Muestra de un 50% de la novela :"HUESO BUSCA SU DESTINO,¿SE PROSTITUIRÁ O BUSCARÁ UN TRABAJO DECENTE?.
cuerpo de la novela:
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Hasta aqui la muestra de un 50% de la novela: "HUESO BUSCA SU DESTINO: ¿SE PROSTITUIRÁ O BUSCARÁ UN TRABAJO DECENTE?
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cuerpo de la novela:
“HUESO” BUSCA
SU
DESTINO:
¿SE
PROSTITUIRÁ O
BUSCARÁ
UN
TRABAJO
DECENTE?
por GEKO
1
Ediciones Cuchu en
su formato Pocket
Cuadernos
literarios presenta:
“HUESO
BUSCA SU DESTINO:
¿Se prostituirá o buscará un trabajo decente?”
por Geko.
© 2008 copyright de Geko
Derechos reservados.
inscripción N´ 170.484
© 2012 -2020 EDICIONES CUCHU
Derechos Reservados.
contacto: editor.cuchu@gmail.com
WEB: www.edicionescuchu.blogspot.com
representante legal: Sr. Germán Cuello F.
Edición 2014.
Los relatos o hechos presentados en estos escritos
son producto de la imaginación de sus escritores
respectivos, por lo que nada tiene que ver con la
realidad vigente. Cualquier coincidencia es mera casualidad.
DERECHOS RESERVADOS
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.
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EL DIA EN QUE AL
“HUESO” LE LLEGÓ
LA “PENCA”.(*)
La
Serena, año 2008.
El día es esplendido. Temperatura ideal, con
una tenue brisa que lo refresca a uno.
El Sol está en lo alto y calienta todo lo que alcanza.
El
hombre descansa, plácidamente, con un
sombrero en la cabeza que le tapa los
ojos, echado sobre
una silla de playa. Una amplia sombrilla lo cubre de los
fuertes rayos del Sol.
(*= increpar, reprender./ chilenismo.)
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A un costado, hay una pequeña mesita; sobre su cubierta de vidrio descansa una bandeja con un gran vaso, con jugo de naranja recién exprimido y con algo de hielo para
provocar esa sensación refrescante en las pilas gustativas y hacer frente a
este sofocante calor.
¡Aaah…..esto es fantástico!¡ es
el Edén!
A
sus pies corre un pequeño río, en cuyas aguas destellan encantadoras luces y sus brillos
reflejados por un esplendoroso Sol.
El
tipo levanta sus brazos y deja escapar un sonoro “ Aaahh…”.
Sacándose algo de modorra, estira las
manos y como reacción mecánica, el resto del cuerpo también lo “des-modorra”,
al igual que lo hacen los gatos cuando se
desperezan. Luego coloca sus
manos detrás de su nuca. Mueve su cuerpo
para acomodarse. Se acomoda una vez más,
hundiéndose en la blandura de los
cojines de la silla de playa.
¡Ooooh….esto es vida!!.
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El hombre, muy cómodo, muy a gusto,
descansa y se apresta a dormir la siesta. Repentinamente y sin saber
cómo, se oye una explosión muy fuerte que estremece el lugar. Su sombrero ha
saltado lejos. El tipo abre rápidamente sus pequeños ojos, espasmódicamente,
perplejo, tensando todo el cuerpo. De nuevo otra explosión retumba el lugar y
seguido, llega la onda expansiva de la explosión como un sacudón. Distinta a la
fuerza de la explosión que lo empuja, empieza a correr una ventisca que se hace
cada vez más fuerte, como un especie de potente chorro de viento disparado
quizás de donde. La parte delantera de
la silla de playa se levanta dejando los pies del hombre en el aire. El viento
toma más fuerza. El tipo sale expulsado
con la silla, mesita y todo. Seguidamente alcanza a aferrarse a unas ramas de
un árbol que estaba cerca. El viento lo estira,
fuertemente, y parece que de un
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momento a otro
se lo llevará volando junto con las
otras cosas que ya se encuentran a muchos metros de altura y distancia. La
velocidad aumenta de 100 a casi 250 kilómetros por hora. Los brazos le empiezan
a doler a causa del esfuerzo que tiene que hacer para seguir aferrado. Este es tan fuerte que parece
que le arranca el pelo y en medio
de esto, hace una mueca como nunca a
hecho antes, apretando los ojos
y tensando la boca, tan tensa que deja
ver los dientes, mostrando su evidente esfuerzo. Como si fuera poco, se escucha otra explosión casi sofocada por
este chorro de viento. Un ruido
aplastante y penetrante lo invade todo y
los decibeles altísimos se
“convierten” en sólidas y afiladas
lanzas, puntiagudas , que horadan
su cabeza sin misericordia ;
estas lanzas entran carne adentro
provocándole un intenso dolor.
-¡¡¡Aaaahh…..!!!
Hasta
que en un momento se alcanza ver el
tejido expuesto del encéfalo, como una fractura abierta. La carne roja se empieza a
colorear de un rojo más oscuro,
producto de la sangre que empieza a fluir .
-¡¡¡
Aaaaahhh!!!,¡¡mi cabezaaa…!!
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En
medio de la sangre, el dolor
y el intenso ruido, “Hueso” sentía que desfallecía, que perdía la consciencia,
pero en eso, escuchó una voz fuerte que lo descolocó aún más:
-¡¡¡¡Levántate
flojo ‘e
mierda que todavía estái’ acostáo’
ahí!!!.
Con
la cara toda estropajeada, con la boca
semi –abierta, miraba casi
absorto, casi sin despertar todavía y con los ojos algo desorbitados, miraba sin saber qué
miraba.
-
¡¡¡Que me mirái’ con esa cara de zombi!!,¡¡levántate mejor y anda a trabajar flojo ‘e
mierda!!¡¡borracho culiáo’!!,¡¡tení’ la “media caña”!!,¡¡hasta cuando!!,¡¡¡te la pasái’ puro tomando!!!
La
verdad de las cosas es que “Hueso” nunca esperó que aquello le iba a ocurrir, realmente lo
sospechaba, pero en su fuero interno tenía la esperanza de que no ocurriera,
pero… ocurrió. Y ahí estaba,
apartando las sabanas para levantarse,
diluyendo ese agradable calorcito que lo mantuvo cómodo y plácido durante toda la noche. Así su sueño
era un dulce sueño... que se convirtió
en pesadilla… y más pesadilla sería,
si no apuraba el paso,
haciendo -con sus gestos-
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que su madre tenía razón, así ella
vería que
a
él esto le importaba y no era que “no estaba ni ahí”.
Su mamá no le dijo nada más; salió de la habitación y se produjo
un abombachamiento que hizo vibrar la ventana, producto del tremendo portazo
donde se aprisionó el aire viciado a encierro que no hallaba por donde salir. Ningún sistema de
ventilación había, cosa “normal” en todo caso. A causa de eso, la puerta quedó
mal cerrada, entonces impetuosamente la señora agarró nuevamente la manija y la cerró con más fuerza y ahora sí que
quedó bien cerrada, en medio de un fuerte ruido.
