3.- "HUESO BUSCA SU DESTINO ¿SE PROSTITUIRÁ O BUSCARÁ UN TRABAJO DECENTE?" novela

Muestra de un 50% de la novela :"HUESO BUSCA SU DESTINO,¿SE PROSTITUIRÁ O BUSCARÁ UN TRABAJO DECENTE?.

todo este trabajo está protegido por la ley del derecho intelectual reconocida mundialmente, cualquier iniciativa de comercialización, comunicarse con el autor o el editor para los permisos pertinentes.













cuerpo de la novela:







      HUESOBUSCA
      SU DESTINO:


       ¿SE PROSTITUIRÁ O
        BUSCARÁ UN
       TRABAJO DECENTE?



                             por    GEKO


                          
                                     


                                       1

  Ediciones Cuchu  en su formato Pocket
Cuadernos literarios presenta:

       “HUESO BUSCA SU DESTINO:
¿Se prostituirá o buscará un trabajo decente?”

por  Geko.

© 2008 copyright de Geko
Derechos reservados.
inscripción 170.484

© 2012 -2020 EDICIONES CUCHU
Derechos Reservados.
contacto:  editor.cuchu@gmail.com
WEB: www.edicionescuchu.blogspot.com
representante legal: Sr. Germán Cuello F.

Edición  2014.

Los relatos o hechos presentados en estos escritos
son producto de la imaginación de sus escritores
respectivos, por lo que nada tiene que ver con la
realidad vigente. Cualquier coincidencia es mera casualidad.


DERECHOS RESERVADOS
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.


                              
                                     2







                        EL  DIA EN QUE AL  “HUESO”  LE  LLEGÓ  LA “PENCA”.(*)






         La Serena, año 2008.
            El día es esplendido. Temperatura ideal, con una  tenue brisa que   lo refresca a uno.
             El Sol está en lo alto  y calienta todo lo que alcanza.
            El hombre descansa, plácidamente,  con un sombrero en la cabeza que le tapa   los ojos,  echado  sobre  una silla de playa.  Una   amplia sombrilla lo cubre de los fuertes  rayos del   Sol.
(*= increpar, reprender./ chilenismo.)       


              


                               3                 
           


             A un costado, hay una pequeña mesita;  sobre su cubierta de vidrio   descansa una bandeja con un gran vaso,  con jugo de naranja  recién exprimido y con algo de hielo para provocar esa sensación refrescante en las pilas gustativas y hacer frente a este  sofocante  calor.   ¡Aaah…..esto  es fantástico!¡ es el Edén!
         A sus   pies corre un pequeño río, en  cuyas aguas destellan  encantadoras luces y sus brillos reflejados  por un esplendoroso Sol.  

         El tipo levanta sus brazos y deja escapar un sonoro  “ Aaahh…”.
 Sacándose algo de modorra, estira las                         
 manos   y como reacción mecánica,  el resto del cuerpo también lo “des-modorra”, al igual  que lo hacen los gatos cuando   se  desperezan.  Luego coloca sus manos detrás de su nuca.  Mueve su cuerpo para acomodarse. Se acomoda una vez más,   hundiéndose  en la blandura de los cojines de la silla de playa.  ¡Ooooh….esto es vida!!.  
        


                    

                                4
             



             El hombre, muy cómodo, muy a gusto,   descansa y se apresta a dormir la siesta. Repentinamente y sin saber cómo, se oye una explosión muy fuerte que estremece el lugar. Su sombrero ha saltado lejos. El tipo abre rápidamente sus pequeños ojos, espasmódicamente, perplejo, tensando todo el cuerpo. De nuevo otra explosión retumba el lugar y seguido, llega la onda expansiva de la explosión como un sacudón. Distinta a la fuerza de la explosión que lo empuja, empieza a correr una ventisca que se hace cada vez más fuerte, como un especie de potente chorro de viento disparado quizás de donde.  La parte delantera de la silla de playa se levanta dejando los pies del hombre en el aire. El viento toma más fuerza.  El tipo sale expulsado con la silla, mesita y todo. Seguidamente alcanza a aferrarse a unas ramas de un árbol que estaba cerca. El viento lo estira, fuertemente, y parece que de un




                                     5



                                 

              

    
                                    6

momento a otro se lo llevará volando  junto con las otras cosas que ya se encuentran a muchos metros de altura y distancia. La velocidad aumenta de 100 a casi 250 kilómetros por hora. Los brazos le empiezan a doler a causa del esfuerzo que tiene que hacer para seguir  aferrado. Este es tan fuerte que parece que   le arranca el pelo  y en medio  de esto, hace una mueca como nunca a  hecho antes, apretando los  ojos y  tensando la boca, tan tensa que deja ver los dientes, mostrando su evidente esfuerzo.  Como si fuera poco, se escucha  otra explosión casi  sofocada por  este chorro de viento. Un  ruido aplastante  y penetrante lo invade todo y los decibeles altísimos  se “convierten”  en sólidas y afiladas lanzas, puntiagudas ,  que  horadan  su cabeza  sin misericordia ; estas lanzas  entran carne adentro provocándole un intenso dolor.
         -¡¡¡Aaaahh…..!!!
         Hasta que en un momento se  alcanza ver el tejido expuesto del encéfalo, como una fractura abierta. La carne roja   se empieza a  colorear  de un rojo más  oscuro,  producto de la sangre que empieza a fluir .
         -¡¡¡ Aaaaahhh!!!,¡¡mi cabezaaa…!!


                                 7
         En medio de la  sangre,  el dolor   y  el intenso ruido,  “Hueso” sentía que    desfallecía, que perdía la consciencia, pero en eso, escuchó una voz fuerte que lo descolocó aún  más:
         -¡¡¡¡Levántate flojo  ‘e  mierda  que todavía estái’  acostáo’  ahí!!!.
         Con la cara toda estropajeada, con la boca  semi –abierta,  miraba casi absorto,  casi sin despertar todavía  y con los ojos  algo desorbitados, miraba sin saber qué miraba.
         - ¡¡¡Que me mirái’  con esa cara   de zombi!!,¡¡levántate mejor  y anda a trabajar  flojo ‘e  mierda!!¡¡borracho culiáo’!!,¡¡tení’ la “media caña”!!,¡¡hasta  cuando!!,¡¡¡te la pasái’  puro tomando!!!
         La verdad   de las cosas es que  “Hueso” nunca esperó  que aquello le iba a ocurrir, realmente lo sospechaba, pero en su fuero interno tenía la esperanza de que no ocurriera, pero… ocurrió. Y ahí  estaba, apartando  las sabanas para levantarse, diluyendo ese agradable calorcito que lo mantuvo cómodo  y plácido durante toda la noche. Así su sueño era un dulce sueño... que se convirtió  en pesadilla… y más pesadilla sería,  si no apuraba  el  paso,  haciendo -con sus gestos-



                              8
que su madre tenía razón, así  ella  vería  que
 a él  esto le importaba  y no era que “no estaba  ni ahí”.
                Su mamá no le dijo  nada más; salió de la habitación y se produjo un abombachamiento que hizo vibrar la ventana, producto del tremendo portazo donde se aprisionó el aire viciado a encierro que no hallaba  por donde salir. Ningún sistema de ventilación había, cosa “normal” en todo caso. A causa de eso, la puerta quedó mal cerrada, entonces impetuosamente la señora agarró nuevamente la manija  y la cerró con más fuerza y ahora sí que quedó bien cerrada, en medio de un fuerte ruido.
                Después de eso “Hueso” no tenía ni la más pisca de sueño.











