de la mina San José que siguió
adelante con la explotación de la mina sabiendo en las condiciones de seguridad
precaria en que se encontraba, sabiendo de los derrumbes internos, pero ellos
“démosle no más” hay que producir, y con la venia de este Estado, de derecha
que rige actualmente, o sea, de Piñera, que
con su funcionario encargado del organismo minero de otorgar el permiso
de explotación fue despedido
porque se negó a dar permiso para que esta mina funcionara ¿Por
72
qué? Porque había una orden interna de gobierno
que se debía dar las facilidades a estos empresarios para que no se elevaran
los índices de cesantía en el país, para dar una imagen de país pujante, de que
se iba directamente al desarrollo con este gobierno de derecha. ¿La
“autorregulación” donde quedó? En la utopía que es, en eso. ¿Quién se fiscaliza
a sí mismo? Por favor. Entonces como
queda el señor Piñera mostrando ese papelito al mundo cuando las políticas a la
que es proclive fueron las responsables de lo que ocurrió ¿No deberían asumir y
quedarse callados y aceptar que por
generar más plata, que es la última y la primera premisa de ellos, que por generar más “riqueza” dejaron pasar eso, para
ver si pasaba “piola”, porque si pasaba piola, en ese intertanto, se generaba
plata?¿Eso es desarrollo?... y en este caso, con lo del papelito ¿No es más
digno el silencio?.
Lo bueno de esto, porque hay que buscarle lo bueno a esto, que de lo contrario estamos perdidos, era que
para Samuel, como estaba en las soledades de las afueras de la ciudad, en su
turno en la noche, tenía tiempo para crear
poesía y leer a Bolaño u otros autores de los cuales era afecto,
tomándose un cafecito.
Y ahí estaba con su tres colegas:
uno era del pueblito de “las Rojas”. Con él poco conversaba pues era algo
“huaso” o mejor dicho, reservado: intercambiaban unas cuantas palabras y luego
lo mandaba a su puesto para que no lo “molestara” en su trabajo. Era un sujeto
solitario. El segundo era un tipo que pretendía ser culto,
73
que lo interrumpía en su conversación, como
haciendo indicaciones, apuntes, de que él sabía más. Poco fructífera la conversación.
Más entretenida es la conversación con el tercero, un hombre de edad, maduro,
ex- hombre de la fuerza aérea que fue socialista y guardia del papá de la
ex-presidenta Bachelet, a quien mataron
para el golpe militar de 1973 y como él era de la misma ideología, tuvo que
partir al exilio, sin hablar antes con el general Leight, que él le había dicho
que la única alternativa era el exilio, que él era un experimentado piloto,
además le contaba que habían convenios con los norteamericanos, que se hacían cursos
de pilotaje de aviones que nunca llegarían al país y por eso los repuestos eran
originales, y si los norteamericanos lo requerían ellos
tenían que hacerse presente para cualquier contingencia, como ocurrió
con el bombardeo de la moneda, pues el hecho de que la marina norteamericana
estuviera anclada en Valparaíso no era casualidad y si estos aviones fallaban se pensaba en una
intervención. Él, según decía, había sido socialista, pero que ya no le
interesaba el tema político, que había conocido “toda la suciedad” por dentro,
así que estaba en otra parada, según él conoció toda Europa, tuvo que
sobrevivir con lo que sabía: cursos de
electrónica y otras cosas, que había trabajado en Argentina en máquinas pesadas
en este último tiempo y que ahora estaba acá, por el asunto de su jubilación,
que estaba en proceso, pues había sido “castigado”, habían sido borrados todos
sus
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antecedentes de manera que no podía cobrar su
jubilación como ex- miembro de la Fuerza Aérea, así, según le contaba a Samuel,
se cocinaban estas cosas. Así es. Donde los gringos se paseaban como por su
casa por todo el mundo o como hicieron hace un tiempo, cuando taparon desde
afuera lo que habría sido el caso del “Rosswell Chileno” cuando hace unos años
atrás el 7 de octubre de 1998 cayó un ovni
en las cercanías de Paihuano, en el cerro
“las Mollacas”, que se
partió en dos, incluso que casi se veía el resplandor
desde aquí, desde la Serena. Si estos gringos no hubieran intervenido,
tendríamos un regio tour para los turistas, igual como lo tienen allá en nuevo
México, en Rosswell, y con eso nuestro turismo regional se hubiera potenciado
enormemente, pero no, estos norteamericanos, que se llaman a sí mismos
“americanos”, llegaron, entraron al país como Pedro por su casa, que si esto
pareciera, como dice una canción de “los Prisioneros” : “Sudamérica es un
pueblito al sur de los Estados Unidos”,
un pueblito gringo o Miami o Kentucky
o algo por el estilo y así, con la colaboración del gobierno regional de
la época, claro está, acordonaron la zona con la policía y llegaron muchas
personas extrañas a la zona entre periodistas y personal de otra especie, grandes
helicópteros negros aparecieron por la noche y el día y en Coquimbo, en un
barco, desembarcaron grandes camiones que fueron directamente hasta Paihuano y
recogieron todo y “chao”, ni rastro del que puso ser un gran caso que hubiera
tirado
75
para arriba el turismo en nuestra región.