Después de eso “Hueso” no tenía
ni la más pisca de sueño.
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¿Y
QUE PASÓ DESPUÉS DE LA “PENCA”?.
“Hueso” trató de encontrarle una explicación a la
actitud de su madre, del por qué había
sido tan dura con él ese día, pero en
realidad no trataba de ir al fondo, porque en el fondo, sabía que ella
tenía razón… tendría que salir a
trabajar, ¿se terminarían aquellos tiempos donde se
pasaba horas enteras echado en una silla
de playa durmiendo y
descansando; yendo al
refrigerador o a la cocina si le daba hambre, sin mayor preocupación que la de acomodarse en la cama para
dormir?,¿atrás quedarían aquellos días en que “Hueso” era el regalón y le consentían en todo y
agarraba a “chuchás” limpias a todo el
mundo como muestra de cariño?,¿se hacía “justicia divina” y ahora le tocaba a él recibir esas muestras de
cariño y ser él, el “conchesumadriado”?. Quién sabe. El caso es que “Hueso” ese
día fue “penqueado” de lo lindo y no le quedó más remedio que empezar a moverse.
De
puro ofendido se puso las pilas
inmediatamente; herido en su interior se puso a buscar pega. ¡Tan acostumbrado
que estaba,
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calentito en su cama, comiendo cositas
ricas, todo limpio a su alrededor, oloroso y fragante!,¡y bien servido!,¡ahora
veía que se venía todo abajo, que se le venía encima la cruel
realidad!,¡tendría que enfrentar patrones abusadores, deshonestos, avaros y
desalmados!,¡también con eso, malos tratos, explotación y poca paga!,¡competir
con sus compañeros de trabajo en ambiente de guerra en donde sobreviviría el
más rastrero!,¡ todo un trabajo indigno!,¡partirse la espalda!¡¿y para qué?!,
¡para poder comer miserablemente!, “¡oh, que desdicha, que desdicha la mía!”.
Se decía. ¿Pero, por qué “Hueso” tenía tanto miedo a la realidad?,¿demasiadas malas
experiencias o simplemente flojera?. Sería más lo segundo, pues su experiencia
no era mucha, pero de todas formas…como cualquier habitante del mundo, no
desconocía la realidad en que estaba viviendo.
En
esas jornadas de buscar trabajo se encontró con que…¡no
había trabajo!..¡ o por lo menos no uno adecuado!. Pasados estaban esos años
cuando había trabajado en una imprenta o cuando había laborado en un taller
de artesanías “Pankúl”,
junto con sus
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amigos :
Lalo , Melo y uno que no veía
hacía tiempo : Pedro. Ahora tendría que
buscar pega en otro lado y quizás a donde lo llevarían sus pasos. Días más tarde llegó a
su casa Emiliano Cantana, un conocido amigo suyo, que sabía que andaba buscando trabajo.
-¡Oye “Hueso”, que tal si vái’ a trabajar en mi
negocio que tengo allá en Calama?
-¿Y
que tení’ allá en Calama?.
-Tengo
un negocio de comida rápida en el terminal de buses.
-¡Sale!,¿adónde
vái’ a tener vó’
un negocio de comida rápida?,¿de dónde sacaste la plata?.
-Bueno
…no es exactamente mío ,es de mi papá,
pero yo se lo administro, pero, bueno, ¿que decí’?, ¿vái’ o no
vái’?.Yo te consigo una pieza barata para que podái’ vivir y listo, casi
al lado de la pega ; tu solo tení’ que ponerle
el hombro y nada más y lo demás es ganar
plata.
A
“Hueso” no le pareció mala la idea. A
parte de que ya se hallaba un poco hastiado de estar en la casa por el
ambiente que ahí reinaba hacia su
persona.
Y
así fue.
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Cantana se fue primero, pues ya tenía pasaje para el día siguiente,
luego se iría “Hueso” a los dos días después a tomar posesión de su nuevo
trabajo allá en Calama.
Horas después, durante su viaje hacia el
norte, le llamó la atención un lugar situado entre Caldera y Chañaral, en que el sitio parecía un paisaje lunar, con la excepción del cerro que
se veía al fondo. Parecía a esos
escenarios de las películas antiguas y a lado contrario se veía el Mar.
Mientras avanzaba el bus se observaba la posada “obispito” y antes de entrar,
había un estacionamiento con juegos para niños bastante a mal traer y lo que le
llamó la atención era un cohete bien “apolillado”, pero que hacía juego con el paisaje que había visto más
atrás. Miraba el paisaje y oía el ruido
del motor del bus. “Ese ‘bzzz’ que se mete dentro de la cabeza y ese aire
dentro de este bus; olor a cualquier cosa”. Iba a mitad de camino y le faltaba
todavía atravesar el desierto que quedaba después de Chañaral. Largo camino. No
había traído algún libro porque no podía leer ya que con el movimiento del bus
se le movía el libro entre las manos y así se mareaba más que ir mirando el camino fijo todo el viaje..
Tampoco se le ocurrió traer un “Condorito”, porque lo encontraba muy fome( sin
gracia), a
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pesar que este se vendía muy bien en el
extranjero, prefería el antiguo, el dibujado por
el desaparecido Pepo, el genial autor
original, de los años 60 y 70, pero de eso, años habían pasado. Al no tener
otra alternativa, ¿qué hacer?, y no había otra cosa en este pequeño mercado,
salvo unos experimentos “underground”, que eran más fomes aún y que no eran
como las historietas que leía en el desaparecido, hace mucho: “Mampato” o los
pocos ejemplares que se había conseguido del más antiguo aún, el legendario
“Dr. Mortis”, con bonitos colores de prensas antiguas y no estos nuevos que
abusaban del “photoshop” y las historias más “engrupidas” que costaba leerlas y
se necesitaban de una quinta y sexta leída para asimilarlas. Pensando en estas
cosas vio al otro costado donde se veía el mar. Aburrido como estaba, dejaba
que su vista deambulara de un lugar a otro. En eso, vio algo que le llamó la
atención en el mar, muy cerca de la carretera, donde el agua chocaba con las
rocas. Era como un bote, pero…no. No era un bote. Parecía un submarino. –Pero,
el submarino pa’ raro- pensó. Y veía unos tipos sobre el submarino. Era como si
hubiera emergido y ellos salido a tomar
aire.
- Huy, la güeá pa’ rara.
Una señora que dormía con la boca
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abierta
justo en la ventana que daba al
mar donde se veía el suceso, le impedía algo la visión. Como a él no le tocó
nadie a su lado, se puso de pie apoyándose sobre el asiento contiguo para ver mejor. Y ahí lo
vio. Era un submarino redondo y los tipos llevaban cascos y eran pequeños,
parecían niños. Era algo inusual, pero al parecer nadie se dio cuenta. El bus
iba rápido. Ante la expectación de lo que estaba viendo trató de llamar al
chofer para que parara.