                              9

         ¿Y QUE PASÓ DESPUÉS DE  LA  “PENCA”?.
         “Hueso”  trató de encontrarle una explicación a la actitud de su madre, del por qué  había sido tan dura con él  ese día, pero en realidad  no trataba de ir  al fondo, porque en el fondo, sabía que ella tenía razón… tendría  que salir a trabajar, ¿se terminarían aquellos tiempos donde   se  pasaba  horas enteras echado  en una silla  de playa  durmiendo y descansando;   yendo  al   refrigerador  o  a la cocina si le daba  hambre, sin mayor preocupación  que la de acomodarse en la cama para dormir?,¿atrás quedarían aquellos días en que “Hueso”  era el regalón y le consentían en todo y agarraba a “chuchás”  limpias a todo el mundo como muestra de cariño?,¿se hacía “justicia divina” y ahora  le tocaba a él recibir esas muestras de cariño y ser él, el “conchesumadriado”?. Quién sabe. El caso es que “Hueso” ese día fue “penqueado” de lo lindo y no le quedó más remedio que empezar a  moverse.
         De puro  ofendido se puso las pilas inmediatamente; herido en su interior se puso a buscar pega. ¡Tan acostumbrado que estaba,

                 

                                 10
calentito en su cama, comiendo cositas ricas, todo limpio a su alrededor, oloroso y fragante!,¡y bien servido!,¡ahora veía que se venía todo abajo, que se le venía encima la cruel realidad!,¡tendría que enfrentar patrones abusadores, deshonestos, avaros y desalmados!,¡también con eso, malos tratos, explotación y poca paga!,¡competir con sus compañeros de trabajo en ambiente de guerra en donde sobreviviría el más rastrero!,¡ todo un trabajo indigno!,¡partirse la espalda!¡¿y para qué?!, ¡para poder comer miserablemente!, “¡oh, que desdicha, que desdicha la mía!”. Se decía. ¿Pero, por qué “Hueso” tenía tanto miedo a la realidad?,¿demasiadas malas experiencias o simplemente flojera?. Sería más lo segundo, pues su experiencia no era mucha, pero de todas formas…como cualquier habitante del mundo, no desconocía la realidad en que estaba viviendo.
         En esas  jornadas  de buscar trabajo se encontró con que…¡no había trabajo!..¡ o por lo menos no uno adecuado!. Pasados estaban esos años cuando había trabajado en una imprenta o cuando había laborado en un taller de  artesanías  “Pankúl”,   junto    con     sus

                            11              

amigos :  Lalo , Melo  y uno que no veía hacía tiempo : Pedro. Ahora tendría que  buscar pega en otro lado y quizás a donde lo  llevarían sus pasos. Días más tarde llegó a su casa Emiliano Cantana, un conocido amigo suyo, que sabía  que andaba buscando trabajo.
         -¡Oye  “Hueso”, que tal si vái’ a trabajar en mi negocio que tengo allá en  Calama?
         -¿Y que tení’ allá en Calama?.
         -Tengo un negocio de comida rápida en el terminal de buses.
         -¡Sale!,¿adónde vái’  a tener   vó’  un negocio de comida rápida?,¿de dónde sacaste la  plata?.
         -Bueno …no es exactamente mío ,es de mi  papá, pero yo se lo administro, pero, bueno, ¿que decí’?, ¿vái’ o  no  vái’?.Yo te consigo una pieza barata para que podái’ vivir y listo, casi al lado de la pega ; tu solo  tení’ que ponerle el hombro y nada más  y lo demás es ganar plata.
         A “Hueso” no le pareció mala la idea. A  parte de que ya se  hallaba  un poco hastiado de estar en la casa por el ambiente que ahí reinaba   hacia   su  persona.
         Y así  fue.
   
                                 

                                  12

      Cantana se fue primero, pues ya tenía pasaje para el día siguiente, luego se iría “Hueso” a los dos días después a tomar posesión de su nuevo trabajo allá en Calama.
Horas después, durante su viaje hacia el norte, le llamó la atención un lugar situado entre Caldera y  Chañaral, en que el sitio parecía un  paisaje lunar, con la excepción del cerro que se veía al fondo.  Parecía a esos escenarios de las películas antiguas y a lado contrario se veía el Mar. Mientras avanzaba el bus se observaba la posada “obispito” y antes de entrar, había un estacionamiento con juegos para niños bastante a mal traer y lo que le llamó la atención era un cohete bien “apolillado”, pero que hacía juego  con el paisaje que había visto más atrás.  Miraba el paisaje y oía el ruido del motor del bus. “Ese ‘bzzz’ que se mete dentro de la cabeza y ese aire dentro de este bus; olor a cualquier cosa”. Iba a mitad de camino y le faltaba todavía atravesar el desierto que quedaba después de Chañaral. Largo camino. No había traído algún libro porque no podía leer ya que con el movimiento del bus se le movía el libro entre las manos y así se mareaba más  que ir mirando el camino fijo todo el viaje.. Tampoco se le ocurrió traer un “Condorito”, porque lo encontraba muy fome( sin gracia), a

                            13
pesar que este se vendía muy bien en el extranjero, prefería el antiguo, el dibujado por
el desaparecido Pepo, el genial autor original, de los años 60 y 70, pero de eso, años habían pasado. Al no tener otra alternativa, ¿qué hacer?, y no había otra cosa en este pequeño mercado, salvo unos experimentos “underground”, que eran más fomes aún y que no eran como las historietas que leía en el desaparecido, hace mucho: “Mampato” o los pocos ejemplares que se había conseguido del más antiguo aún, el legendario “Dr. Mortis”, con bonitos colores de prensas antiguas y no estos nuevos que abusaban del “photoshop” y las historias más “engrupidas” que costaba leerlas y se necesitaban de una quinta y sexta leída para asimilarlas. Pensando en estas cosas vio al otro costado donde se veía el mar. Aburrido como estaba, dejaba que su vista deambulara de un lugar a otro. En eso, vio algo que le llamó la atención en el mar, muy cerca de la carretera, donde el agua chocaba con las rocas. Era como un bote, pero…no. No era un bote. Parecía un submarino. –Pero, el submarino pa’ raro- pensó. Y veía unos tipos sobre el submarino. Era como si hubiera emergido y ellos salido  a tomar aire.
- Huy, la güeá pa’ rara.
         Una señora que  dormía con la boca