Eso sí, que todo esto no
habría valido nada para
nuestro turismo, en caso de que
hubiera sido oficialmente reconocido y habría sido noticia y se habría
preparado todo para recibir a los turistas, si los locales, arriendo de casas y
todo eso, les hubieran cobrado lo que les cobraron hace unos años, en donde
espantaron a toda la clientela con precios de asalto. No valdría nada, aunque
hubiera caído una nave nodriza de 500
metros y hubiera quedado la desparramadera de extraterrestres y estos los
habrían tenido que atender en el hospital de La Serena y Coquimbo y estos
habrían hecho declaraciones por los noticiarios de radio y televisión y algunos habrían contado su vida
en “Gamma cuatro” y otros quizás de que mundo habrían venido quizás contratados
por el dueño de la nave nodriza y , cuento aparte, la de naves que habrían quedado en el terreno y la nave
nodriza misma. Todo ese espectáculo
mismo no valdría de nada, de cobrar esos precios a los turistas y hacerse ricos
de la noche a la mañana. En todo caso... tal vez los de U.S.A. se lo hubieran
llevado todo.
“Incredulidad”
Dios
lo sabe todo
U.S.A.
también. (1999).
De “corazones de
deshecho-heart chilensis” de ediciones de Elmismo, La Serena, 2010.
76
De todo eso y más conversaba Samuel con este señor mayor, que era su
colega. De estos de grandes y pequeñas cosas, que el turno se hacía largo sin
un intercambio de palabras.
Ahí Samuel estaba de punto fijo y no lo trasladaban como hacían en otras
oportunidades. Como aquella vez que lo trasladaron a un área, un recinto donde
guardaban camiones y se encontró con un conocido suyo, que era del barrio donde
él vivió cuando era pequeño, el barrio “Capuchinos”. Lo miró, los años habían
pasado, estaba distinto, pero era él.
-¡Hola, güeón! ¿te acordái’ de mi?
El tipo lo miró, pero
no alcanzaba a reconocerlo.
- ¡Soy yo, el Samuel!...
- ¡Aaah, hola Samuel, cuantos años.... cuando te iba a conocer...!!.
Y así se estrecharon
las manos muy alegremente. Pero luego, después, Samuel en la tranquilidad de su
turno, en la soledad del silencio, se acordaba del pasado y pensaba en el
tiempo ido, “ahora que me acuerdo, este tipo me sacó la cresta y mi madre fue a
reclamar a donde estudiaba; era malo el hombre y pensar que este era un
violador estudioso y se “pescaba” a los niños de ese tiempo...es que era un barrio salvaje”, luego se
acordó de otro hombre, un sujeto jubilado, con familia, con estudios también
era como aquel que ahora trabajaba en camiones “...este también era de los mismos,
77
si era un
barrio salvaje, habían peleas, violaciones zoofilia, sí, salvaje, como también
el barrio Los pingüinos...”, pero
luego, su mente lo llevó al color de las casas, al sonido de sus calles de
tierra, a un ambiente surrealista y allá estaba su casa. Una humilde casa donde
las ventanas no tenían vidrios, solo tapas de madera que al cerrarlas todo
quedaba a oscuras y su madre que cosía para otras personas, que era otra
la economía, que ella,
sola, con sus dos hijos, se las arreglaba con eso, y se
la pudo finalmente, hizo lo que pudo, sí, pero se la pudo. Eran otros años,
otras épocas. De su
padre poco tiene memoria, solo sabe que un buen
día se entusiasmó con otra mujer y dejó a su madre, a él y a su hermana. Pese a
ello su madre nunca le habló mal de él. El hombre tomó una decisión y ya. Así
eran las mujeres “antiguas”, otra formación, otras generaciones, estoicas,
acostumbradas al sufrimiento, a la resignación, a la aceptación de los sucesos
y, claro, a apechugar. No había otra opción. ¿La hay actualmente? Siempre uno
tiene que apechugar. Siempre tiene que salir para adelante.