- ¡¡Hey, chofer…!!
Pero como iba muy atrás,
cerca del “W.C.”, desistió, pues dudaba.
No podía creerlo. Además, los tipos rápidamente se metieron dentro del aparato,
y ya empezaba a elevarse, como si arrancaran
de las miradas de los del bus. Sin contenerse
más gritó a la gente.
- ¡¡Miren!!!.
Algunos alcanzaron a mirar,
pero al parecer vieron muy poco o nada, que siguieron en lo suyo. A algunos no
les pareció muy gracioso el “chiste” y lo miraron feo. ¿Qué era lo que había
visto?,¿un “ovni” en el mar?,¿sabría alguna vez que fue eso que vio?. Tomando
asiento mientras el bus seguía por
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una gran curva y ya no se veía nada…nada de
lo que pudo haber visto. “Hueso” se sentó pensativo.
-¿Sería un experimento de los gringos?,¿de la armada?. Pero si esos eran

viejos chicos, no eran hombres!,¡chi’ la
güeá’ pa’ rara!.
Y ahí se quedó pensativo en
su asiento tratando de recordar lo que vio. Si, se recordaba perfectamente. Era
un plato volador “marino” y esos eran
“marcianos”, si, estaba seguro, pero…no podría contarlo, lo creerían loco,
además, al parecer fue el único que los vio, o si los otros vieron algo, se han
quedado callados por miedo a que dijeran
que estaban locos, ¿o miedo a los hombres de negro?,¿a la “agencia”?. Era la
primera vez que había visto algo semejante, pero podía darse cuenta de lo que
pudo haber sido, ya que había mucha información al respecto, en internet o en
cualquier parte. Miraba hacia el mar, hacia el lugar de la ventana del bus
donde vio ese “submarino”. Atardecía. Las nubes se veían coloradas en el
horizonte. Se cubrió con la parka, ya empezaba a hacer frío.
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EL “EXPRESO DE CALAMA”.
El recinto era amplio y los
locales se situaban a lo largo de un espaciado pasillo. La mayoría eran locales
de comida rápida como en el que le tocaría trabajar a “Hueso”. A un local
intermedio se encontraba “El manolita
larga” que era un local que le podría hacer la competencia, pero no, allí se vendía comida con especialidad en
productos del mar y ahí conocería a Amelia, una morenita simpática cincuentona,
entradita en carnes, que era la cocinera. Tanto como echarle el ojo, no
ocurriría, pero entre los dos habría muy buena onda más adelante. El caso es
que “Hueso” estaba allí por fin y se le venían arduas jornadas de trabajo.
Claro, él, desde un principio, no lo veía así, por lo que observaba en esos
primeros días de su estancia en el lugar. Escasas personas acudían al negocio.
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Su experiencia en un local similar en el
centro de la Serena, le sería muy útil aquí, ya que no tendría nada que
aprender, bueno, nunca se termina de aprender, pero lo poco que sabía le
serviría en términos prácticos para hacer su labor. ¿Tendría aquí la misma
experiencia que en la Serena?. La verdad, no esperaba eso ya que allá en la
región de Coquimbo, estuvo un tiempo bien, trabajando en ese local del centro
en la calle Cordovez y fue una experiencia agradable, la cuestión social, el
local lleno de gente, algunos compañeros de trabajo que hacían todo más
agradable con las “tallas” que se tiraban unos a otros. Estaba bien allí, los
jefes le tenían buena, la dueña le tenía
simpatía y no es que fuera muy “chupamedias”, sino que le ponía empeño porque
estaba a gusto, aunque, no se puede negar que algo, aunque sea un porcentaje muy mínimo, algo de
“Espinita” tenía. La verdad, en todos los trabajos, todos tenemos algo de eso,
aunque sea en un gesto de amabilidad para el jefe, siempre sale el “Espinita”,
aunque los farsantes y macanudos digan que no. Es así. Y todo el que se gana la
vida en este mundo sabe que es así. El problema
está cuando las personas se van “al chancho”, se van al extremo, se convierten
en un “chupamedias-
chupamedias”, en un
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“Espinita” cualquiera, como aquel, el del programa de TV. :
“Happening con ja”; en un ser despreciable, pero por lo menos este era gracioso
y solo era un personaje de comedia. Y fue que, con una persona de estas, tuvo
un problema, con un sub-jefe, un famosamente llamado “mando medio” y todo lo
buena que fue su estancia ahí, se fue al tacho de la basura y lo despidieron.
Pero lo más gracioso de todo ese embrollo no alcanzó a hacer ni un bodrio de
pelea, porque esa fue la excusa, no ocurrió que se agarraron dándose unos
buenos puñetazos, un par de “aletazos”, nada, sino que fueron unas
“choriadas”,amago de amenazas, y un par de empujones y eso; en el fondo ocurrió
que “Hueso” intervino por su compañero de labor -porque eso fue lo que
hizo- cuando aquel estaba teniendo un
altercado con el encargado del personal,
y lo hizo porque “le tenía mala” al capataz y no se pudo aguantar. Más que
aprovechar la ocasión, se le pegó la idiotez del momento, que se estaba
generando cuando estos dos estaban discutiendo fuerte y él entró más fuerte y
pagó los platos rotos precisamente por eso. Al marido de la dueña no le gustó
eso, así que lo despidió, aunque este no era el dueño del local ni nada de eso,
era solo el esposo de esta, de todas maneras, el peso de
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este era más que el de “Hueso”. El caso es
que, actualmente, al colega que supuestamente defendió de su capataz, todavía
sigue trabajando allí, y el capataz también. Por lo menos la dueña le hizo
saber que ella no era partidaria de despedirlo y le agradeció haber trabajado
para ella y con eso “Hueso” se fue con un sabor no tan desagradable de haber
trabajado allí. Y ahí se dio cuenta que para algunos personajes, siniestros
personajes, es más imperdonable un desborde de idiotez o ira, que una acción
injusta, y no importa que algo injusto provoque ese desborde, lo imperdonable
es la reacción, no les interesa las causas, lo que no quieren es el problema.
Castigan la reacción, no la causa. Son tan caraduras. Sabiendo que para
solucionar el problema deben revisarse las causas, de lo contrario el problema
nunca se resolverá. A lo mejor, eso es lo que quieren. Son tan malditos.
- Bueno, ¿y por qué le
pusiste “El Expreso de Calama” a tu
local?.
- Porque aquí debe hacerse todo rapidito,
expedito, como el santito.
- Te salió versito, sin esfuercito. Pero parece
que te va a entrar poquito, con esta gente, va a haber
poco billetito.