                             14
abierta  justo  en la ventana que daba al mar donde se veía el suceso, le impedía algo la visión. Como a él no le tocó nadie a su lado, se puso de pie apoyándose sobre el  asiento contiguo para ver mejor. Y ahí lo vio. Era un submarino redondo y los tipos llevaban cascos y eran pequeños, parecían niños. Era algo inusual, pero al parecer nadie se dio cuenta. El bus iba rápido. Ante la expectación de lo que estaba viendo trató de llamar al chofer para que parara.
            - ¡¡Hey, chofer…!!
Pero como iba muy atrás, cerca del  “W.C.”, desistió, pues dudaba. No podía creerlo. Además, los tipos rápidamente se metieron dentro del aparato, y  ya empezaba a elevarse, como si arrancaran de las miradas de los del bus. Sin contenerse   más gritó a la gente.
            - ¡¡Miren!!!.
Algunos alcanzaron a mirar, pero al parecer vieron muy poco o nada, que siguieron en lo suyo. A algunos no les pareció muy gracioso el “chiste” y lo miraron feo. ¿Qué era lo que había visto?,¿un “ovni” en el mar?,¿sabría alguna vez que fue eso que vio?. Tomando asiento mientras el bus seguía por


                 15
una gran curva y ya no se veía nada…nada de lo que pudo haber visto. “Hueso” se sentó pensativo.
       -¿Sería un experimento de los gringos?,¿de la armada?.      Pero si esos eran


                                  16



viejos chicos, no eran hombres!,¡chi’ la güeá’ pa’ rara!.
Y ahí se quedó pensativo en su asiento tratando de recordar lo que vio. Si, se recordaba perfectamente. Era un plato volador “marino” y  esos eran “marcianos”, si, estaba seguro, pero…no podría contarlo, lo creerían loco, además, al parecer fue el único que los vio, o si los otros vieron algo, se han quedado callados por miedo a  que dijeran que estaban locos, ¿o miedo a los hombres de negro?,¿a la “agencia”?. Era la primera vez que había visto algo semejante, pero podía darse cuenta de lo que pudo haber sido, ya que había mucha información al respecto, en internet o en cualquier parte. Miraba hacia el mar, hacia el lugar de la ventana del bus donde vio ese “submarino”. Atardecía. Las nubes se veían coloradas en el horizonte. Se cubrió con la parka, ya empezaba a hacer frío.









                            17





        EL “EXPRESO DE CALAMA”.





El recinto era amplio y los locales se situaban a lo largo de un espaciado pasillo. La mayoría eran locales de comida rápida como en el que le tocaría trabajar a “Hueso”. A un local intermedio se encontraba  “El manolita larga” que era un local que le podría hacer la competencia, pero no, allí  se vendía comida con especialidad en productos del mar y ahí conocería a Amelia, una morenita simpática cincuentona, entradita en carnes, que era la cocinera. Tanto como echarle el ojo, no ocurriría, pero entre los dos habría muy buena onda más adelante. El caso es que “Hueso” estaba allí por fin y se le venían arduas jornadas de trabajo. Claro, él, desde un principio, no lo veía así, por lo que observaba en esos primeros días de su estancia en el lugar. Escasas personas acudían al negocio.

                                18
Su experiencia en un local similar en el centro de la Serena, le sería muy útil aquí, ya que no tendría nada que aprender, bueno, nunca se termina de aprender, pero lo poco que sabía le serviría en términos prácticos para hacer su labor. ¿Tendría aquí la misma experiencia que en la Serena?. La verdad, no esperaba eso ya que allá en la región de Coquimbo, estuvo un tiempo bien, trabajando en ese local del centro en la calle Cordovez y fue una experiencia agradable, la cuestión social, el local lleno de gente, algunos compañeros de trabajo que hacían todo más agradable con las “tallas” que se tiraban unos a otros. Estaba bien allí, los jefes le tenían buena, la dueña  le tenía simpatía y no es que fuera muy “chupamedias”, sino que le ponía empeño porque estaba a gusto, aunque, no se puede negar que algo, aunque  sea un porcentaje muy mínimo, algo de “Espinita” tenía. La verdad, en todos los trabajos, todos tenemos algo de eso, aunque sea en un gesto de amabilidad para el jefe, siempre sale el “Espinita”, aunque los farsantes y macanudos digan que no. Es así. Y todo el que se gana la vida en este mundo sabe  que es así. El problema está cuando las personas se van “al chancho”, se van al extremo, se convierten en un     “chupamedias- chupamedias”,   en  un

                                19
“Espinita” cualquiera,  como aquel, el del programa de TV. : “Happening con ja”; en un ser despreciable, pero por lo menos este era gracioso y solo era un personaje de comedia. Y fue que, con una persona de estas, tuvo un problema, con un sub-jefe, un famosamente llamado “mando medio” y todo lo buena que fue su estancia ahí, se fue al tacho de la basura y lo despidieron. Pero lo más gracioso de todo ese embrollo no alcanzó a hacer ni un bodrio de pelea, porque esa fue la excusa, no ocurrió que se agarraron dándose unos buenos puñetazos, un par de “aletazos”, nada, sino que fueron unas “choriadas”,amago de amenazas, y un par de empujones y eso; en el fondo ocurrió que “Hueso” intervino por su compañero de labor -porque eso fue lo que hizo-  cuando aquel estaba teniendo un altercado con el  encargado del personal, y lo hizo porque “le tenía mala” al capataz y no se pudo aguantar. Más que aprovechar la ocasión, se le pegó la idiotez del momento, que se estaba generando cuando estos dos estaban discutiendo fuerte y él entró más fuerte y pagó los platos rotos precisamente por eso. Al marido de la dueña no le gustó eso, así que lo despidió, aunque este no era el dueño del local ni nada de eso, era solo el esposo de esta, de todas maneras, el peso de

                              20
este era más que el de “Hueso”. El caso es que, actualmente, al colega que supuestamente defendió de su capataz, todavía sigue trabajando allí, y el capataz también. Por lo menos la dueña le hizo saber que ella no era partidaria de despedirlo y le agradeció haber trabajado para ella y con eso “Hueso” se fue con un sabor no tan desagradable de haber trabajado allí. Y ahí se dio cuenta que para algunos personajes, siniestros personajes, es más imperdonable un desborde de idiotez o ira, que una acción injusta, y no importa que algo injusto provoque ese desborde, lo imperdonable es la reacción, no les interesa las causas, lo que no quieren es el problema. Castigan la reacción, no la causa. Son tan caraduras. Sabiendo que para solucionar el problema deben revisarse las causas, de lo contrario el problema nunca se resolverá. A lo mejor, eso es lo que quieren. Son tan malditos.
- Bueno, ¿y por qué le pusiste “El Expreso de Calama”  a tu local?.
-  Porque aquí debe hacerse todo rapidito, expedito, como el santito.
-  Te salió versito, sin esfuercito. Pero parece que te va a entrar poquito, con esta gente, va a  haber  poco billetito.