Que para atrás no se puede.
78
“Algo es algo”
Vivió 50 años encerrado
en una oficina,
soñando con ser profesor de
educación física,
soñando con recorrer Europa.
Hasta que llegó,
un poco tarde, pero llegó.
La única conversación que
tuvimos toda la vida
fue sobre Raquel Welch,
Claudia Cardinale, nuestras preferidas
y de una morena de Ovalle,
que siempre yo llevaba tomada de un hombro.
Ahora tengo para “cachiporrearme”: no todos los padres son enterrados en
Europa.
(*cachiporrearse= (chilenismo) Presumir.)
De “Corazones de
deshecho-heart chilensis”. H.M. o S.N. ediciones delmismo 2010, La Serena
79
Se acordó de los
muchachos, los hombres parados en las esquinas y no se explicaba de qué vivían
y no era que se dedicaran a la delincuencia, pues no había eso de la droga,
como hay hoy en día, no había construcciones. Algunos iban a trabajar a la
feria, pero ahora, después de todos esos años, se hacía esa pregunta. De algo vivían, seguro. Se acordó de su casa,
por ejemplo, de sus vecinos: al lado vivía “don Reina”, que tenía una carreta y
vendía pescado y en su casa vivían doce personas, como vivían, no se sabía,
pero vivían ahí, amontonados; un hermano de ese señor trabajaba en una
panadería y todos los demás eran niños: el “Checho” que trabaja hace muchos
años en el hospital; la “Chepita”, que vende afuera de la catedral; la “Sole” que
ahora es enfermera que trabaja hace muchos años en el norte; la “María” que es
ex-enfermera en el hospital; la “Amelia” también funcionaria del hospital ;
también se acordó de la “Celedón” una mujer enferma que murió ahí, en la casa,
en la oscuridad ya que nunca la sacaban a la calle. Más allá vivía el “Teleno”
que trabajaba cargando camiones y era él único de la casa que trabajaba, las señoras
de ahí no trabajaban y se acordó de su tío que trabajaba en “cañas y
galleguillos” vendiendo discos. Más allá, en una casa vendían vino y allá iban
a parar todos los “curaditos”; cerca estaba la casa de las “tebas”; más arriba
vivía una señora que sobaba, la señora “Gollita” que era como una especie de
enfermera, que sobaba a los jugadores de Deportes la Serena. Más allá vivía la
“Doly”;cerca vivía
80
el “loco Pérez”, que era carnicero clandestino;
y llegando a la esquina había una “fuente de soda”, del “maricón Henríquez”; a
la vuelta vivía el flaco “Colequín”, que era el que tenía plata, pero vivía
como pobre, tenía dos camiones y vendía melones y sandías, ganaba plata, pero
era alcohólico y se la pasaba borracho, vivía como pobre porque no tenía
muebles, solo un colchón en el piso para dormir, pero curiosamente era el único
que tenía un “wurlitzer” y solo el restorán
“El Peñón”, el “Cine Centenario” y “Mi Cafetal” que estaba en la calle
Balmaceda, tenían uno, pero eran locales comerciales; eso era algo
estrafalario, extraordinario para el barrio, sin duda, pero lo malo era que
tenía un solo disco con un tema de Mike Laure y lo tocaba y lo tocaba:
“Tiburón, tiburón
tiburón, tiburón,
tiburón a la vistaa,
baaañistaaa...”
Si las bolas no
reventaron aquella vez por escuchar tanto “tiburón a la vista” de Mike Laure,
no se reventarán jamás.
Y así, esos eran los
negocios, la feria, la panadería y otros. Por ejemplo, estaban “los pasteles
giordo”, que podría ser una fuente de trabajo explicando qué hacían los hombres
en las esquinas, qué hacían para vivir, porque no es como ahora, que hay mucho
negocio y actividad, lo único, sí, que es una miseria lo que pagan,
81
mucha exigencia con los antecedentes que
solicitan y el ambiente no es muy bueno, muy tenso, estresante, ya que hay una
soberbia que antes no había, o no se asomaba; que algunos llegan al negocio y
porque llegan pagando tienen el derecho de humillarte diciendo “para eso estoy
pagando” y alguna gente acepta eso pues el patrón a veces “presta menos ropas
que a Tarzán”, dándole la razón al cliente, pero claro, esos son
maricones, al igual que aquellos que llegan diciendo “para eso estoy
pagando”. Un buen patrón sabe,
conoce a sus gente
y los cuida, porque ellos le cuidan a él, pues la gente
agradecida sabe responder con lealtad,
pero a estos maricones.... que no se quejen después de su suerte porque las
maldiciones le lloverán, no creerán que las gentes, al tener que aceptar el
abuso, porque tienen familia, tienen que comer y todo eso, en su mente no los
maldice. No señor. Preferirán algún día haber sido golpeados en masa por ellos,
y no lo otro. En fin, el aprendizaje a veces cuesta caro, así es esta vida, así
es la cosa, estas cosas que ocurren, que quizás no deberían y no son
agradables, pero es así.