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- ¡Chí’, espérate no más - le dijo su amigo
Cantana a “Hueso”- espérate no más
cuando llegue el día del “paguito”, se te va hacer así el potito.
Y le hacía el gesto con una
mano juntando los dedos, como indicando que su ano estaría en estado de
constricción.
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¡¡CAMBIA EL ACEITE!!
El
aire era pesado. ”Hueso” maniobraba cambiando de posición, en las latas
calientes, los trozos de carne molida, para que no se quemaran.
-¡¡
Que pasa con los completos para la mesa cinco,
maestro!!
-¡¡Ya
vá, ya vá!!
-¡¡ya
po’ maestro que la gente está
esperando!!
-¡¡ya
vá, ya vá!!
Realmente era un atolladero; toda la gente
estaba de pago y como nunca y por decir, como ocurría en ciertas ocasiones,
toda la gente se daba cita en el terminal
o sencillamente venía llegando a la ciudad.
-¡Por
la chucha, a todo el mundo le dio por
venir a comer aquí!!
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Pensaba
para sí “Hueso”, mientras con sus manos cortaba un pan de “completo” por la
mitad, para dejarlo calentando en las latas.
-
¡¡Ya po’ maestro, hasta cuando, la
gente está gritando ahí!!
Es la voz del garzón que lo ha sacado de sus
pensamientos.
-¡Yá,
no le pongái’ tanto y llévate esto a la mesa tres mientras tanto!.
Luego
de hablarle fuerte al garzón, piensa:
-¡Puta,
este conchesumadre que güevéa; parece
que “no le tocó”!.
El
ruido de las gentes, el chocar de los cubiertos con los platos de loza,
diversas voces hablando de muchas cosas, una que otra risotada y algo de música
de fondo, por los parlantes, donde la administración del recinto la colocaba a
su gusto, música alegre, eso si; todo
eso, conformaba el ambiente del lugar en esos momentos y “Hueso” se afanaba en lo
suyo; eran los primeros días, así que
debía dejar una buena impresión a su
amigo. En un sitio había una
bandeja donde estaba friendo unas papas,
en otro sitio de la estrecha cocina, las
latas cocinando otros cinco bollos de carne para hacer hamburguesas, en otro
lugar una cocina con la tetera hirviendo agua, en otra parte tenía tomates a medio pelar,
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lechugas y paltas que debía hacer lo mismo
y hacerlas pasta . Más allá un pollo ya
estaba pidiendo atención, ya que estaba lo suficientemente tostadito en el
horno. Los dedos de sus manos accedieron
a abrir la portezuela de vidrio del
horno y con cuidado sacó el pollo que se
veía delicioso.

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-¡¡Que
pasa con el cuarto de pollo para la mesa
uno, maestro!!
-¡¡Aquí
, ya está!!.
Con
un “hachazo” parte el pollo en dos y rápidamente recoge la malla donde tenia friendo las papas, les
saca el aceite y luego, al depositarlas
en un plato, junto con el pollo, le echa algo de salsa y cuando estaba por
echarle la mostaza el garzón lo apuró.
-¡¡Ya
pué’, que pasa con ese pollo maestro de pacotilla!!
-¡¡ya
tranquilo, mierda, que ya vá, ya vá!!.
Con
cierta fuerza le puso el plato, que
resonó en el mesón, pero lo hizo sin querer
y el garzón no pareció hacerle caso y tomando el plato partió raudo a
dejarlo a la mesa. Quintana, que estaba cerca,
no le pareció muy bien eso y más que eso, le dio la idiotez y al ir inspeccionar, en vez de ayudar, le dijo
a “Hueso”:
-¿Cambiaste
el aceite?
-
Eeeh, no, parece que no….
-¿Cómo
que no??¿pero cómo no se te va a ocurrir??,¡¡¡cambia el aceite, mierda, cambia
el aceite!,¡¿ no veí’ que andan los de “sanidad”?, ¿¿qué querí’ que nos multen
y te lo descuente de tu sueldo??.
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-¡Eeh,
no, no, no po’!!
-¡Cámbiala entonces!
-¡Bueno,
yá,yá!
Obedeciendo
al momento “Hueso” pensaba para sí:
-¡¡Puta,
el conchesumadre pa’idiota; no le conocía esa cara!!
Y
así continuó la jornada, ardua y trabajosa, donde el entre chocar de los
cubiertos con los platos de losa, las voces de las gentes que conversaban
alegremente de diversos temas, con una que otra risotada, en un ambiente de
jolgorio, que inundaba todo el recinto. Después cayó la tarde y así disminuyó
el trabajo y terminó el día.
“Hueso” había transpirado todo lo que no
había transpirado en su vida.
…. ….. ……
……
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AMELIA, LA GORDITA.
-
Asi que vení’ de la Serena?,¿sói’ nacido allá?.
-No, pero
la mayoría de mi familia está viviendo allá. Yo soy de Vallenar….pero
estoy en la Serena.
-La ciudad de las papayas…es muy bonito
Serena, me acuerdo que fui, hace muchos años.
-Si, pero está malo.
-Ah, por eso estái’ acá.
-Así es….aquí está la plata…dicen…
Diciendo
aquello “Hueso” se llevaba un vaso de
cerveza a la boca.
- Pero la plata está en las
“mineras” pues, m’hijo.
- Bueno…algo tendremos que hacer…
La mujer, con algo de picardía en
sus ojos, miraba a “Hueso” mientras que con sus manos aproximaba su vaso con
cerveza, y él no
se daba cuenta ya que, con su respectivo vaso en su mano tenía la vista perdida hacia
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el final del local o hacia ninguna parte,
como si estuviera concentrado en otra cosa, meditando en presencia de su
acompañante, siendo así descortés, cosa que no parecía incomodarle a ella, como
haciéndose el capo, como si no le importara nada en ese momento, a lo puro
estilo Humprey Bogart y ella le dijo:
-
Pero si querí’ yo te puedo ayudar.
-¿Usté’?,¡Pero
si usté’ está igual que yo!¿acaso
tiene alguna movida o qué Amelia?.
-¡Pero
claro, pos’ “Hueso”!¡el hecho de que esté trabajando de cocinera en el local de
al lado, como tu, en el vecino, no significa que no tenga movidas!.
-Pero
qué…¿acaso conoce algún gerente de
alguna minera o algo por el estilo?.
-Mi marido tiene un puesto importante en
una empresa y por medio de él puedo hacer alguna tentativa.
- Pero usté’ misma me dijo que estaba
separada y como su marido le va andar haciendo movidas para sus conocidos!.
-Bueno, movidas no, pero si hay algo
seguro, tu lo podrías saber de primera mano.
- ¿Y no implica que ustedes estén
separados?.
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- No, si
nosotros quedamos como amigos, así que no hay dramas, yo trabajo como
puedo, me gano mi billetito,
pero él me ayuda igual con los niños, los ve y todo, pero estamos
separados.