                       21
-  ¡Chí’, espérate no más - le dijo su amigo Cantana a “Hueso”-  espérate no más cuando llegue el día del “paguito”, se te va hacer así el potito.
Y le hacía el gesto con una mano juntando los dedos, como indicando que su ano estaría en estado de constricción.
   






















                22

        



             ¡¡CAMBIA   EL ACEITE!!






         El aire era pesado. ”Hueso” maniobraba cambiando de posición, en las latas calientes, los trozos de carne molida, para que no se quemaran.
         -¡¡ Que pasa con los completos para la mesa cinco,  maestro!!
         -¡¡Ya vá, ya vá!!
         -¡¡ya po’ maestro que  la gente está esperando!!
         -¡¡ya vá,  ya vá!!
          Realmente era un atolladero; toda la gente estaba de pago y como nunca y por decir, como ocurría en ciertas ocasiones, toda la gente se daba cita en el terminal   o sencillamente venía llegando a la ciudad.
         -¡Por la chucha,  a todo el mundo le dio por venir a comer aquí!!

                         21
         Pensaba para sí “Hueso”, mientras con sus manos cortaba un pan de “completo” por la mitad, para dejarlo calentando en las latas.
         - ¡¡Ya  po’ maestro, hasta cuando, la gente  está gritando ahí!!
          Es la voz del garzón que lo ha sacado de sus pensamientos.
         -¡Yá, no le pongái’ tanto y llévate esto a la mesa tres mientras tanto!.
         Luego de hablarle fuerte al garzón, piensa:
         -¡Puta, este conchesumadre  que güevéa; parece que “no le tocó”!.
         El ruido de las gentes, el chocar de los cubiertos con los platos de loza, diversas voces hablando de muchas cosas, una que otra risotada y algo de música de fondo, por los parlantes, donde la administración del recinto la colocaba a su gusto, música alegre, eso si;  todo eso, conformaba el ambiente del lugar en esos momentos y “Hueso” se afanaba en lo suyo; eran los primeros días,  así que debía dejar una buena impresión a su   amigo. En un sitio  había una bandeja donde estaba friendo  unas papas, en otro sitio  de la estrecha cocina, las latas cocinando otros cinco bollos de carne para hacer hamburguesas, en otro lugar una cocina con la tetera hirviendo agua, en otra parte  tenía tomates a medio pelar,

                                22

lechugas y paltas que debía hacer lo mismo y hacerlas pasta . Más allá un pollo  ya estaba pidiendo atención, ya que estaba lo suficientemente tostadito en el horno.  Los dedos de sus manos accedieron a  abrir la portezuela de vidrio del horno y con cuidado  sacó el pollo que se veía  delicioso.


                               

                               23     
         -¡¡Que pasa con el  cuarto de pollo para la mesa uno,  maestro!!
         -¡¡Aquí , ya está!!.

         Con un “hachazo” parte el pollo en dos y rápidamente recoge   la malla donde tenia friendo las papas, les saca  el aceite y luego, al depositarlas en un plato, junto con el pollo, le echa algo de salsa y cuando estaba por echarle la mostaza el garzón lo apuró.
         -¡¡Ya pué’, que pasa con ese pollo maestro de pacotilla!!
         -¡¡ya tranquilo, mierda, que ya vá,  ya vá!!.
         Con cierta fuerza le puso el plato,  que resonó en el mesón, pero lo hizo sin querer  y el garzón no pareció hacerle caso y tomando el plato partió raudo a dejarlo a la mesa. Quintana, que estaba cerca,  no le pareció muy bien eso y más que eso, le dio la idiotez y  al ir inspeccionar, en vez de ayudar, le dijo a “Hueso”:
         -¿Cambiaste el aceite?
         - Eeeh, no, parece que no….
         -¿Cómo que no??¿pero cómo no se te va a ocurrir??,¡¡¡cambia el aceite, mierda, cambia el aceite!,¡¿ no veí’ que andan los de “sanidad”?, ¿¿qué querí’ que nos multen y te lo descuente de tu sueldo??.

                           24

         -¡Eeh, no, no, no po’!!
         -¡Cámbiala  entonces!
         -¡Bueno, yá,yá!
         Obedeciendo al momento “Hueso” pensaba para sí:
         -¡¡Puta, el conchesumadre  pa’idiota;  no le conocía esa cara!!
         Y así continuó la jornada, ardua y trabajosa, donde el entre chocar de los cubiertos con los platos de losa, las voces de las gentes que conversaban alegremente de diversos temas, con una que otra risotada, en un ambiente de jolgorio, que inundaba todo el recinto. Después cayó la tarde y así disminuyó el trabajo y terminó el día.
           “Hueso” había transpirado todo lo que no había transpirado  en su vida.


             ….     …..    ……      ……









                            25



         AMELIA,  LA GORDITA.




         - Asi que vení’ de la Serena?,¿sói’ nacido allá?.
-No, pero  la mayoría de mi familia está viviendo allá. Yo soy de Vallenar….pero estoy  en la Serena.
-La ciudad de las papayas…es muy bonito Serena, me acuerdo que fui, hace muchos años.
-Si, pero está malo.
-Ah, por eso estái’ acá.
-Así es….aquí está la plata…dicen…
         Diciendo aquello “Hueso” se llevaba  un vaso de cerveza a la boca.
- Pero la plata está  en las  “mineras” pues, m’hijo.                                                                     
- Bueno…algo tendremos que hacer…
          La mujer, con algo de  picardía en sus ojos, miraba a “Hueso” mientras que con sus manos aproximaba su vaso con cerveza,  y  él  no se daba cuenta ya que, con su respectivo vaso en su mano  tenía la vista perdida  hacia

                             26
el final del local o hacia ninguna parte, como si estuviera concentrado en otra cosa, meditando en presencia de su acompañante, siendo así descortés, cosa que no parecía incomodarle a ella, como haciéndose el capo, como si no le importara nada en ese momento, a lo puro estilo  Humprey Bogart   y ella le dijo:
         - Pero si querí’  yo te puedo ayudar.
         -¿Usté’?,¡Pero si usté’ está  igual que yo!¿acaso tiene  alguna movida o qué Amelia?.
         -¡Pero claro, pos’ “Hueso”!¡el hecho de que esté trabajando de cocinera en el local de al lado, como tu, en el vecino, no significa que no tenga movidas!.
         -Pero qué…¿acaso conoce algún gerente  de alguna minera o algo por el estilo?.
-Mi marido tiene un puesto importante en una empresa y por medio de él puedo hacer alguna tentativa.
- Pero usté’ misma me dijo que estaba separada y como su marido le va andar haciendo movidas para sus conocidos!.
-Bueno, movidas no, pero si hay algo seguro, tu lo podrías saber de primera mano.
- ¿Y no implica que ustedes estén separados?.