Sí, aquellos eran otros
tiempos. Pero, volviendo a los vecinos
de Samuel: se recordaba del señor de enfrente que trabaja de garzón, en
hoteles, en “boites” y sitios por el estilo; al lado estaba “el pololo”
que tenía un taxi, un “ford” del año 1955 y en
eso se las arreglaba; siguiendo estaban “los coñu” que trabajaban en
construcción, arreglando puertas y cosas así, como
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“maestros chasquillas”, como se decía en ese
tiempo; se acordó de un señor de nombre
“Tutín” que tenía dos hijos, uno se fue a la “Fach”, el otro se fue a estudiar
a la Universidad de Chile, que estaba en la colina, que después pasó a
llamarse la UTE y
posteriormente Universidad de La Serena, el dueño de casa tenía una camioneta,
eran como los ricos del barrio; se acordó del vecino Orlando cuyo hijastro se
fue a estudiar para México, pero nunca más volvió, igual había una niña de
nombre Patricia que se fue a estudiar y murió en Grecia en un accidente, esos
eran los escasos chicos que iban a estudiar, sí, así eran las cosas, no había
plata para estudiar y los niños no pasaban de “sexto de humanidades”. También
se acordó de un señor de nombre “Juan seis”, que era cochero y tenía su propio
coche que era tirado por caballos y se
usaba en los actos fúnebres cuando moría alguien y era llevado en coche al
cementerio con toda pompa, con el cochero vestido de negro con sobrero de copa
y con cara de muerto. Su nombre provenía por el número del coche: “Seis”, don
Juan Seis; se imaginaba Samuel, con su mente creativa, en ver todo esto filmado
como en una película de Fellinni, escrito
y luego pasado al celuloide, o en este caso, al cine digital, como es hoy en
día por lo mismo, más fácil de hacer.
83
“Siempre.”
Siempre quise ser un Rolling Stones
no entendía lo que decían sus letras,
Pero llevaba el ritmo con los pies.
Era un muchacho del barrio
de camisa floreada y pantalones
pata de elefante,
que solo lo usaba
después de la “pichanga”.
No sé qué pensaría Amalia,
la chica que me tenía de cabeza.
De “corazones de
deshecho-heart chilensis” de H.M. o S.N. ediciones delmismo, La Serena 2010.
“Capuchinos”
Volví al barrio
con mi hijo de la mano.
Mudos caminábamos
como expuestos
En una fotografía.
De “Poesía Chilena
contemporánea” de Mosquito editores 1999. Antología. Poema de S.N.
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Esas eran los personajes y
cosas que pasaban en aquel desaparecido barrio “los capuchinos” que se situaba
de la calle Anfión Muñoz hacia arriba, hacia
la cordillera.
- ¡¡Pucha Samuel!! ¿¿para cuándo la novela, para cuando la historia de
“Capuchinos”, ah??...
Le decía un profesor amigo
suyo, cuando lo veía por la calle.
- ¡¡Algo haré, algo haré!!...
Lo que no sabía el profesor
era que no solo esa, era una obra pendiente de Samuel, sino que habían otras,
como por ejemplo: tenía un proyecto de escribir sobre la vida bohemia de la
zona con sus grupos musicales que aparecieron y desaparecieron antes y después
del golpe militar del ’73, asunto del cual sabía, pues, había sido testigo de
aquello y conocido a los músicos protagonistas de aquella época o por lo menos,
a gran parte de ellos.
85
Hasta aqui el adelantazo de la novela de:
SAMUEL Y LOS MANIMANGANIANOS DEL DEDO MEÑIQUE PARADO
Disponible en "Ediciones Cuchu"
consultas por medio de el e-mail.
Disponible en "Ediciones Cuchu"
consultas por medio de el e-mail.
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