-Bueno, en ese caso…si es así, le dejo el
encargo, Amelia …pero después le voy a
cobrar la palabra, eso sí!.
-¡No te preocupes “Hueso”,por algo te lo
ofrezco…pero trátame de “tu”!, ¿no vez de me haces sentir más vieja?.
Y
esa era la simpática Amelia. No era la “Mis Chile”, pero tenía su encanto,
entre su gordura y su sociabilidad. Era mamá de dos hijos, separada y “Hueso”
la conoció cuando esta se dirigió al local para solicitarle un enchufe
eléctrico, a lo que él accedió sin
mayor problema. Pero, ¿acaso Amelia hizo esto solo para conocer a “Hueso” y
hacerse amigos o realmente necesitaba
aquel artilugio eléctrico?. Nunca lo sabremos, porque eso estaba oculto
dentro de su mente y, como cualquier mujer de pensamiento antiguo, nunca lo
confesaría. Pero….“dos más dos es cuatro”,¿ no?.
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“PACHORRA”
En
su estrecha y maloliente pieza “Hueso” abría los ojos y no se sentía muy bien.
No era que estaba con la resaca sino que se sentía enfermo, como si estuviera
por venirle una gripe tremenda. Se sentía decaído, pero decidió que igual iría
a trabajar.
Había
escaso movimiento y en el local no habían clientes. ”Hueso” estaba echado en
un rincón de
la cocina con
una cara de
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decaído que no se la podía. Cantana, al ir
a la cocina, lo vio y le dijo:
- ¡Bueno, con esa actitud cuando vamos a
crecer como país!¡pero si estái’ echado ahí sin hacer nada!¡hace aseo en la
cocina por lo menos ,no?.
Con los brazos cruzados como
si tuviera frío “Hueso”, molesto, le
contestó:
-¡Anda a bañarte, güeón!¡chí,’ que no veí’
que estoy enfermo?¡agradece que vine a trabajar!
-¡Pero “Hueso”, no seái’ flojo!¿no te da
vergüenza?¡tení’ que tener fuerza!¡deseos de surgir!¡atacar la adversidad, con
fuerza!.
-¡Sáale güeón, por qué no contratái’ más
gente mejor!,¡deberíai’ tener una persona para que haga aseo!¡yo no puedo hacer
todo!.
-¡Excusas!,¡excusas!,¡debes dejar de lado
la flojera y actuar con fuerza, con energía,
con PACHORRA!.
-¡Como?¡pónete de acuerdo!¡primero me decí’
que actúe con fuerza, después me decí’ que
esté flemático!.
-¡Con PACHORRA, te digo!¡con PACHORRA!!.
-¡Por
eso, mierda, por eso!
-¡¿Cómo que por eso?!¿que no sabí’ que
significa “pachorra”?.
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-¡Pero claro!¡ TÚ sói’el que no sabí’ que
significa “pachorra”!.
-¡Pero claro que sé lo que significa
“pachorra”!¡”Pachorra” significa:
ímpetu, fuerza, arrojo
,valentía!.
-¡Jaaaa,ja,ja,jaaa!¡sale pa’ llá’ académico!.
Se
reía burlonamente “Hueso” de su
amigo Cantana al ver que se las daba y se las creía que se
las sabía todas.
-¡Chí, pero de que te reí’?.
-¡De
vó’, pu’!¡”pachorra” no significa eso, sino todo lo contrario!.
-¡¿Como todo lo contrario?!.
-¡Todo lo contrario, pu’, revisa tu
diccionario mejor!.
-¿Pero como?,¿ los de la tele, los del área deportiva están equivocados?.
-¡Lo están!.
-¡Saale pa’ llá’!.
-¿Querí’ apostar?.
-¡Saale…!
-¡Me dái’ dos días de permiso con goce de
sueldo si yo estoy acertado!.
-¿Y si no?.
-¡Tu dirás!.
-¡Te descuento dos días y los trabajas
igual y
más!.
31
-¡Hecho!.
Así fue como “Hueso” tuvo dos días de descanso,
pese a los reclamos de su empleador, pero de igual forma se apersonó en la pega
para comer algo, y hacer algo de trabajo que, de otra forma, se aburría en su
pieza.
Según el diccionario de la RAE (Real Academia Española) dice así:
PACHORRA:
Flema, tardanza, indolencia.
32
CONQUISTANDO
A AMELIA
Decididamente
esa era una estrategia de “Hueso” para conquistar. Como veía que, de alguna
forma, su energía áurica, pesada, tenía dominada su presa, lo que él hacía era,
tomar una actitud de cierta
indiferencia, lo que producía un efecto devastador a nivel inconsciente y la
presa quedaba a su merced, como en el
caso de un acto de sesión de tortura; la victima veía a su verdugo cerca,
sin saber cuando iba a actuar. Que malo era “Hueso”.
33
La
jornada había sido normal. Amelia
lo había invitado a tomarse un trago a
un bar que había por ahí cerca.
Y ahí estaban los
dos…esperando que la luna llena hiciera su efecto….
Ya
llevaban algo de trago avanzado lo
que había soltado la lengua de
ambos. Pero…¿quién hablaría más?..¿la mujer?,¿”Hueso”?...eso no
importaba. Lo que importaba era que estaban ahí y pasaban un buen momento.
- Ese es un conchesumadre explotador de
mierda…¡tiene demás para contratar a otra persona y al garzón le paga el día sin boleta ni
nada!,¡hubiérai’ visto “cuando pateó la
perra”, cuando le gané la apuesta y más encima me cagó con un día!,¡si este
gueón es un “maricón sonriente”!.
- Ah…no pesquí’, “Hueso”. A mi, mi jefe me debe las cotizaciones
de cinco meses y ma’ es lo que cuesta para que se ponga al día.
-¡Pero no
vái’ a decir que eso está bien!
- No, pero que le vái’ a hacer…
-Pero es que da rabia…
- Si “Hueso”, pero hablemos de otra cosa,
para qué nos vamos a estar amargando el
pepino con eso….
34
“Hueso”
no dijo nada y se apuró el vaso de licor
a la boca, luego, al estar muy próxima Amelia , le puso el brazo sobre los
hombros y sonriendo le besó los labios y esta lo aceptó.
Las
escaleras no eran un obstáculo para
ellos, porque ya estaban bien
borrachos y prácticamente habían cruzado
la calle abrazados de manera que se apoyaban el uno al otro, lo que hacía
notar, a la vista de los demás, que no estaban
demasiado ebrios. Una patada terminó de abrir la puerta de la pequeña
y barata pieza que se
trancaba ya que necesitaba de un apretón
de los tornillos de las bisagras. ”Hueso” terminó de cerrarla discretamente
como pudo y ahí se terminó el mundo exterior….por lo menos, por esa noche.
El
olor a encierro no importó, ni tampoco la suciedad y el descuido con que
“Hueso” mantenía su pieza. Apuraron en bajar un poco menos de la mitad de la
botella de “pisco sauer” que llevaban.