                              27
- No, si  nosotros quedamos como amigos, así que no hay dramas, yo trabajo como puedo,  me gano mi  billetito,  pero él me ayuda igual con los niños, los ve y todo, pero estamos separados.
-Bueno, en ese caso…si es así, le dejo el encargo, Amelia …pero después le voy a  cobrar la palabra, eso sí!.
-¡No te preocupes “Hueso”,por algo te lo ofrezco…pero trátame de “tu”!, ¿no vez de me haces sentir más vieja?.
         Y esa era la simpática Amelia. No era la “Mis Chile”, pero tenía su encanto, entre su gordura y su sociabilidad. Era mamá de dos hijos, separada y “Hueso” la conoció cuando esta se dirigió al local para solicitarle un enchufe eléctrico, a lo que él    accedió sin mayor problema. Pero, ¿acaso Amelia hizo esto solo para conocer a “Hueso” y hacerse amigos o realmente necesitaba  aquel artilugio eléctrico?. Nunca lo sabremos, porque eso estaba oculto dentro de su mente y, como cualquier mujer de pensamiento antiguo, nunca lo confesaría. Pero….“dos más dos es cuatro”,¿ no?.




                                 28










                           
                       “PACHORRA”








         En su estrecha y maloliente pieza “Hueso” abría los ojos y no se sentía muy bien. No era que estaba con la resaca sino que se sentía enfermo, como si estuviera por venirle una gripe tremenda. Se sentía decaído, pero decidió que igual iría a trabajar.
         Había escaso movimiento y en el local no habían clientes. ”Hueso” estaba echado en un   rincón   de  la  cocina  con  una  cara  de


                          29
decaído que no se la podía. Cantana, al ir a la cocina, lo vio y le dijo:
- ¡Bueno, con esa actitud cuando vamos a crecer como país!¡pero si estái’ echado ahí sin hacer nada!¡hace aseo en la cocina por lo menos ,no?.
                Con los brazos cruzados como si tuviera frío “Hueso”,  molesto, le contestó:
-¡Anda a bañarte, güeón!¡chí,’ que no veí’ que estoy enfermo?¡agradece que vine a trabajar!
-¡Pero “Hueso”, no seái’ flojo!¿no te da vergüenza?¡tení’ que tener fuerza!¡deseos de surgir!¡atacar la adversidad, con fuerza!.
-¡Sáale güeón, por qué no contratái’ más gente mejor!,¡deberíai’ tener una persona para que haga aseo!¡yo no puedo hacer todo!.
-¡Excusas!,¡excusas!,¡debes dejar de lado la flojera y actuar con fuerza, con energía,  con PACHORRA!.
-¡Como?¡pónete de acuerdo!¡primero me decí’ que actúe con fuerza, después me decí’ que  esté flemático!.
-¡Con PACHORRA, te digo!¡con   PACHORRA!!.
-¡Por  eso, mierda, por eso!
-¡¿Cómo que por eso?!¿que no sabí’ que significa “pachorra”?.



                            30
-¡Pero claro!¡ TÚ sói’el que no sabí’ que significa  “pachorra”!.
-¡Pero claro que sé lo que significa “pachorra”!¡”Pachorra” significa:  ímpetu,  fuerza, arrojo ,valentía!.
-¡Jaaaa,ja,ja,jaaa!¡sale pa’ llá’   académico!.
         Se reía burlonamente “Hueso” de su
amigo Cantana  al ver que se las daba y se las creía que se las sabía todas.
-¡Chí, pero de que te reí’?.
-¡De  vó’, pu’!¡”pachorra” no significa eso, sino todo lo contrario!.
-¡¿Como todo lo contrario?!.
-¡Todo lo contrario, pu’, revisa tu diccionario mejor!.
-¿Pero como?,¿ los de la  tele, los del área  deportiva están equivocados?.
-¡Lo están!.
-¡Saale pa’ llá’!.
-¿Querí’ apostar?.
-¡Saale…!
-¡Me dái’ dos días de permiso con goce de sueldo si yo estoy acertado!.
-¿Y si no?.
-¡Tu dirás!.
-¡Te descuento dos días y los trabajas igual  y  más!.



                             31
  -¡Hecho!.
         Así  fue como “Hueso” tuvo dos días de descanso, pese a los reclamos de su empleador, pero de igual forma se apersonó en la pega para comer algo, y hacer algo de trabajo que, de otra forma, se aburría en su pieza.


         Según el diccionario de la  RAE (Real Academia Española)  dice así:
PACHORRA: Flema, tardanza,                                              indolencia.  

 















                          32












         CONQUISTANDO A AMELIA





         Decididamente esa era una estrategia de “Hueso” para conquistar. Como veía que, de alguna forma, su energía áurica, pesada, tenía dominada su presa, lo que él hacía era, tomar una actitud de  cierta indiferencia, lo que producía un efecto devastador a nivel inconsciente y la presa quedaba a su merced, como en el  caso de un acto de  sesión de  tortura; la victima veía a su verdugo cerca, sin saber cuando iba a actuar. Que malo era “Hueso”.
                
                          33      
         La jornada había sido normal.                        Amelia lo había invitado a tomarse un trago  a un bar que había por ahí cerca.
Y ahí estaban los dos…esperando que la luna llena hiciera su efecto….
         Ya llevaban algo de trago avanzado  lo que  había soltado la lengua  de    ambos. Pero…¿quién hablaría más?..¿la mujer?,¿”Hueso”?...eso no importaba. Lo que importaba era que estaban ahí y pasaban un buen momento.
- Ese es un conchesumadre explotador de mierda…¡tiene demás para contratar a otra persona  y al garzón le paga el día sin boleta ni nada!,¡hubiérai’ visto “cuando pateó   la perra”, cuando le gané la apuesta y más encima me cagó con un día!,¡si este gueón es un “maricón sonriente”!.
- Ah…no pesquí’,  “Hueso”. A mi, mi jefe me debe las cotizaciones de cinco  meses y ma’ es  lo que cuesta para que se ponga al día.
-¡Pero no  vái’ a decir que eso está bien!
- No, pero que le vái’ a hacer…
-Pero es que da rabia…
- Si “Hueso”, pero hablemos de otra cosa, para qué  nos vamos a estar amargando el pepino con eso….



                           34
         “Hueso” no dijo nada y se apuró el  vaso de licor a la boca, luego, al estar muy próxima Amelia , le puso el brazo sobre los hombros  y sonriendo  le besó los labios y esta  lo aceptó.
         Las escaleras  no eran un obstáculo  para  ellos, porque  ya estaban bien borrachos y prácticamente  habían cruzado la calle abrazados de manera que se apoyaban el uno al otro, lo que hacía notar, a la vista de los demás, que no estaban  demasiado ebrios. Una patada terminó de abrir la puerta de la pequeña y  barata pieza  que  se trancaba ya que necesitaba  de un apretón de los tornillos de las bisagras. ”Hueso” terminó de cerrarla discretamente como pudo y ahí se terminó el mundo exterior….por lo menos, por esa noche.
         El olor a encierro no importó, ni tampoco la suciedad y el descuido con que “Hueso” mantenía su pieza. Apuraron en bajar un poco menos de la mitad de la botella de “pisco sauer”  que llevaban. La mezcla de cerveza y pisco ya estaba haciendo estragos en sus organismos. Después de bajar el contenido de la botella ambos se entregaron a la pasión.
        

                        35

                   Tiempo después este episodio “Hueso” lo contaría como un acto de acrobacia sexual, ¿lo creería el mismo?. Realmente no, pero eso no importaba, lo que importaba era  que LOS DEMÁS lo creyeran.  A nadie debería interesarle el  detalle de que se había quedado dormido y en ese “ ínter-tanto” se había orinado en la vulva de su compañera.




















                            36
        







       LOS SUEÑOS,  SUEÑOS   SON.








         Sus movimientos eran suaves   y delicados. No era muy extravagante, pero se dejaba ver por donde pasaba. Y ahora iba directo al local de comida rápida  “El Expreso de Calama”. ”Hueso” lo vio venir, pero no lo miraba directamente, pues no deseaba que eso lo interpretara de una forma que no correspondiera y esperó que preguntara si quería algo. Y en realidad, estaba trabajando, haciendo el aseo, pero de igual forma debía atender público, ya que estaba solo.
- ¡Oye lolo!,¿no has visto a Cantana?,¿no está él?.
        
                                 37
         Aquella voz masculina  muy estilizada y afeminada era la de “el Lucía” conocido homosexual de la zona, que se decía trabajaba de cocinero en el centro de  la ciudad.
- Eeeh,  no. No ha llegado, pero si quiere le doy su mensaje o si quiere lo espera, se supone que debía haber llegado…¡ho, ahí viene!¡ahí lo tiene!,¡converse usted con él!.
         Precisamente era él.  Cantana, que venia apareciendo por el largo pasillo, feliz de la vida al parecer. Al ver  a “Hueso” que lo apuntaba y con “el Lucía” a su lado mirándolo,  pareció incomodarse un poco. “Hueso” se percató de la situación y de inmediato se avocó a lo que estaba haciendo.

                    *          *            *

         El día ha sido normal. Gentes por aquí, gentes por allá.
          Termina la jornada y “Hueso” se va a su pieza. Se siente cansado y además no tendrá compañía: Amelia tiene que atender unos asuntos con sus hijos. Ya es de noche y hace frío. El cielo se ve estrellado. La puerta de su pieza rechina y suena al cerrarla. Jamás la arreglará porque piensa que aquello no es de su propiedad. Y si  así     fuera…tampoco.
        

                              38
          Se queda dormido con la boca abierta mirando la ventana y con la radio encendida y a bajo volumen.
         Una señora deja a  un bebé en su cunita. El bebé se ve bien vestido, con cierta elegancia “bebística”, con su traje, su “pilucho”, sus mitones y sus colores. La señora, dichosa, se ve feliz. Deja  al  bebé  y se va a hacer unos quehaceres, los habituales de la casa. Desde la cocina se escuchan el sonido de las ollas y es ella que está preparando un rico almuerzo y ya se empieza a sentir el olor del guiso de carne que está preparando. Se escucha la música proveniente de una radio que está encendida y que le da ambiente alegre a la casa. El bebé percibe todo eso y se siente feliz. Nada le falta.
         Hay un reloj en la pared y muestra las diez de la mañana. Hay un Sol afuera de la casa y los pajarillos vuelan por ahí  y cantan.
         El segundero del reloj empieza a andar a más velocidad. ¿Se le habrá soltado alguna pieza o algo por el estilo de manera que no anda la velocidad que debe andar?. Debe ser algo así, porque ya el segundero empieza a girar casi sin control  y empieza a marcar la hora siguiente y luego  la otra, y luego la otra,  girando más rápido. 
        

                                39
          Seguido,  da vueltas  sin control como  
hélice, que casi   no se ve   y  las  horas  se marcan como segundos.
          Increíblemente el bebé empieza a crecer en forma desmedida y el traje se le empieza a rajar  a lo puro estilo de “Hulk, el hombre increíble”, ya  que su volumen aumenta y solo conserva las ropas más anchas. El rostro se le define y podemos darnos cuenta de que ese bebé es…¡”Hueso”!,¡ y a los pocos minutos lo vemos convertido en un hombre de treinta   años!.
         Termina de crecer y vemos que conserva un gorrito y  un pañal que  sirve como tapa-rabo. Con las piernas fuera de la cuna, “Hueso” se saca el chupete de la boca y se da cuenta de que se ha nublado o algo por el estilo, que está cubierto el cielo.
-¿¿Mamá?...
         Su mamá no está.
         Ni su casa tampoco.
         En realidad  no hay nada. Solo su cuna. Se levanta  y se pone de pié. Se da cuenta de que está en el desierto…y hace frío y está nublado, oscuro, que parece que va a llover.
         A lo “Tarzán” y con un gorrito de bebé en la cabeza, con los brazos protegiéndose del frío, otea a los alrededores.
-¡Y qué hago aquí!....
        
                                40
          Se pregunta mientras  ve que algo, un animal pequeño que se aproxima.
-¡Un gato!....¿y que hace un gato en pleno desierto?.
         No alcanza a terminar la frase cuando se da cuenta de lo que realmente es.
-¡¡Conchetumadre, un puma!!.
         El miedo lo paraliza, pero algo en su cuerpo lo coloca en alerta;   es su instinto  de conservación.  Con el corazón  bombeándole a “full” le  grita para ahuyentarlo,  pero el puma no se asusta.  Le “pela los dientes” y le gruñe ; acercándose, agachado, le alcanza a dar un arañazo en una de las piernas.
         -¡¡AAhh!!
         En la desesperación, como no le puede dar patadas, ya que tiene los pies desnudos, le tira la tierra suelta a la cara. El puma retrocede, pero abriendo el hocico  nuevamente  le  gruñe para aturdirlo y se apresta a saltar sobre él. Para mala suerte “Hueso”, helado de miedo, retrocede  y al hacer eso, se tropieza con unas piedras y cae hacia atrás. El puma se aprovecha para lanzársele encima, pero este lo rechaza moviendo rápidamente las piernas. El puma le rasguña las piernas con las garras, “Hueso” estira sus manos hacia atrás como tratando de pararse   y  en  eso,   entre   la  agitación  y

                              41
movimientos alocados, da  con unas piedras y  con una mano agarra una como puede.  Se la lanza  y esta choca con su cráneo, justo  encima de los ojos. El puma retrocede, pero parece que no es suficiente. ”Hueso”, en su  frenesí, le lanza con todo lo que encuentra. Recoge unas piedras más grandes y una de esas, le da de nuevo en la cara.  Al parecer ahora le causa  un daño,  ya que el puma retrocede y sale huyendo.
         Jadeando se queda de pie. Algo encorvado se mira las piernas ensangrentadas, entre tierra y sangre.          Descansa un poco en esa posición, alerta y en seguida empieza a huir de ahí; no vaya a ser que el puma, al verlo herido, lo ataque de nuevo.
         Empezó a caminar sin rumbo. Era de noche, con una Luna tétrica en el cielo que  algo alumbraba. A lo lejos se escuchaban ladridos de lobos. Pájaros raros. Todo allí era un ambiente de desolación y oscuridad. En eso empezó a trotar rápido  de ahí. Unos perros lo seguían. Los alejó a piedrazos y siguió alejándose. Como de la nada vio un vehículo que circulaba por las cercanías. Era una camioneta de esas “4 x 4”.
          Cuando está se acerca, la hace parar.
         Momentos después el vehículo se detiene.