La mezcla de cerveza y pisco ya estaba haciendo estragos en sus organismos.
Después de bajar el contenido de la botella ambos se entregaron a la pasión.
35
Tiempo después este episodio
“Hueso” lo contaría como un acto de acrobacia sexual, ¿lo creería el mismo?.
Realmente no, pero eso no importaba, lo que importaba era que LOS DEMÁS lo creyeran. A nadie debería interesarle el detalle de que se había quedado dormido y en
ese “ ínter-tanto” se había orinado en la vulva de su compañera.
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LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON.
Sus
movimientos eran suaves y delicados. No
era muy extravagante, pero se dejaba ver por donde pasaba. Y ahora iba directo
al local de comida rápida “El Expreso de
Calama”. ”Hueso” lo vio venir, pero no lo miraba directamente, pues no deseaba
que eso lo interpretara de una forma que no correspondiera y esperó que
preguntara si quería algo. Y en realidad, estaba trabajando, haciendo el aseo,
pero de igual forma debía atender público, ya que estaba solo.
- ¡Oye lolo!,¿no has visto a Cantana?,¿no
está él?.
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Aquella voz masculina muy
estilizada y afeminada era la de “el Lucía” conocido homosexual de la zona, que
se decía trabajaba de cocinero en el centro de
la ciudad.
- Eeeh,
no. No ha llegado, pero si quiere le doy su mensaje o si quiere lo
espera, se supone que debía haber llegado…¡ho, ahí viene!¡ahí lo
tiene!,¡converse usted con él!.
Precisamente
era él. Cantana, que venia apareciendo
por el largo pasillo, feliz de la vida al parecer. Al ver a “Hueso” que lo apuntaba y con “el Lucía” a
su lado mirándolo, pareció incomodarse
un poco. “Hueso” se percató de la situación y de inmediato se avocó a lo que
estaba haciendo.
* *
*
El
día ha sido normal. Gentes por aquí, gentes por allá.
Termina la jornada y “Hueso” se va a su pieza.
Se siente cansado y además no tendrá compañía: Amelia tiene que atender unos
asuntos con sus hijos. Ya es de noche y hace frío. El cielo se ve estrellado.
La puerta de su pieza rechina y suena al cerrarla. Jamás la arreglará porque
piensa que aquello no es de su propiedad. Y si
así fuera…tampoco.
38
Se queda dormido con la boca abierta mirando la ventana y con la radio
encendida y a bajo volumen.
Una
señora deja a un bebé en su cunita. El
bebé se ve bien vestido, con cierta elegancia “bebística”, con su traje, su
“pilucho”, sus mitones y sus colores. La señora, dichosa, se ve feliz. Deja al bebé y se va a hacer unos quehaceres, los
habituales de la casa. Desde la cocina se escuchan el sonido de las ollas y es
ella que está preparando un rico almuerzo y ya se empieza a sentir el olor del
guiso de carne que está preparando. Se escucha la música proveniente de una
radio que está encendida y que le da ambiente alegre a la casa. El bebé percibe
todo eso y se siente feliz. Nada le falta.
Hay
un reloj en la pared y muestra las diez de la mañana. Hay un Sol afuera de la
casa y los pajarillos vuelan por ahí y
cantan.
El
segundero del reloj empieza a andar a más velocidad. ¿Se le habrá soltado
alguna pieza o algo por el estilo de manera que no anda la velocidad que debe
andar?. Debe ser algo así, porque ya el segundero empieza a girar casi sin
control y empieza a marcar la hora
siguiente y luego la otra, y luego la
otra, girando más rápido.
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Seguido, da vueltas sin control como
hélice, que casi no se ve
y las horas
se marcan como segundos.
Increíblemente el bebé empieza a crecer en
forma desmedida y el traje se le empieza a rajar a lo puro estilo de “Hulk, el hombre
increíble”, ya que su volumen aumenta y
solo conserva las ropas más anchas. El rostro se le define y podemos darnos
cuenta de que ese bebé es…¡”Hueso”!,¡ y a los pocos minutos lo vemos convertido
en un hombre de treinta años!.
Termina
de crecer y vemos que conserva un gorrito y
un pañal que sirve como
tapa-rabo. Con las piernas fuera de la cuna, “Hueso” se saca el chupete de la
boca y se da cuenta de que se ha nublado o algo por el estilo, que está
cubierto el cielo.
-¿¿Mamá?...
Su
mamá no está.
Ni
su casa tampoco.
En
realidad no hay nada. Solo su cuna. Se
levanta y se pone de pié. Se da cuenta
de que está en el desierto…y hace frío y está nublado, oscuro, que parece que
va a llover.
A
lo “Tarzán” y con un gorrito de bebé en la cabeza, con los brazos protegiéndose
del frío, otea a los alrededores.
-¡Y qué hago aquí!....
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Se pregunta mientras ve que algo, un animal pequeño que se
aproxima.
-¡Un gato!....¿y que hace un gato en pleno
desierto?.
No
alcanza a terminar la frase cuando se da cuenta de lo que realmente es.
-¡¡Conchetumadre, un puma!!.
El
miedo lo paraliza, pero algo en su cuerpo lo coloca en alerta; es su instinto de conservación. Con el corazón bombeándole a “full” le grita para ahuyentarlo, pero el puma no se asusta. Le “pela los dientes” y le gruñe ;
acercándose, agachado, le alcanza a dar un arañazo en una de las piernas.
-¡¡AAhh!!
En
la desesperación, como no le puede dar patadas, ya que tiene los pies desnudos,
le tira la tierra suelta a la cara. El puma retrocede, pero abriendo el
hocico nuevamente le
gruñe para aturdirlo y se apresta a saltar sobre él. Para mala suerte
“Hueso”, helado de miedo, retrocede y al
hacer eso, se tropieza con unas piedras y cae hacia atrás. El puma se aprovecha
para lanzársele encima, pero este lo rechaza moviendo rápidamente las piernas.
El puma le rasguña las piernas con las garras, “Hueso” estira sus manos hacia
atrás como tratando de pararse y en
eso, entre la
agitación y
41
movimientos alocados, da con unas piedras y con una mano agarra una como puede. Se la lanza
y esta choca con su cráneo, justo
encima de los ojos. El puma retrocede, pero parece que no es suficiente.
”Hueso”, en su frenesí, le lanza con
todo lo que encuentra. Recoge unas piedras más grandes y una de esas, le da de
nuevo en la cara. Al parecer ahora le
causa un daño, ya que el puma retrocede y sale huyendo.
Jadeando
se queda de pie. Algo encorvado se mira las piernas ensangrentadas, entre
tierra y sangre. Descansa un poco
en esa posición, alerta y en seguida empieza a huir de ahí; no vaya a ser que
el puma, al verlo herido, lo ataque de nuevo.
Empezó
a caminar sin rumbo. Era de noche, con una Luna tétrica en el cielo que algo alumbraba. A lo lejos se escuchaban
ladridos de lobos. Pájaros raros. Todo allí era un ambiente de desolación y
oscuridad. En eso empezó a trotar rápido
de ahí. Unos perros lo seguían. Los alejó a piedrazos y siguió
alejándose. Como de la nada vio un vehículo que circulaba por las cercanías.
Era una camioneta de esas “4 x 4”.
Cuando está se acerca, la hace parar.
Momentos
después el vehículo se detiene.
42
-¡¡Eh , amigo,
me lleva, por favor!!
Pudo ver
de cerca al conductor y se dio cuenta de que el tipo no tenía cara de
buenos amigos.
-¿Pa’onde va uste’?.
- Ee…no
sé, salir de aquí…¿me lleva?
- Que nivel de educación tiene usted?
-Eeh….pero que tiene que ver?
No
quiso contradecir al tipo. Lo que quería “Hueso” es que lo sacara de ese
desierto.
- Bueno…este… “cuarto medio”…
-¡Ah, eso no alcanza pa’ na’!¡tiene que tener por lo menos algo en
grado técnico para llevarlo!
- ¡Pero…!
“Hueso”
no alcanzó a decir más y el tipo aceleró su camioneta y esta salió rauda. Él se
quedó ahí tragando polvo que quedaba en
el aire.
Entre
medio del paisaje desolado no le quedó más remedio que seguir caminando para
llegar a su casa.
Caminó
y caminó, sin saber a ciencia cierta a donde iba.
Mirando hacia adelante le pareció ver algo curioso
en este desierto
oscuro y
43
penumbroso. ¿Una persona?. Después de lo
que había vivido nada le parecía raro.
Al
avanzar se encontró a una señora que estaba tomando el té, sola, en el medio
del desierto, sentada junto a su mesa, muy a
gusto, con todo servido.
-¿¿Mamá??.
Se
acercó cautelosamente y se dio cuenta que, efectivamente, era ella y bajando la
guardia y su estado de alerta, le preguntó:
-¡¡Mamá
por qué lo hiciste, por qué!!
-¿Por qué, hice qué m’hijito?
-¡Por qué no me diste armas para combatir,
un cuchillo si quiera, que casi me matan
hace un rato!
- Pero pa’ qué sale pos’ m’hijito…usted
sabe que la calle es peligrosa.
-
¡Pero tú nunca me dijiste nada!,¡me cagaste las defensas!,¡no me dejaste ir al
mundo crecido, sino que me dejaste ir
“agüagüado”! ¡así cuando iba a tener oportunidad!.
- ¡Mire m’hijito, yo le he dado todo cuanto he podido, así que no me venga
con ese cuento, yo no puedo hacer cosas que le corresponden a usted!,¡apréndale
a sus hermanos que lo más bien que se han independizado!
-¡Pero por lo mismo mamá, tu me cagáste el
44
“espíritu independiente” ya que tu me
acostumbraste a tu calor materno y a tus arrumacos y yo ya
después no quería otra cosa!.....¡y no como
a mis hermanos, que les diste algo de leche y a caminar!.
- Pero m’hijito, no le pida a una
madre dejar de ser madre!.
- ¡Pero por qué no lo pudiste hacer igual
que como mis hermanos!.
- ¡Y que querí’!,¿qué te dejara
botado??,¡si érai’ muy debilucho!!¡¡por eso te di más leche, para que fuérai’
más fuerte!!.
- ¡Pero
me hizo mal!,¡ me ido como el ajo en las cuestiones de la vida!.
- ¡Bueno y que querí’!, ¿que te haga yo
todas las güeás?,¿no querí’ otra cosita?,¡pónele ñeque y afronta las güeás, que
nada es gratis en la vida!.
- ¡Pero ….vieja desgraciada, ahora me vení’
a decir esas cosas!,¡ y de golpe y
raja!.
A
esto “Hueso” hizo un amago de darle un golpe de puño en el rostro a su madre.
La
señora se hizo a un lado y el puño de “Hueso” pasó rozando.
-¡Que te pasa cabro conchetumare!
¡desagradecío’ ‘e mierda!.
45
Enseguida
agarró el azucarero con una mano y se lo lanzó. Se produjo un sonido hueco.
Este le golpeó en unos de los pómulos, en plena cara.
-¡¡AAhh!!
Ayudándose
de un rodillazo y con los brazos, la
señora levantó violentamente la mesa y se la lanzó a “Hueso”. El pocillo de la
mantequilla, los cubiertos, la tasa de té y cuanto había sobre la mesa, salió
volando. La mesa le cayó encima con fuerza, noqueándolo. Las demás cosas
cayeron desordenadas por ahí. Y ahí quedó botado con la mesa encima y con las
piernas que se le asomaban en los contornos de la mesa. Al igual que la bruja
mala, en el “Mago de Oz”, que terminó con una casa encima y los pies
que le quedaron afuera, sin
aplastar.
Apretaba
los ojos. El cuerpo le pesaba una enormidad. La cabeza le dolía y empezaba a
ver el techo de su habitación. La luz de un nuevo día se había filtrado por la
ventana. Luego ”Hueso” se dijo a sí mismo:
-
¡Las cagás de sueños que tengo…!
De a poco se empezó a estirar para luego
levantarse.
46
CUANDO
SE ACABA LO BUENO.
-¿Qué te pasó hoy día “Hueso”?
-Es que estoy cansado, ayer me tocó mucha pega y tu sabí’ como
es esta cuestión.
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Se echó bien atrás en
la cama; colocó sus manos atrás de la cabeza y se acomodó en las almohadas. En
esa posición reflexionó.
- Tengo ganas de irme a la cresta.
-¡Pero cómo!,¡pero si estái’ bien aquí!, ¿y si te vái’ y te sale el
trabajo en la compañía?.
-¡Chí’, pero cuando!?,¡voy a jubilar aquí y no va a pasar nada!.
- Tení’ que tener paciencia, es la única forma, tu sabí’ como es la cosa!
-¡No….ya estoy aburrido, ya
han pasado cinco meses!.
Amelia, haciéndose la
desentendida, se levantó de la cama y buscó sus ropas.
-¡Bueno, “Hueso”, después conversamos esto….
El sonido de la puerta
al cerrarse y luego los tacones cortos
al bajar la escalera daban cuenta que la mujer se iba y “Hueso” se quedaba ahí,
en la cama. Extrañamente esos sonidos de la mujer le hacían pensar…y la soledad
en que quedaba en la habitación. Sentía la rara sensación de ser un estropajo,
que había sido usado, como un instrumento, como algo sin valor. Rara sensación
sin duda, pero, tal vez, muy común. Pero “Hueso”,
ahí, solo en
esa
48
habitación, no podía sacarse ese sentimiento. ¿Sería diferente
si en la mesita de noche o “velador” la
mujer hubiera dejado 30 mil pesos?.
* * * * *
Era temprano y “Hueso”
levantaba la cortina metálica del local. Al final del pasillo se veía la figura
de Cantana que venía. Al verlo, “Hueso” sonrió. Se veía cansado, algo ojeroso y
quizás eso tenía algo que ver con lo de la noche anterior: la cita social con “el Lucía”. Para “Hueso” eso era evidente y no
pudo resistirse:
- ¡Jaa,ja,ja,jaaa….a vó’ que te pilló el
“chupacabras”!,¡haa,jaa,jaa!...
Cantana se sintió
bastante incomodo y se le notó en la cara. A esa hora había muy poca gente.
Solo las personas que trabajaban en los locales de aquel recinto, y tal vez con
mayor razón se sintió incomodo, ya que de esa manera “Hueso” ventilaba cosas
personales ante los vecinos de su jefe. Al acercarse lo vio detalladamente y
pudo apreciar unos tonos rojos en su cuello y cara.
- ¡¡Mira si te dejó bien
chupado, tení’
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“chupones” hasta en los ojos… y para que te pregunto si tení’ hasta
en el poto, jaa,jaa,jaaa!!!.
Cantana estaba rojo de
ira, parecía que lo iba a increpar o algo así, darle un puñetazo tal vez, pero no hizo nada y se
hizo el tonto; era evidente que “Hueso”
se estaba vengando de las humillaciones, que en pos del trabajo, este le
había hecho pasar. ”Hueso” lo hacía como, quizás, un acto “suicida”, que le
podía costar el trabajo. Y continuó riéndose mientras este no lo quiso mirar y
pasó al interior del local donde tenía una pequeña oficina-bodega.
Aquello, ese día, se
olvidó y no hubo más agresiones mutuas, ya había gente en el local, así que ya
no se podían decir “pesadeces”; la actividad empezó temprano y todo se volvió trabajo y actividad.
* *
* * *
*
Una hoja de un árbol
se soltó de su rama y lentamente, llevada
por el viento, fue a dar al piso
de la calle, en pleno asfalto. Caía la noche. Caía la tarde.
50
Volvía un nuevo día
con su afán, un día que parecía rutinario, de esos días en que la persona desea cambiar de aire, por que se
le hace pesado, tal vez desesperante, de esos días que se detienen, que no
terminan, y el reloj de la pared quieto, sin avanzar, ahí, inmóvil. Es un día
en que “Hueso” siente visos de arrepentimiento en su decisión que ha tomado, en
que desea volver a su casa…pero no puede: lo trataron de “vago”, así que no
puede volver sin tener algo de dinero que justifique su estadía en el norte;
algo de dinero con el que se pueda comprar algo y que digan: “¡este sí estuvo
trabajando, mira lo que se compró!”.
Reflexionando en eso
fue cuando escuchó un raro y fuerte golpe, como si estuvieran sacudiendo algo,
con violencia. Luego se produjo una pausa y, en vista que no se volvía a
escuchar, siguió en lo suyo, que era reflexionar sobre su situación. Duró poco
y de nuevo se escuchó el mismo fuerte ruido. Provenía desde cerca. Ahora si que no se aguantó y miró,
asomó la cabeza del ventanal abierto del local y se dio cuenta de que el ruido
provenía del local de al lado, “El manolita larga”. Como
no podía ver
51
directamente para adentro, salió de su local y se asomó al ventanal
del recinto de al lado y vio que no habían clientes, al parecer no había nadie.
No estaba ni la cajera que atendía público; alguien debería haber en la cocina
y de repente escuchó ese fuerte ruido: ¡¡Fáaaa!!. Movió un poco más la cabeza
para ver el interior de la cocina y se dio cuenta que era Amelia, que con un
machete estaba cortando las cabezas de unos pescados que iba a preparar.
Parecía furiosa, como desquitándose con los pescados. Sobre un mesón de madera
ponía el pescado y les cortaba la cabeza con desmedida fuerza, y esa era la
razón del tremendo estruendo que se producía en el armatoste de madera en que
estaba trabajando. ¡¡Fáaaa!!. Y otra cabeza de pescado caía a un balde
plástico. En un principio pensó acercarse para hacerle un comentario jocoso,
pero como la vio tan metida en lo que estaba haciendo y furiosa, que desistió
de la idea. La mujer no se encontraba en su periodo menstrual y él sabía
que cuando más se irritaba era precisamente en el “periodo”, al parecer
padecía del síndrome pre-menstrual, ¿como sería
si ella se
hubiera encontrado en ese
52
estado?,¿le daría un hachazo en la cabeza?. Mejor no pensarlo, así
que sigilosamente volvió a su trabajo.
* *
* * *
*
Sin saber como, llegó
el fin de mes y lo mejor de eso era que “cantaba Gardel”…o sea, que “pagaban”.
Se veía la plata…o por lo menos algo.
- ¡Pero faltan 20 lucas, ese no fue el acuerdo!.
- Te los doy en unos días más, es que andamos falto de fondos y debo
pagarles a los proveedores.
- ¡¡Mira, esta es la quinta vez que me vienes con la gracia, primero
fueron cinco lucas, luego seis, el tercer mes ocho, el mes pasado fueron diez,
¿y ahora veinte lucas?,¡no, te pasaste!,¡para el leseo!,¡ no se justifica si
las ventas han andado bien yo lo puedo decir!!
- Sí, pero he tenido que hacer unos pagos no presupuestados...!!
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-¡¡Pero qué culpa tengo yo de tus movimientos, yo he cumplido con mi
parte y no a medias, así que me pagái’
lo que acordamos!!
-¡Pero, si ya te dije!..
-¡Mira, no me tení’ contrato, no me pagái’ las imposiciones y
trabajo más de las horas presupuestadas y ahora me “cortái’ la cola” con 20 lucas??,¿te parece
bien eso?.
-¡Pero güeón, si ya te dije que no tengo más plata!!.
- ¡Pero yo quiero mi plata!.
-¡Bueno, si te gusta la güeá’, no más!,¡a ver si “te dái’ un chupón
por ahí”!.
“Hueso” no se esperaba
ese desquite. Lo consumía la impotencia, pero en sus condiciones, abandonado
allá en el norte sin amigos y sin dinero, no podía hacer nada. Así que optó por
tomar el dinero, con un amago de sonrisa forzada en el rostro, como haciéndose
el tonto, y salió raudo de la oficina.
Después de tomarse una
“chela”(cerveza) en un local cerca de donde arrendaba, se fue a dormir. Ya no
quería saber nada de nada.
Hasta aqui la muestra de un 50% de la novela: "HUESO BUSCA SU DESTINO: ¿SE PROSTITUIRÁ O BUSCARÁ UN TRABAJO DECENTE?
Novela completa a su disposición, publicada por ediciones Cuchu.
Gracias.
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