                            42

  -¡¡Eh , amigo, me lleva, por favor!!
          Pudo ver    de cerca al conductor y se dio cuenta de que el tipo no tenía cara de buenos amigos.
-¿Pa’onde va uste’?.
- Ee…no  sé, salir de aquí…¿me lleva?
- Que nivel de educación tiene usted?
-Eeh….pero que tiene que ver?
         No quiso contradecir al tipo. Lo que quería “Hueso” es que lo sacara de ese desierto.
- Bueno…este… “cuarto medio”…
-¡Ah, eso no alcanza  pa’ na’!¡tiene que tener por lo menos algo en grado técnico para llevarlo!
- ¡Pero…!
         “Hueso” no alcanzó a decir más y el tipo aceleró su camioneta y esta salió rauda. Él se quedó ahí tragando polvo que  quedaba en el aire.
         Entre medio del paisaje desolado no le quedó más remedio que seguir caminando para llegar a su casa.
         Caminó y caminó, sin saber a ciencia cierta a donde iba.
        Mirando hacia adelante le pareció ver algo  curioso   en   este   desierto   oscuro  y


                               43

penumbroso. ¿Una persona?. Después de lo que había vivido nada le parecía raro.
         Al avanzar se encontró a una señora que estaba tomando el té, sola, en el medio del desierto, sentada junto a su mesa, muy a  gusto, con todo servido.
-¿¿Mamá??.
         Se acercó cautelosamente y se dio cuenta que, efectivamente, era ella y bajando la guardia y su estado de alerta, le preguntó:
-¡¡Mamá  por qué lo hiciste, por qué!!
-¿Por qué, hice qué  m’hijito?
-¡Por qué no me diste armas para combatir, un cuchillo si quiera, que casi me matan   hace un rato!
- Pero pa’ qué sale pos’ m’hijito…usted sabe que la calle es peligrosa.
 - ¡Pero tú nunca me dijiste nada!,¡me cagaste las defensas!,¡no me dejaste ir al mundo crecido, sino que me dejaste ir  “agüagüado”! ¡así cuando iba a tener oportunidad!.
- ¡Mire m’hijito, yo le he dado  todo cuanto he podido, así que no me venga con ese cuento, yo no puedo hacer cosas que le corresponden a usted!,¡apréndale a sus hermanos que lo más bien que se han independizado!
-¡Pero por lo mismo mamá, tu me cagáste el

                                44
“espíritu independiente” ya que tu me acostumbraste a tu calor materno y a tus arrumacos y  yo  ya después  no quería otra cosa!.....¡y no como a mis hermanos, que les diste algo de leche y a caminar!.
- Pero m’hijito, no le pida a una madre  dejar de ser madre!.
- ¡Pero por qué no lo pudiste hacer  igual  que como  mis hermanos!.
- ¡Y que querí’!,¿qué te dejara botado??,¡si érai’ muy debilucho!!¡¡por eso te di más leche, para que fuérai’ más fuerte!!.
- ¡Pero  me hizo mal!,¡ me ido como el ajo en las cuestiones de la vida!.
- ¡Bueno y que querí’!, ¿que te haga yo todas las güeás?,¿no querí’ otra cosita?,¡pónele ñeque y afronta las güeás, que nada es gratis en la vida!.
- ¡Pero ….vieja desgraciada, ahora me vení’ a decir esas cosas!,¡ y  de golpe y raja!.
         A esto “Hueso” hizo un amago de darle un golpe de puño en el rostro a su madre.
         La señora se hizo a un lado y el puño de “Hueso” pasó rozando.
 -¡Que te pasa cabro conchetumare! ¡desagradecío’ ‘e mierda!.    



                             45
         Enseguida agarró el azucarero con una mano y se lo lanzó. Se produjo un sonido hueco. Este le golpeó en unos de los pómulos, en plena cara.
         -¡¡AAhh!!
         Ayudándose de un  rodillazo y con los brazos, la señora levantó violentamente la mesa y se la lanzó a “Hueso”. El pocillo de la mantequilla, los cubiertos, la tasa de té y cuanto había sobre la mesa, salió volando. La mesa le cayó encima con fuerza, noqueándolo. Las demás cosas cayeron desordenadas por ahí. Y ahí quedó botado con la mesa encima y con las piernas que se le asomaban en los contornos de la mesa. Al igual que la bruja mala, en el “Mago de Oz”, que terminó con una casa encima y  los pies  que  le quedaron afuera, sin aplastar.
         Apretaba los ojos. El cuerpo le pesaba una enormidad. La cabeza le dolía y empezaba a ver el techo de su habitación. La luz de un nuevo día se había filtrado por la ventana. Luego ”Hueso” se dijo a sí mismo:
 - ¡Las cagás de sueños que tengo…!
         De a poco se empezó a estirar para luego levantarse.



                           46





















         CUANDO SE ACABA  LO BUENO.





-¿Qué te pasó hoy día “Hueso”?
-Es que estoy cansado, ayer me tocó mucha pega y tu sabí’  como  es esta cuestión.

                            47
         Se echó bien atrás en la cama; colocó sus manos atrás de la cabeza y se acomodó en las almohadas. En esa posición  reflexionó.
- Tengo ganas de irme a la cresta.
-¡Pero cómo!,¡pero si estái’ bien aquí!, ¿y si te vái’ y te sale el trabajo en la compañía?.
-¡Chí’, pero cuando!?,¡voy a jubilar aquí y no va a pasar nada!.
- Tení’ que tener paciencia, es la única forma, tu  sabí’ como es la cosa!
-¡No….ya estoy  aburrido, ya han pasado cinco meses!.
         Amelia, haciéndose la desentendida, se levantó de la cama y buscó sus ropas.
-¡Bueno, “Hueso”, después conversamos  esto….
         El sonido de la puerta al cerrarse  y luego los tacones cortos al bajar la escalera daban cuenta que la mujer se iba y “Hueso” se quedaba ahí, en la cama. Extrañamente esos sonidos de la mujer le hacían pensar…y la soledad en que quedaba en la habitación. Sentía la rara sensación de ser un estropajo, que había sido usado, como un instrumento, como algo sin valor. Rara sensación sin duda, pero, tal vez, muy común.  Pero  “Hueso”,  ahí,  solo  en   esa

                            48
habitación, no podía sacarse ese sentimiento. ¿Sería diferente si  en la mesita de noche o “velador” la mujer hubiera dejado 30 mil pesos?.

             *         *         *        *          *

         Era temprano y “Hueso” levantaba la cortina metálica del local. Al final del pasillo se veía la figura de Cantana que venía. Al verlo, “Hueso” sonrió. Se veía cansado, algo ojeroso y quizás eso tenía algo que ver con lo de la noche anterior:  la cita social con “el  Lucía”. Para “Hueso” eso era evidente y no pudo resistirse:
- ¡Jaa,ja,ja,jaaa….a vó’ que te pilló el “chupacabras”!,¡haa,jaa,jaa!...
         Cantana se sintió bastante incomodo y se le notó en la cara. A esa hora había muy poca gente. Solo las personas que trabajaban en los locales de aquel recinto, y tal vez con mayor razón se sintió incomodo, ya que de esa manera “Hueso” ventilaba cosas personales ante los vecinos de su jefe. Al acercarse lo vio detalladamente y pudo apreciar unos tonos rojos en su cuello y cara.
      - ¡¡Mira si te dejó bien chupado, tení’
 
                            49
“chupones” hasta en los ojos… y para que te pregunto si tení’ hasta en el poto, jaa,jaa,jaaa!!!.
         Cantana estaba rojo de ira,  parecía que  lo iba a increpar o algo así, darle  un puñetazo tal vez, pero no hizo nada y se hizo el tonto; era evidente que “Hueso”  se estaba vengando de las humillaciones, que en pos del trabajo, este le había hecho pasar. ”Hueso” lo hacía como, quizás, un acto “suicida”, que le podía costar el trabajo. Y continuó riéndose mientras este no lo quiso mirar y pasó al interior del local donde tenía una pequeña oficina-bodega.

         Aquello, ese día, se olvidó y no hubo más agresiones mutuas, ya había gente en el local, así que ya no se podían decir “pesadeces”; la actividad empezó temprano y  todo se volvió trabajo y actividad.

          *       *     *        *        *        *

         Una hoja de un árbol se soltó de su rama y lentamente, llevada  por el viento,  fue a dar al piso de la calle, en pleno asfalto. Caía la noche. Caía la tarde.

          
                         50

          Volvía un nuevo día con su afán, un día que parecía rutinario, de esos días en que  la persona desea cambiar de aire, por que se le hace pesado, tal vez desesperante, de esos días que se detienen, que no terminan, y el reloj de la pared quieto, sin avanzar, ahí, inmóvil. Es un día en que “Hueso” siente visos de arrepentimiento en su decisión que ha tomado, en que desea volver a su casa…pero no puede: lo trataron de “vago”, así que no puede volver sin tener algo de dinero que justifique su estadía en el norte; algo de dinero con el que se pueda comprar algo y que digan: “¡este sí estuvo trabajando, mira lo que se compró!”.
         Reflexionando en eso fue cuando escuchó un raro y fuerte golpe, como si estuvieran sacudiendo algo, con violencia. Luego se produjo una pausa y, en vista que no se volvía a escuchar, siguió en lo suyo, que era reflexionar sobre su situación. Duró poco y de nuevo se escuchó el mismo fuerte ruido. Provenía desde  cerca. Ahora si que no se aguantó y miró, asomó la cabeza del ventanal abierto del local y se dio cuenta de que el ruido provenía del local de al lado, “El manolita larga”.   Como  no  podía  ver

                           51
directamente para adentro, salió de su local y se asomó al ventanal del recinto de al lado y vio que no habían clientes, al parecer no había nadie. No estaba ni la cajera que atendía público; alguien debería haber en la cocina y de repente escuchó ese fuerte ruido: ¡¡Fáaaa!!. Movió un poco más la cabeza para ver el interior de la cocina y se dio cuenta que era Amelia, que con un machete estaba cortando las cabezas de unos pescados que iba a preparar. Parecía furiosa, como desquitándose con los pescados. Sobre un mesón de madera ponía el pescado y les cortaba la cabeza con desmedida fuerza, y esa era la razón del tremendo estruendo que se producía en el armatoste de madera en que estaba trabajando. ¡¡Fáaaa!!. Y otra cabeza de pescado caía a un balde plástico. En un principio pensó acercarse para hacerle un comentario jocoso, pero como la vio tan metida en lo que estaba haciendo y furiosa, que desistió de la idea. La mujer no se encontraba en su periodo menstrual y él sabía que  cuando más se irritaba  era precisamente en el “periodo”, al parecer padecía del síndrome pre-menstrual, ¿como sería  si  ella  se  hubiera encontrado  en ese

                               52
estado?,¿le daría un hachazo en la cabeza?. Mejor no pensarlo, así que sigilosamente volvió a su trabajo.



          *        *      *        *        *        *

         Sin saber como, llegó el fin de mes y lo mejor de eso era que “cantaba Gardel”…o sea, que “pagaban”. Se veía la plata…o por lo menos algo.


- ¡Pero faltan 20 lucas, ese no fue el acuerdo!.
- Te los doy en unos días más, es que andamos falto de fondos y debo pagarles a los proveedores.
- ¡¡Mira, esta es la quinta vez que me vienes con la gracia, primero fueron cinco lucas, luego seis, el tercer mes ocho, el mes pasado fueron diez, ¿y ahora veinte lucas?,¡no, te pasaste!,¡para el leseo!,¡ no se justifica si las ventas han andado bien yo lo puedo decir!!
- Sí, pero he tenido que hacer unos pagos no   presupuestados...!!

                              53
-¡¡Pero qué culpa tengo yo de tus movimientos, yo he cumplido con mi parte y no a medias,  así que me pagái’ lo que acordamos!!
-¡Pero, si ya te dije!..
-¡Mira, no me tení’ contrato, no me pagái’ las imposiciones y trabajo más de las horas presupuestadas y ahora me  “cortái’ la cola” con 20 lucas??,¿te parece bien eso?.
-¡Pero güeón, si ya te dije que no tengo más plata!!.
- ¡Pero yo quiero mi plata!.
-¡Bueno, si te gusta la güeá’, no más!,¡a ver si “te dái’ un chupón por ahí”!.
         “Hueso” no se esperaba ese desquite. Lo consumía la impotencia, pero en sus condiciones, abandonado allá en el norte sin amigos y sin dinero, no podía hacer nada. Así que optó por tomar el dinero, con un amago de sonrisa forzada en el rostro, como haciéndose el tonto, y salió raudo de la oficina.
         Después de tomarse una “chela”(cerveza) en un local cerca de donde arrendaba, se fue a dormir. Ya no quería saber nada de nada.



Hasta aqui la muestra de un 50% de la novela: "HUESO BUSCA SU DESTINO: ¿SE PROSTITUIRÁ O BUSCARÁ UN TRABAJO DECENTE?

Novela completa a su disposición, publicada por ediciones Cuchu.

Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario